Con la premisa de estar siempre al pie del cañón para cuando se los necesite, una veintena de jóvenes de entre 14 y 17 años de nuestra ciudad se preparan para, en el corto plazo, ser parte del cuerpo activo de Bomberos Voluntarios de Tres Arroyos. Y aunque la ansiedad para que ese día llegue cuanto antes, son conscientes del buen camino que transitan gracias a la guía de los experimentados servidores con los que cuenta el plantel en la actualidad.
“Ellos vienen porque les gusta y lo sienten como una vocación. Vienen con entusiasmo y eso se nota”. Así, con esas pocas palabras, Nicolás Marconi, subdirector de la Escuela de Cadetes que lleva el nombre de Otto Haedo, quien fuera el fundador del cuartel de nuestra ciudad, simplificó lo que percibe en cada uno de los jóvenes que, aún con cara de nenes pero con valentía de hombres, son parte de una escuela que está dando sus primeros pasos.
Son 20 los adolescentes que transitan el período de formación en el cuartel. Algunos de ellos ya saben o conocen la vida de un bombero, ya que tienen o tuvieron algún familiar dentro del cuerpo que en más de una ocasión salieron a las “corridas” ante la convocatoria de la sirena.
El grupo está dividido por niveles, un rango que lo determina la edad de cada aspirante (Nivel 1, de 12 a 14 años; Nivel 2, de 14 a 16; Nivel 3, de 16 a 18). Y una vez que el joven llega a la mayoría de edad, y luego de haber aprobado un examen final, puede sumarse a las filas del cuerpo activo.
“Valoro mucho el esfuerzo que hicieron los instructores. Acá hay un hermandad muy linda y un muy bien trabajo en equipo. Siempre nos ayudamos en lo que sea. Estoy ansioso ser parte del cuerpo”, señaló Agustín Paguegui, quien, con sus apenas 17 años, transita por el tramo final de su formación y está a punto de convertirse en bombero voluntario.
La Escuela de Cadetes comenzó a funcionar el 9 de diciembre de 2013. En sus inicios, seis fueron los jóvenes que afrontaron el desafío y que se convirtieron en bomberos. Pero a medida que pasó el tiempo, la experiencia arrojó resultados alentadores y la entidad dio un paso importante. Fue así que en 2014 pasó de ser un espacio de formación exclusivo del cuartel local a pertenecer a la Federación de Asociación de Bomberos Voluntarios de la provincia de Buenos Aires.
Hacen escuela
Un complejo problema de salud que en 2012 lo afectó, obligó al oficial auxiliar Diego Véster a cumplir tareas pasivas en el cuartel. A partir de esa situación, surgió la idea de formar una Escuela de Cadetes que el propio Véster iba a dirigir. Hoy día es el director de la entidad. “Arranqué solo, en 2013. Fue con seis cadetes que luego fueron bomberos”, señaló el servidor, quien abrazó el universo del cuartel local cuando tenía 14 años.
La institución ganó en jerarquía cuando en 2014 fue inscripta en la federación antes mencionada. “Después se sumaron varios compañeros y en la actualidad somos bastantes para capacitar y ayudar”, agregó.
La Escuela de Cadetes cuenta con un director (Diego Véster), un subdirector (Nicolás Marconi) y seis instructores (Matías Casen, Franco Menchaca, Federico Marconi, Cristian Rodríguez, Alejandro Barú y Diego Fioriti).
“La Federación nos provee de un libro, más allá que nosotros proponemos actividades que traemos cuando nos vamos a capacitar. Por ejemplo, todos los chicos saben lo que es trauma, RCP y tienen en claro cómo se utiliza un DEA (desfibrilador automático)”, indicó Marconi.
Entre sus apreciaciones, el subdirector le dio una especial importancia a la posibilidad que se brinda en Tres Arroyos. “El cadete, cuando ingresa a bomberos, no va a tener la experiencia pero sí va a contar con la teoría y la práctica que ofrece la escuela. Y además van a empezar a trabajar y prestar servicio de la forma que nosotros ya lo venimos haciendo”, subrayó.
“Tanto el reglamento como la ley prohíbe que los chicos salgan a los servicios de emergencia. Van a actos o charlas en escuelas, es decir, a todo lo que no tenga riesgo. Es por una cuestión de seguridad”, remarcó.
Lo práctico
Por su parte, Matías Casen, instructor de la Escuela de Cadetes, se refirió a la metodología que aplica en el desarrollo de las prácticas que lleven a cabo los aspirantes. “Se hacen de acuerdo a las materias que tienen a cargo cada instructor. O sino hacemos alguna práctica en conjunto”, indicó.
Y agregó: “Cuando hacemos las prácticas en el cuartel, cada instructor se programa su clase e invita a los demás niveles y se realiza lo que es incendio en batea, RCP o incendios forestales. Lo hacemos con mucho cuidado, todo programado y con nuestra supervisión”.
Pero en la Escuela de Cadetes, sus directivos e instructores no solo se focalizan en proporcionarles a los jóvenes las herramientas adecuadas para ser bombero. Van más allá de eso. “Buscamos que hagan deportes y que les vaya bien en el colegio. Siempre les decimos que nos traigan los boletines”, afirmó Marconi.
Y en ese sentido, puso de relieve que “la educación es el futuro de ellos. No queremos que dejen la escuela u otras actividades por bomberos. Esta es una actividad que lleva tiempo, pero el día que tengan familia y otras responsabilidad, el caso será el mismo. Van a tener que trabajar, atender a sus familias y dedicarles tiempo a bomberos”.
“La idea es acomodarnos entre todos para coordinar los días y horarios de cursada. Uno hace fútbol, otro juega al handball o al rugby. Todos tienen una actividad. Por eso nos vamos adaptando a los horarios de ellos y también a los nuestros”, expresó.
“Veo pasión”
Véster volvió a tomar la posta. Rodeado de algunos de los cadetes y futuros bomberos voluntarios, no ocultó el orgullo que siente por esos jóvenes que serán parte del cuartel, aunque, de alguna manera, ya lo son. “Cuando los observo a ellos, veo mucha pasión por bomberos. Es muy lindo que sientan eso y a su edad”, remarcó.
“Ellos están todos los días en el cuartel. Todavía no puede ir a ninguna emergencia pero están con nosotros. Acá hay chicos que entraron a los 11 años. Cuando llegue a los 18, que ya puede sumarse al cuerpo, va a poder ir a los incendios, algo esperaron siempre”, agregó.
Al igual que los directores e instructores de la Escuela, como también los integrantes del cuerpo activo, estos 20 aspirantes celebrarán hoy su merecido día, sabiendo que en un futuro no muy lejano aplicarán todos los conocimientos que absorbieron de sus docentes. Será el momento de demostrar que bombero se nace y se hace…