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Bahía Blanca, levántate y anda (Informe. Nota 1 de 4)

Mañana se cumplen los primeros 30 días post inundación en la vecina ciudad. LA VOZ DEL PUEBLO tomó contacto con cuatro aristas de una catástrofe que dejó 16 muertos y dos desaparecidos. Un drama que persiste pero que, en muchos casos, muestra facetas alentadoras del sentido de convivencia y solidaridad de sus vecinos. Estrategias para ayudar al otro, el regreso del trueque y la esperanza de volver a ser la misma. ¿Nace una nueva sociedad después de la tragedia? Una tresarroyense comparte el renacer de su emprendimiento

Por Enrique Mendiberri

Los bomberos de Cerri, víctimas y protagonistas

General Daniel Cerri es una localidad ubicada a 10 kilómetros al oeste de la planta urbana de Bahía Blanca. Una especie de conurbano bahiense, que en la madrugada del 7 de marzo se llevó, junto con Ingeniero White, la peor parte de la catástrofe de las inundaciones.

En ese contexto, los Bomberos Voluntarios fueron víctimas y protagonistas de manera simultánea de las titánicas tareas de rescate de vecinos cuyas casas quedaron bajo el agua.

La mañana del 7 de marzo en el Cuartel de Bomberos de General Daniel Cerri

En vísperas del primer mes de la tragedia, Andrés Ocampos, jefe del Cuartel cerrense, describe los primeros pasos de su pueblo tras el castigo de la naturaleza, “fue muy raro volver a recomenzar. Porque no habíamos alcanzado a descansar ni un rato y salió el sol nuevamente. Entonces  nos encontrarnos con un pueblo totalmente devastado porque, en partes hubo 1,20 metros de agua y, en otras, 1,80 metros, y donde desbordó el Saladillo, que es la parte nuestra del humedal, llegó a 2,40 metros. Ha tapado casas enteras que terminaron con la gente arriba del techo. Fue muy especial, salir a recorrer el pueblo, ir a la casa de tu familia o de algún amigo y, de repente te encontrás con que no podés ingresar porque sacaron todos los muebles o estaban tratando de sacar el barro o un montón de cosas que no eran de esperar para nada”.

Los bomberos cerrenses prepararon un kayak para hacer su recorrida de emergencia por las calles inundadas

Como todos en la localidad, los bomberos también sufrieron daños, “nosotros acá tuvimos 1,20, 1,25 metros declarado de agua y, todo lo que agarró a esa altura, archivos, legajos, contabilidad de la secretaría, contabilidad, lo destruyó. Como así también tres autombombas que, por estos días, les permiten estar al 50 por ciento de su rendimiento, “estamos al 50 por ciento hablando de cuartel. Pero nosotros estábamos en la emergencia, pero dentro de la emergencia, no es lo mismo que nos subamos a un camión a atender un accidente y volvamos, a regresar y encontrar lo mismo acá”, subrayó.

¿Pero cómo fue caminar 30 días por las calles castigadas por una lluvia que marcó a sus habitantes para siempre, pero a la vez les permitió conocer el corazón de sus vecinos de la zona? “Cerri está trabajando bien. Está trabajando en conjunto con las entidades que se pusieron el pueblo al hombro y formaron centros de distribución, centros de acopio de ropa. Nosotros fuimos el primer centro de evacuados de Cerri, ya que al tener primer piso, lo utilizamos de esa manera. Y ni hablar de las 24 camionetas que el sábado a la mañana ya estaban acá con gente de las localidades vecinas como Villalonga, Pedro Luro, Stroeder, todos dispuestos a dar una mano”.

El cuartel hoy. A 30 días de la catástrofe

“A media máquina”

Por el momento, las clases del nivel secundario son las únicas que no pudieron reanudarse y, en primaria y jardín de infantes, las tareas se realizan con jornadas especiales, “la escuela secundaria fue la más afectada. Porque si bien está en reacondicionamiento, aún no está en funcionamiento. Todos los demás lugares, jardines y escuelas, están haciendo horarios acotados, tres horas a la mañana y tres horas a la tarde”.

Mirar por la ventana. Y que tu barrio se vea así, una pesadilla del 7 de marzo en Bahía Blanca y su zona de influencia

Pero si de impacto se trata, es en la actividad comercial, donde las consecuencias de la inundación se siente fuerte y hasta genera la reactivación de primitivas relaciones económicas como el trueque, “todo lo que es comercial es una complicación. Porque todos perdieron algo. Tanto tiendas de ropa, como una mercería o como un autoservicio. Entonces, lo que se puso de manifiesto acá fue la ayuda de los vecinos, principalmente. Vos hoy me fías medio kilo de pan, pero yo te ayudo a limpiar la heladera. Se notó ese trabajo de la comunidad completa. No hubo esa diferencia de ‘vos porque tenés más dinero´o ‘porque sos una de una determinada clase social o te manejás en otro ámbito, no sé. No hubo diferencia. La comunidad respondió para todos”, enfatizó Ocampos, quien conduce un cuerpo compuesto por 19 miembros retirados, 70 bomberos activos y los alumnos de la escuela de cadetes con 60 personas más, además de los miembros de la Comisión Directiva.

Andrés Ocampos. Jefe del Cuartel de Bomberos de General Daniel Cerri

A pesar del castigado escenario que aún toca observar a diario en General Daniel Cerri, Ocampos estima que la normalidad para aprovisionarse y sus proveedres, va a tardar, pero llegará, “creo que eso va a llegar. Por ahora, los que pueden están utilizando su sucursal, o las grandes cadenas de supermercados que tenemos acá, la Cooperativa Obrera como los orientales, están trabajando a media máquina, porque también perdieron sus heladeras y la mercadería. Entonces vos entrás a esos lugares y están achicados. Todos los comercios que frecuentamos habitualmente te dicen los mismo, que 3, 4 o 6 meses tal vez vuelvan a recomenzar. Es difícil pero lo van a hacer”, concluyó.

Una calle cerrense ayer. El pueblo que vuelve

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