Adiós Sergio y gracias por el tiempo compartido
Sergio Ochandio falleció en Mar del Plata el último domingo. Formó parte -en dos etapas- de la redacción de este diario
El domingo último se produjo la desaparición física de Sergio Ochandio, quien fue integrante del equipo de trabajo en la redacción de este diario. Se desempeñó en la sección de información regional y en corrección, en dos etapas (mayo 1997- diciembre 2002; y enero 2005-mayo 2015).
Residía en Mar del Plata desde fines de 2021. Era hijo de Oscar Ochandio y Elba Tancredi; tuvo una hermana, Mónica; y su cuñado fue Néstor Berterreche, todos ellos ya fallecidos. Amaba las mascotas y contó con un leal compañero de aventuras, Ramón, el collie de 12 años que quedó como legado de su cuñado.
Su tía, Sunny Ochandio, lo cuidaba como a un hijo. Formaban parte de su familia los sobrinos Silvana, Lisandro y Paula.
Sergio era un muy buen jugador de ajedrez, tenía una relación de aprecio mutuo con sus colegas y participó en actividades impulsadas por el CRECE (Centro Regional de Enseñanza, Capacitación y Entrenamiento de Ajedrez de Tres Arroyos). Es un ámbito en el que volvió a encontrarse con Oscar Rossi, a quien había conocido en jornadas de trabajo en la redacción.
Además le gustaba y en consecuencia, sabía mucho de cine y música, temas sobre los que en su primer período en La Voz del Pueblo en más de una ocasión charlaba con Juan Alba. También le resultaba interesaba el beisbol y entre los deportes más habituales de nuestro país, practicó el básquet.
En octubre del año pasado, realizó un pequeño video por el fallecimiento del caricaturista José Luis “Pomo” Peralta, inolvidable artista que también se había radicado en Mar del Plata. Por entonces, se le solicitó este material para publicarlo, en el último contacto por un motivo laboral.
Quienes lo conocieron saben que era buena gente. Como compañero, sin dudas lo fue. Con el transcurrir de los meses y años, hay vínculos que se pierden un poco, es parte de la vida. Por transitar distintos caminos. Pero hubo tiempos buenos compartidos, que al saber de su partida vuelven a tener un lugar central en la memoria.
Hasta siempre Sergio. Que en paz descanses.