A Matías Ielmini ya no lo sorprende nada, por eso lo cuenta con naturalidad. “Ahora salieron collares con led, que ya los vi en internet, así que en cualquier momento me los van a venir a pedir”, cuenta el dueño de “A la cucha”, la tienda que ofrece de todo para los perros.
“Hay todo lo que te podás imaginar para las mascotas. Zapatillas, vestidos, joyas, parcas, capas, ropa de diseño… Yo al principio decía ‘esto para qué lo voy a traer, no lo va a comprar nadie’. Y nada que ver, se vende todo”, agrega.
Matías arrancó hace diez años como distribuidor de Molinos Tassara y hace casi siete decidió poner su propio negocio. Hasta marzo estuvo en avenida Moreno 186. Ahora se instaló en la primera cuadra de Istilart y junto a Florencia, su mujer, mejoraron el servicio y agrandaron la oferta de artículos para las mascotas.
“Este local es más grande y acá, por más que sea apenas a una cuadra y media de distancia, hay más movimiento”, dice.
“Este local es más grande y acá, por más que sea apenas a una cuadra y media de distancia, hay más movimiento”, dice.
Matías y Florencia cuentan que “la gente va pidiendo todo tipo de productos” y que eso los obliga a tener de todo un poco para poder satisfacer la demanda. Eso no sólo ocurre con las prendas o los accesorios, sino también con los alimentos. “Hay muchísimas marcas, cada molino, en promedio, tiene unas cinco marcas propias. Y la gente te pide de la mayoría. Pero se hace imposible tener todo, por una cuestión económica y también de espacio, porque las bolsas de alimento ocupan mucho lugar”, indica Matías.
Florencia es la peluquera y Matías se ocupa de los baños. Después, los dos están firmes atrás del mostrador para ofrecer la más variada oferta de artículos para perros y mascotas
“En realidad, todos los productos para mascotas ocupan lugar, porque las colchonetas, los moisés, que tenés un montón de variedad de tamaño y de materiales”, agrega Florencia.
En cuanto a los pedidos de los clientes, fueron muchos los que hace tiempo ya les empezaron a pedir baño y peluquería, y fue por eso que en “A la cucha”, comenzaron a dar los dos servicios. “Yo me encargo de los baños y ella del trabajo más fino, es la peluquera”, explica Matías.
“A la cucha” ya tiene una clientela importante para el baño y también para la peluquería. “Hay perros que ya tienen turnos fijos. Cada tres semanas los traen para que los bañemos y si hace falta se le corte también el pelo”. indica.
En lo que es el trabajo de peluquería, Florencia se adapta a lo que necesita el perro. “Acá le hacemos el corte que corresponde para la raza o si no le cortamos en distintas medidas. Para cortes, los que más traen son los caniches”, cuenta Florencia.
En lo que es el trabajo de peluquería, Florencia se adapta a lo que necesita el perro. “Acá le hacemos el corte que corresponde para la raza o si no le cortamos en distintas medidas. Para cortes, los que más traen son los caniches”, cuenta Florencia.
A horas de la llegada de un nuevo “Día del Animal”, Matías cuenta que en su negocio se observa claramente cómo ha cambiado el trato hacia las mascotas y el lugar que han ganado. “El perro antes estaba afuera y le daban de comer las sobras. Hoy está adentro, tiene ropa, juguetes, golosinas, lo bañan, le cortan el pelo, y se da el mejor alimento posible, porque hay balanceados para perros medicados, con problemas de obesidad, con problemas gastrointestinales, problemas renales, y demás”, asegura.