Cuando hablamos de su instrumento aclara que “la función nuestra, tanto del baterista como del bajista, es la de sostener a una banda. Eso coincide hasta con la posición que ubica dentro del grupo, estamos como separados del resto. Por eso valoro tanto que propuestas como la mía tenga esta respuesta. Lo que generan batería y bajo son el cimiento de una base, más en la música negra, por ejemplo un soul”.
Y es en este momento cuando con su voz marca los diferentes pasos que hacen en esto, demostrando que hasta en una entrevista Quintino es didáctico. Llevando a algo tremendamente futbolero con su comentario porque la batería y el bajo “no parecen, pero son como ese cinco que no corre, pero que si lo sacás, pasan todos. Las evoluciones han hecho que la batería tome posiciones en la melodía y la rítmica principalmente en el jazz. Ahí me metí yo cuando escuché bateristas como Airto Moreira, Alex Acuña, Billy Cobham, ellos la pusieron en otro lugar”.
La evolución en ello hizo que Cinalli sintiera que “tenía humildemente algo más que decir que un ritmo. Entonces agarro mis temas, los desarrollo con músicos de otros lugares y siempre se va enriqueciendo. Y eso genera una empatía y un ida y vuelta que lo hace posible”.
Además de su concierto y taller estuvo grabando para el disco que va a editar Sergio Troiano: “Dos temas de él, hermosos. Un candombe y otra muy linda, se llama ‘Descanso’. Quedó impresionante, fuimos a un estudio de un pibe, acá. El Chino es un grande, un pechador, se nota que es todo a pulmón”, dice reconociendo el esfuerzo que hacen los músicos locales para crecer.