Tiempos duros nos toca pasar a los medios de comunicación gráficos del interior del país. En menos de un año, pasamos del castigo permanente de la inflación, donde la incertidumbre sobre el stock y la falta de precios se asociaba a la caída lenta pero firme de las ventas, a ocupar un lugar de privilegio en la mesa del recorte nacional, con la reciente intención de eliminar la exención del IVA en el precio de tapa.
Si bien la medida económica más reciente alcanza también a los medios electrónicos de comunicación, a esta altura sólo cabe preguntarse ¿Por qué aceptamos continuar con nuestra misión informativa encima de un soporte (papel) que, para muchos, ya dejó de existir?
En el caso de La Voz del Pueblo, la respuesta la encontramos cada día cuando nace el desafío de generar un producto informativo útil y objetivo para el vecino. Para el habitante de una ciudad que se hizo grande con el saldo de los negocios “de palabra”. Una costumbre que ya casi no abunda, pero certificaba seriedad en lo convenido a costa del prestigio de cada una de las partes.
Así como la palabra funcionaba como garantía de compromiso en aquellos lejanos años de calles de tierra, para la empresa periodística más antigua de Tres Arroyos, el papel del diario lo hace como aval de lo que publica, ya sea para informar, entretener y, por supuesto, vender.
Es así que, frente al golpe que significa la reciente embestida del Gobierno Nacional al costo del producto so pretexto de continuar bajando el déficit, además de los recortes en publicidad oficial, que, en algunos casos, desde el orden local de manera inexplicable exceden a la letra de la Ley Orgánica, sobrevive el desafío de hacer un producto que valga la pena porque refleja y perpetua la vida de nuestra patria chica.
El papel acepta el desafío de seguir adelante. De crear contenidos interesantes, información que sea tribuna política, actualidad general y opinión. De ser una vidriera seria y permanente de negocios interesantes en una de las regiones más rica del país y que, a diferencia de cualquier posteo en redes sociales, se pierda en la atmósfera de las publicaciones que se lleva el ciberespacio.
Por eso la insistencia. Porque mientras permanezca la noción de compromiso, el papel será un valor agregado que, junto con más de un siglo de historia, La Voz del Pueblo continúa defendiendo con el compromiso de aquel que está escribiendo día a día y como nadie la historia de Tres Arroyos. Ser parte de ella, depende de cada uno, las puertas de la difusión objetiva, libre y sin censura siempre estarán abiertas para todos.