Ubicada a veinte kilómetros por playa en dirección a Monte Hermoso, es uno de los espacios naturales que conservan la flora y fauna autóctonas en su estado primitivo. Desde el municipio de Coronel Dorrego trabajan en un plan de manejo para que pueda visitársela, sin impactarla de manera negativa, desde el próximo verano
En la costa atlántica bonaerense, a unos 20 kilómetros al sur de la playa de Marisol en dirección a Monte Hermoso, se extiende un paisaje único que recientemente fue declarado reserva natural municipal en el vecino distrito de Coronel Dorrego.
Las “Dunas de la Pampa Austral”, como se denomina oficialmente este ecosistema, representan uno de los últimos espacios prístinos de la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires.
La bióloga dorreguense Alejandra Yezzi, licenciada por la Universidad Nacional del Sur, es una de las principales impulsoras de este proyecto de conservación.
En declaraciones a La Voz del Pueblo destacó el carácter excepcional de esta zona. “Es el tramo costero con mayor continuidad y extensión en buen estado de conservación de toda la costa atlántica”, sostuvo.
La reserva se caracteriza por sus playas vírgenes y un cordón de dunas altas sin modificaciones de origen humano. No hay árboles ni edificaciones, solo naturaleza en su estado más puro. La vegetación es principalmente herbácea y arbustiva, típica del pastizal costero, sin especies introducidas.
Yezzi explicó que la fauna del lugar incluye especies emblemáticas como ñandúes, flamencos y hasta pumas. También destaca la presencia de aves migratorias que utilizan la costa como área de invernada.
“Hay especies endémicas cuyo único hábitat en el mundo son las dunas costeras bonaerenses”, añadió la bióloga.
El proyecto de la reserva busca un equilibrio entre conservación y turismo sostenible. Para ello confió que se planea desarrollar un plan de manejo que sectorice el área, protegiendo las zonas más sensibles mientras se habilitan otras para actividades como caminatas, observación de aves y fotografía de naturaleza.
Contó además que la declaración de esta reserva es el resultado de años de trabajo y estudios. Yezzi recuerda que desde 2001 ya se reconocía el valor ecológico de la zona, con la declaración del río Quequén y la localidad balnearia de Marisol como paisajes protegidos.
Remarcó que la Fundación Vida Silvestre también destacó el valor superlativo de estos pastizales.
Sin embargo Yezzi advierte que el ecosistema sigue estando en peligro, principalmente por la amenaza de urbanizaciones y forestaciones. “Si pensamos en la costa norte, al norte de Necochea, es un cordón ininterrumpido de urbanizaciones que originalmente eran dunas como las que tenemos aquí”, explicó.
La bióloga que descubrió su pasión por este ecosistema durante una pasantía al final de su carrera, espera que la reserva pueda comenzar a recibir visitantes a partir del próximo verano, aunque sea de manera preliminar.
En ese sentido desde el municipio dorreguense se planea instalar cartelería indicativa como primer paso. La creación de esta reserva representa un paso hacia adelante en materia de conservación y también es una oportunidad para que el turismo zonal, el de cercanía, y el de cualquier procedencia puedan experimentar un paisaje costero prácticamente inalterado. Promete ser un verdadero viaje en el tiempo a la pampa austral original.