Entre lágrimas contó, Noelia Maldonado, que el techo de su humilde vivienda se llueve y que en un día como el ayer se le mojaron las camas y hasta el piso se le llenó de agua.
Pero además, como no tiene cielorraso, en las noches muy frías el agua helada que genera el chaperío en el barrio Ranchos, termina cayendo igual sobre colchones y frazadas. Cansada de no recibir ayuda de parte de la asistente social que trabaja para la Municipalidad en el barrio Ranchos, a quien identificó como Lorena Cortés, decidió concurrir al municipio a pedirle ayuda al concejal Julio “Pity” Federico, que ayer mismo recibió otros casos similares al de la desesperada madre.
“Siempre voy a hablar con la asistente, sabe en la situación en la que estoy, cuando vivía atrás de la cancha de Boca también no la estaba pasando bien, estuve en la calle, en un rancho de chapa y abajo del puente, salgo a pedir con mis hijos todos los días, y ella lo sabe”, contó Noelia en referencia a la asistente social
El denominador común es la necesidad de todo tipo de recursos, y que a la gente la rebotan cuando a la ayuda la solicitan en dependencias municipales.
La joven contó ante la prensa que arrastra un triste derrotero de abandono y necesidad, y agregó: “siempre voy a hablar con la asistente, sabe en la situación en la que estoy, cuando vivía atrás de la cancha de Boca también no la estaba pasando bien, estuve en la calle, en un rancho de chapa y abajo del puente, salgo a pedir con mis hijos todos los días, y ella lo sabe”, expresó la mujer quebrada emocionalmente mientras pedía ayuda públicamente para tener en mejores condiciones a sus hijos.
La joven contó ante la prensa que arrastra un triste derrotero de abandono y necesidad, y agregó: “siempre voy a hablar con la asistente, sabe en la situación en la que estoy, cuando vivía atrás de la cancha de Boca también no la estaba pasando bien, estuve en la calle, en un rancho de chapa y abajo del puente, salgo a pedir con mis hijos todos los días, y ella lo sabe”, expresó la mujer quebrada emocionalmente mientras pedía ayuda públicamente para tener en mejores condiciones a sus hijos.

La vivienda que Noelia comparte con sus 5 hijos en Urquiza al 1161
La mayor tiene 9 años, le siguen hermanos de 6, 5, 2 años y una bebé un año y cuatro meses.
Mientras tanto, Noelia, se las arregla con amigos para que sus hijos puedan comer. Contó que le habían robado la garrafa y que por eso estuvo siete días sin gas, y que ahora con una prestada no tenía qué cocinarle a sus hijos. “Estoy yendo a comer a lo de mis amigas, que me dan un plato de comida para los nenes”, tiró.
Mientras tanto, Noelia, se las arregla con amigos para que sus hijos puedan comer. Contó que le habían robado la garrafa y que por eso estuvo siete días sin gas, y que ahora con una prestada no tenía qué cocinarle a sus hijos. “Estoy yendo a comer a lo de mis amigas, que me dan un plato de comida para los nenes”, tiró.
“No quiero más”
Incluso en un acto de total desesperación por la necesidad que atraviesa dijo Noelia: “No quiero changar, eso quiero que entienda (la asistente social) no quiero salir más con hombres grandes, quiero que me ayuden, lo único que me están dando son dos mil pesos para un alquiler, pido frazadas y no tienen, pido leña y no tiene, pido mercadería y no tienen, no tienen nada”, tiró la mujer que vive en calle Urquiza 1161.
Anoche hasta alrededor de las 21, y después que su historia haya trascendido mediáticamente en la ciudad, Noelia había recibido promesas de obtener un plan comunitario de parte del municipio, y la confirmación de un cupo en el jardín maternal Frutillitas para su beba.
Mientras tanto entre la poca ayuda humanitaria que había podido recibir durante el día, se destacó un aporte hecho por el concejal Pity Federico y de una humilde vecina que se acercó -con lo que podía- para ayudarla.
Fondo de Ayuda
Hay concejales de la oposición que se ríen cuando desde el oficialismo se les dice que el Fondo de Ayuda a Indigentes ‘no alcanza’. Según una nota publicada por La Voz del Pueblo el 17 de diciembre de 2017, “en cuanto al Fondo de Ayuda a Indigentes para Obras de Infraestructura, creada por ordenanza 4053/95, se presupuestó un ingreso a las arcas municipales de 3.917.362 de pesos”.

Por el techo de la casa brota agua y le moja las camas de los nenes
Noelia sólo tiene un techo de chapas y la Municipalidad –por su asistente social- lo sabe. Pero además tiene la necesidad alimenticia de sus cinco hijos y de ella insatisfecha, en una ciudad con recursos para que el integrante de una familia no tenga que caer en la prostitución como último recurso.
En días en lo que el municipio pone a consideración nada menos que la Rendición de Cuentas del ejercicio pasado, no estaría de más observar con el debido detenimiento –y sentido humanitario- cómo es que se destinan los recursos de todos los tresarroyenses hacia la ayuda social más urgente.