A pesar de ser una enfermedad totalmente prevenible, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la rabia causa decenas de miles de muertes cada año, principalmente en Asia y Africa. En línea con los múltiples esfuerzos internacionales para erradicarla, un equipo de investigadores del Instituto de Biotecnología del INTA y del Servicio de Vacuna Antirrábica de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) Malbrán avanzan en el desarrollo de una vacuna antirrábica de tercera generación.
“La rabia es una enfermedad infecto-contagiosa y es una de las principales zoonosis de distribución mundial”, acentuó Gabriela Calamante -especialista del Instituto de Biotecnología del INTA- y agregó: “Debido a que afecta a un amplio rango de animales domésticos y salvajes, es endémica en el norte de la Argentina y puede ser transmitida al hombre, nos sumamos a las iniciativas internacionales que buscan erradicarla”.
Por esto, Calamante junto con investigadores del Instituto de Biotecnología del INTA y del Servicio de Vacuna Antirrábica de la ANLIS – Malbrán avanzan en el desarrollo de una vacuna antirrábica de tercera generación. “Esto significa que buscamos una formulación más segura, eficaz y que evite la manipulación del virus rábico durante su producción”, señaló la investigadora del INTA.
En la actualidad, las vacunas antirrábicas más utilizadas están basadas en el virus rábico producido en cultivo celular e inactivado. De acuerdo con Calamante, este proceso presenta varias desventajas por la manipulación de grandes cantidades de virus durante la producción de la vacuna, empleo de químicos tóxicos en la inactivación, el requerimiento de laboratorios con un alto nivel de bioseguridad y la necesidad de una estricta cadena de frío durante el almacenamiento y el transporte de la vacuna.
Como respuesta para superar estos inconvenientes, desde 2011 el equipo de investigadores INTA – ANLIS trabaja en el desarrollo de una vacuna antirrábica de tercera generación vectorizada por el virus canarypox. “El virus canarypox expresa la glicoproteína del virus de rabia (RV) e induce protección”, detalló Calamante quien aclaró: “Estamos en la etapa de evaluación en bovinos para determinar los niveles de anticuerpos seroneutralizantes del virus rábico y su duración en el tiempo”.
De acuerdo con Calamante, “el desarrollo de una vacuna antirrábica basada en vectores virales no replicativos tiene la ventaja de evitar la manipulación de los agentes infecciosos que causan la enfermedad durante la producción de los stocks vacunales y, además, como no replica productivamente en mamíferos se evita su diseminación hacia otros animales o el medioambiente”.
Articulación
La vigilancia, prevención y el control de la rabia están centrados en el eslabón animal, debido a que el humano adquiere la enfermedad mediante el contacto -mordedura, lamido- con un individuo infectado.
La confirmación de la presencia de la enfermedad la realiza un laboratorio especializado y se efectúa luego de la muerte del animal y evidencia la circulación viral en la zona. “El diagnóstico de laboratorio es esencial para definir estrategias y rápidas intervenciones en salud pública”, indicó Calamante quien reflexionó sobre la importancia de la tipificación antigénica y molecular para determinar el origen del virus causante del foco y así tomar las medidas de control más apropiadas para cada caso.
La confirmación de la presencia de la enfermedad la realiza un laboratorio especializado y se efectúa luego de la muerte del animal y evidencia la circulación viral en la zona. “El diagnóstico de laboratorio es esencial para definir estrategias y rápidas intervenciones en salud pública”, indicó Calamante quien reflexionó sobre la importancia de la tipificación antigénica y molecular para determinar el origen del virus causante del foco y así tomar las medidas de control más apropiadas para cada caso.
Oscar Pérez, a cargo del servicio Vacuna Antirrábica de la ANLIS, remarcó la importancia de la asociación estratégica entre estas dos instituciones públicas. “La interacción entre ambos grupos de trabajo viabiliza el cambio tecnológico de vacunas de primera generación directamente a vacunas recombinantes”, indicó y agregó: “Este avance posiciona a la ANLIS como productor público de biológicos de última generación”.
Asimismo, Pérez destacó la importancia y el alcance que tendrá la nueva vacuna. “De concretarse el salto del desarrollo a la producción a escala, no sólo tendría impacto a escala nacional sino en toda Latinoamérica, ya que la vacuna canarypox recombinante es el primer candidato vacunal de este tipo en la región”.
Para evaluar la presencia de anticuerpos específicos contra la rabia es necesario el desarrollo local de métodos de ELISA. Se trata de una herramienta que complementa el tratamiento vacunal en una determinada población.
El grupo de investigación está formado por Gabriela Calamante, María Paula Del Médico, Oscar Pérez, Débora Garanzini, Rosana Jurado, Matías Micucci, María José Mónaco, Silvio Díaz, Verónica Maldonado, Diego Franco y Claudio Fioroni, todos profesionales y técnicos de INTA y del Servicio de Vacuna Antirrábica – ANLIS.