Por Fernando Catalano
Desde los tiempos en que se formó el distrito de Tres Arroyos en 1865, cuando la provincia aún no terminaba de dividirse y hasta 1978, para aplicar la Justicia de Paz en la ciudad sólo alcanzaba con que el cargo de juez fuera ocupado por personas que sepan leer y escribir.
A partir de una ley provincial, e inspirados en la Revolución Francesa, se impuso un modo de resolver los casos de tipo contravencional mediante un espíritu componedor.
El doctor en Historia Leandro Di Gresia se refirió a aquella sociedad como de “frontera”.
El doctor en Historia Leandro Di Gresia se refirió a aquella sociedad como de “frontera”.
Situada temporalmente en la segunda mitad del siglo XIX, el investigador señala que “tenía poblaciones originarias viviendo en ellas y paulatinamente se da la avanzada de lo que era el Estado argentino sobre estos territorios en distintas demandas y distintas razones, en lo que se conoció como la conquista del mal llamado desierto”.
“Paulatinamente se da la avanzada de lo que era el Estado argentino sobre estos territorios, en lo que se conoció como la conquista del mal llamado desierto”, contextualizó Di Gresia
Dinámicas de época
La búsqueda y desarrollo de su tesis de doctorado que a Di Gresia le tomó nueve años, lo llevó a concluir en uno de los puntos investigados, que su trabajo generó un buen resultado apoyado en que pudo establecer “todo lo que hace al conocimiento de la administración de justicia en sí misma, las distintas escalas, nacional, provincial y local porque en cierta manera arroja luz a dinámicas poco exploradas como es la administración de justicia por -en este caso- jueces legos no profesionales”.
Pero también valoró que la investigación aportó “un conocimiento de las dinámicas propias de lo que se dio en llamar la sociedad tresarroyense, en el sentido que nos ilumina o nos da información sobre qué tipo de conflictividad había, quiénes eran los sujetos que eran demandados en términos judiciales, quiénes demandaban justicia, y también permite conocer estas dinámicas”.
La fuente judicial
En declaraciones hechas a este diario, subrayó que haberse acercado a una fuente como la judicial, permitió acceder a información de otras esferas. Si bien en su trabajo se focalizó en la administración de justicia en sí, indicó que “uno podría conocer a través de los expedientes cómo vivía la gente, qué tipos de conflictos tenían, en qué ocupaban el tiempo libre, en qué trabajaban, con qué tipos de recursos económicos contaban, cómo era la transmisión del patrimonio, etc. Es una fuente que ilumina y nos da información sobre muchas otras cosas”, sentenció.
La sociedad estaba en plena transformación, situación que se complejizaba por la llegada de inmigrantes y demás. “Ello generó conflictos que no eran habituales”, explicó el investigador
Remarcó Di Gresia que por entonces la sociedad estaba en plena transformación, situación que se complejizaba por la llegada de inmigrantes y demás. “Ello generó conflictos que no eran habituales hasta ese momento, ya sea por la diversidad, por la misma ocupación del territorio, por cómo se distribuye el territorio, por formas de entender las sociabilidades, y todo esto se ve en los archivos”, según describió.
Jueces componedores
Producto de relevar expedientes del archivo del Juzgado de Paz que se conservan en el museo Mulazzi, pero también archivos de primeras instancias, del archivo histórico de la Suprema Corte de Justicia bonaerense, periódicos locales de fines del siglo XIX y de principios de siglo XX, legislación conservada en la Biblioteca Nacional y hasta tesis de doctorado, llevaron a que se observe que la justicia que se impartía en la ciudad “buscaba más que sancionar y aplicar a rajatabla la ley, intentar componer en el sentido de amigar a las partes. Era una tradición que se remonta a la Justicia de Paz de la Revolución Francesa. Una justicia que -administrada por vecinos- buscaba más bien dirimir y acercar las partes que aplicar de manera abstracta la ley en situaciones que tuviera que enfrentar”.
Sintetizando uno de los puntos de su tesis doctoral, Di Gresia también explicó que en la Justicia de Paz de Tres Arroyos de aquel entonces, “dominó muy fuertemente lo que eran los conflictos de tipo civil y comercial, la disputa por bienes, contratos, tierras. Y en un porcentaje menor eran las disputas correccionales. Ahí surgen muchas preguntas, si esto no quedó registrado en los archivos, si no quedó testimoniado en la justicia, en definitiva lo que muestra es que la justicia estaba más abocada a resolver este tipo de conflictos civiles y comerciales, que los penales y correccionales”.
La justicia que se impartía en la ciudad “buscaba más que sancionar y aplicar a rajatabla la ley, intentar componer en el sentido de amigar las partes”, dijo
Cómo se los elegía
También explicó que el modo en que se aplicaba justicia, tenía mucho que ver con cómo eran elegidos los jueces de Paz. “Surgían por ley”, afirmó para dar a conocer que una vez creado el sistema en 1821, el primer juez que se designó en Tres Arroyos fue en 1866, luego de la creación formal del distrito en 1865.
“Y en ese entonces los jueces de Paz se elegían por una terna de vecinos que proponía una comisión municipal que integraba a su vez el mismo Juez de Paz, y que se elevaba al ministerio de gobierno y éste lo designaba”, precisó.
Añadió luego que cuando las municipalidades se consolidaron institucionalmente, desde 1887 hubo una reforma legislativa de esta ley que regula la Justicia de Paz, y pasaron a ser electos de una terna que eleva la municipalidad. “Siempre los designa el Poder Ejecutivo, con lo cual había una mezcla -o uno podría decir que- diálogos entre los poderes del Estado”, consideró el investigador tresarroyense.
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Acerca de Di Gresia
Desde que la pensó y hasta poder defenderla a su tesis para aprobar su Doctorado en Historia, en Universidad Nacional de La Plata, pasaron nueve años. En el lapso de ese tiempo Leandro Di Gresia terminó sus estudios universitarios y se transformó en Profesor y Licenciado en Historia en la Universidad Nacional del Sur.
Actualmente en la alta casa de estudios bahiense cumple la función de Asistente de Docencia en las asignaturas Historia de la Historiografía y Metodología de la Investigación Histórica. Y entre los años 2013 y 2017 cumplió exitosamente con la función de Secretario Académico del Departamento de Humanidades de la UNS.