Poema: De poncho y mate
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Por Gerardo Carlos C. Oberman
De poncho y mate
Sagitariano,
porteño, del barrio de Flores
hijo de la migración
que vino a estas tierras
del fin del mundo
buscando dignidad
y oportunidades.
De la química
pasaste a la espiritualidad
quizá intuyendo ya
que la complejidad de la vida
se entiende mejor en el abrazo
de la fe con la ciencia,
de lo material con el misterio,
de los elementos con el espíritu,
de la tierra con el cielo,
de lo humano con lo divino.
Papa de poncho y mate,
saliste del closet acartonado
de una religión oscura
de dogmas y mandatos
para encender, desde el Evangelio,
una manera nueva “ser iglesia”
junto a la gente simple,
invitando a “hacer lío”
para que un mundo dormido
en la ilusión capitalista
despierte a la solidaridad,
a la misericordia y a la empatía
con las causas justas.
Hablaste del Jesús de los caminos
y nos recordaste sus opciones:
su amor por la gente empobrecida,
maltratada, excluida, ignorada,
abusada, violentada, masacrada.
Tus gestos, tus palabras y tus silencios
marcaron la agenda hacia el mundo otro,
aquel que los poderes de la muerte
quieren negarnos sistemáticamente.
No, no fuiste perfecto.
Claro que no.
Nunca quisiste serlo.
Y fue justamente tu humanidad,
dibujada en tu sonrisa amplia
y en tus brazos abiertos,
la que te hizo imprescindible.
Que el poncho amplio de la divinidad
y un mate con el Jesús de la Pascua
te reciban en la casa grande
de las personas justas
que han sabido honrar aquí,
en la tierra sufriente,
el proyecto inclusivo y solidario
que nos impulsa a la vida plena,
a la vida de verdad,
a la vida que nos salva.
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