En el marco de un convenio con el municipio, los ecoceniceros serán distribuidos entre la ciudad cabecera y las localidades
En la mañana de ayer se firmó un convenio entre el municipio y Camuzzi, en el que la empresa le dona al distrito de Tres Arroyos cien ecoceniceros, hechos de material reciclable, los cuales serán distribuidos en la ciudad y sus diferentes localidades.
El convenio se anunció mediante una conferencia de prensa, en la que estuvieron presentes el intendente Pablo Garate, el representante zonal de Camuzzi, Eduardo Minisci y el subsecretario de Gestión Ambiental, Gabriel Francia.
El primero en tomar la palabra, fue Pablo Garate, destacó que este convenio busca aportar en el cuidado ambiental del distrito: “A partir de los próximos días nuestros vecinos van a poder ver en la ciudad y en las localidades también este particular sistema. Es un granito de arena en cuidar el ambiente, e incluso en tener una ciudad más limpia”, marcó.
Además, remarcó el buen trabajo que el municipio realiza junto a Camuzzi: “Hace unos días empezamos a conversar por obras y proyectos que tenemos para el futuro, inversión que tiene que ver con la empresa para tener también un mejor servicio público de gas. A partir de esas charlas comenzó esta iniciativa y en los próximos días tener ya los ecoceniceros y empezar a colocarlos”.
¿Cómo funcionan?
El subsecretario de Gestión Ambiental, Gabriel Francia, fue el encargado de explicar por qué son ceniceros ecológicos, donde estarán ubicados y que función cumplirán una vez estén puestos en marcha: “El material con el que está construido es parte de los caños que la empresa Camuzzi utiliza, que en lugar de desecharlos, los recuperan reciclándolos. Queda en este material de color verde, y cuenta con precintos para la sujeción a un soporte”.
Una vez se encuentren sujetos a una superficie y ya en funcionamiento, los fumadores dejarán las colillas de cigarrillo en estos ceniceros, y posteriormente, los ceniceros se pueden vaciar “mediante una entrada de recuperación que tienen por abajo, para la recolección de colillas”.
La idea principal es que de esta forma los fumadores eviten dejar las colillas en el suelo, contaminando el ambiente: “La idea es que la colilla no termine en el piso. Uno de los mayores problemas que tiene el mundo entero es la cantidad de colillas que aparecen en el ambiente. Todas esas toxinas del cigarrillo, se concentran y terminan en la calle. La característica que tiene el acetato es flotar, y los cigarrillos cuando se van por una boca tormenta, terminan en desagües pluviales, terminan en el arroyo y después van directamente al mar, y esa toxina contamina el agua”.
Es fundamental conocer el funcionamiento de estos ecoceniceros, ya que cualquier otro elemento que no sea una colilla de cigarrillo y que entre por la ranura, afecta al uso correcto de los ceniceros: “Tiene una ranurita un tanto grande, y la gente termina colocando cosas que no corresponden con las colillas. Si la gente tira papeles, por ejemplo, una colilla al ingresar podría tener riesgo de fuego”.
Reciclar
El objetivo de estos ceniceros ecológicos será con recolectar la mayor cantidad de colillas posibles, para posteriormente reciclarlas: “Abajo tiene un tornillo, que se afloja y se desaloja la carga en un recipiente que va colectando solo colillas. La idea es almacenar las colillas de todos los ceniceros en un contenedor, y después llevarlo al destino final, que sería donde se pueda recuperar el material. Y generalmente se utiliza para hacer almohadones, aislamiento termoacústico, y distintos usos del acetato”, concluyó.