De ahorrador a inversor, la decisión que cambia tu destino
HABLEMOS DE FINANZAS
Por Agustín Acebo (*)
Durante años, en Argentina nos vimos obligados a comprar dólares y esconderlos del alcance del Estado para proteger el fruto de nuestro trabajo. Sin embargo, esa costumbre también nos hizo perder valor real. En los últimos 10 años, el dólar perdió aproximadamente un 30% de su poder de compra a nivel internacional. Es decir, si durante la última década fui guardando dólares -como hacen muchos argentinos para escapar de la inflación en pesos-, mi poder adquisitivo igual cayó un 30%. Claro, es una pérdida mucho menor comparada con el peso, que se devaluó un 8.700% desde 2015, pasando de $14,8 a $1285 por dólar en la actualidad.
Un pilar
El ahorro es el pilar fundamental para cualquier proyecto económico. Toda persona que busque superarse financieramente debe acumular capital. De lo contrario, termina dependiendo de pedir prestado dinero a otros -como un banco- para poder avanzar, lo que casi siempre implica pagar intereses y terminar pagando más caro cualquier bien o proyecto.
¿Y si ponemos la tasa a nuestro favor?
La clave está en pasar de ser simples ahorristas a convertirnos, de alguna manera, en “bancos”. Es decir, utilizar nuestros ahorros para prestarlos a las empresas más importantes del país a través del mercado de capitales. Así, en vez de resignarnos a que el dinero pierda valor en el colchón o en una caja de ahorro, podemos hacer que trabaje para nosotros.
Invertir es, en esencia, transformarse en el prestamista de aquellas compañías que vemos y consumimos todos los días, participando del éxito de quienes buscan financiar su crecimiento sin recurrir a los costosos créditos bancarios tradicionales.
Y ahora veamos, con un ejemplo concreto, qué significa realmente poner la tasa a nuestro favor.
Imaginemos una situación sencilla y cotidiana: una persona que quiere comprar una vivienda de 40.000 dólares (el 75% del valor de la propiedad), financiada a 30 años con un crédito hipotecario al 7% anual. Eso implica pagar una cuota cercana a 266 dólares mensuales durante tres décadas y, al final, devolver un total de casi 96.000 dólares, es decir, más del doble del valor original por el costo del interés compuesto.
Ahora bien, ¿qué sucede si, en lugar de pedir prestado, esa misma persona decide ahorrar 266 dólares por mes y los invierte a una tasa del 7% anual, apostando al crecimiento de empresas sólidas y diversificadas? La respuesta es sorprendente: en solo 9 años y 1 mes logra juntar esos 40.000 dólares. Es decir, ¡se ahorra más de 20 años de pagos y puede comprar su propiedad muchísimo antes!
La enseñanza principal de este análisis no es solamente sobre la compra de una vivienda, sino sobre el poder de cambiar de lado en la ecuación financiera: dejar de ser quien paga intereses y convertirse en quien los cobra. Poner la tasa a nuestro favor no solo ahorra tiempo y dinero, sino que también transforma nuestro destino financiero y nos permite ser parte activa del crecimiento de las mejores empresas del mundo.
Del lado correcto
Es fundamental comprender de qué lado del juego del dinero nos encontramos. La acumulación de capital es la base del crecimiento financiero, y construir un patrimonio sólido y saludable no es imposible, ni está reservado solo para unos pocos.
Muchas veces me encuentro con personas que dicen “yo no puedo ahorrar”, pero no se dan cuenta de que, en gastos hormiga como cafés, cigarrillos y otras pequeñas compras cotidianas que no son esenciales, terminan gastando fácilmente entre 150 y 200 dólares al mes.
Si esa misma persona, con un cambio de conducta, decidiera dejar de lado parte de esos consumos y se posiciona del lado de la acumulación -acompañada por un profesional que la ayude a invertir-, al cabo de 25 años, con una tasa promedio del 9% anual, podría acumular nada menos que 211.537 dólares.
La diferencia está en la decisión: seguir del lado del consumo inmediato o animarse a pararse del lado de los que hacen crecer su dinero y construyen un futuro.
Y vos, ¿De qué lado del juego vas a elegir estar a partir de hoy?
¡Muchas gracias a todos los lectores, buen domingo y buenas inversiones para todos!
(*) Asesor financiero (Matrícula CNV N°2227). Instagram: Agustin Acebo Finanzas