El próximo 8 de noviembre llega la segunda función de la obra que analiza e intenta romper los mandatos sociales que tiene que cumplir la mujer en el amor
Por Camila Conejero
A través de este unipersonal, Florencia Serra cuenta el relato en el que una mujer vive y sobrevive a los mandatos sociales que se enfrenta en las relaciones amorosas. ¿Qué es el amor?, ¿Cómo condiciona la cultura la forma en que se ama?, ¿Qué lugar ocupa la mujer en el mito del amor romántico?, son algunas de las preguntas que se abordan durante la presentación.
La obra, que les llevó aproximadamente un año, comenzó a tomar forma a medida que ambas, tanto Florencia como Berta Villanueva, directora de la obra, se conocían, “No nos conocíamos antes de esto”, comentaron ambas entre risas, “pero con Florencia es muy fácil trabajar, porque ella es una persona muy abierta para todas las sugerencias, muy propositiva también, o sea, ella también propone y a la vez trabaja, busca, como que pone mucho trabajo. Entonces, para un director, trabajar con una actriz así es fácil. Y nuestros ensayos, al ser de dos personas, también eran muy intensos, porque no había motivos de distracción”, remarcó Berta.
El comienzo, como no podía ser de otra manera, fue una historia de amor, “teníamos una historia de amor, de desencuentro, digamos, dando vuelta y le empezamos a poner, cosas. Empezamos a escribir algunos textitos, como para hacer el personaje. Entonces hicimos hablar a ese personaje, con una amiga, con la mamá. Empezamos un poco eso”, recuerda la directora. “Después le fuimos haciendo zoom a cada momento, cada escena y la enriquecimos un poco más, un monólogo acá, música allá, cada vez le íbamos encontrando más la vuelta, acercándonos a lo que es finalmente”.
“Tuvimos mucho tiempo de ensayo de mesa, como se llama técnicamente. Mucho tiempo de conversar, de armar, de pensar y ahí fuimos amasando esta cuestión de la mujer y el amor y como que fuimos quedándonos con una idea, con un personaje al que le pasan determinadas cosas y con una posición nuestra al contarlo”, señalan las protagonistas, quienes sostienen que, no solamente cuentan una historia, sino que se hacen cargo de la misma, tomando una posición y un punto de vista del cual contarlo, “cuestiona bastante el rol que tiene la mujer en ese aspecto, ¿no? . Por ahí las cosas que vienen por mandato y demás. Como una postura muy marcada frente a eso, como a romper esas estructuras dadas”.
Amores tormentosos
La obra, que dura 40 minutos en escena, cuenta una historia de amores tormentosos, en la cual a veces las mujeres solemos ponernos en una posición de víctima, “Bueno, y nosotras lo entendimos así en esas reuniones, charlas, ya traíamos seguramente un bagaje pero como que se cuajó ahí, que lo que la mujer puede modificar es su actitud ante eso. Por ahí las cosas que nos producen malestar del hombre, que se arregle él, digamos, pero uno puede decidir hasta dónde eso lo permite”.
La protagonista por completo de la obra es Florencia, a quien vemos acompañada por Gisela Mas, Gabriel del Giorgio y el coro de mujeres en el área musical, y Juan Pablo Serra en la iluminación, “Tenemos el apoyo de Gabriel del Giorgio con la guitarra haciendo algunos efectos sonoros y acompañando a Gisela Mas, que canta algunas canciones y el coro de mujeres que funciona acá en La Casona y que dirige Gabriel, que también hace una intervención muy importante. Y por supuesto tenemos el aporte también valiosísimo de Juan Pablo Serra que hizo un trabajo de iluminación para nosotros de lujo porque es raro contar con un iluminador teatral en Tres Arroyos. Y bueno, y con La Casona que todo se amasó acá. Es muy importante valorizar los espacios independientes. Que los espacios independientes puedan mantenerse funcionando en estos momentos complicados”.
Por su parte la actriz está sumamente contenta con el rol que le toca interpretar en este proyecto, además de haber traído propias experiencias a las tablas, lo cual le permite que el vínculo que se da en esos 40 minutos con los espectadores sea algo distinto, mucho más íntimo, “te vas haciendo dueño de cada momentito de la obra, no hay nada externo. Viste que puede pasar a veces en una obra de teatro que el actor está como separado de lo que pasa. En cambio, en esto, como fue tan macerado, en todo hay cosas mías”.
-¿Que se siente interpretar el rol de la mujer en el amor?
– Fueron muchos nervios el primer día, el del estreno. Pero bien, porque cuando yo me puse en contacto con ella, la idea era poder, que ahora es, dar un mensaje. Más allá de que sea teatro y de que se juega y de que, bueno, todo lo que se hace en teatro siempre está bueno como que haya un mensaje en lo que uno hace, en definitiva, para eso es el arte, ¿no? Para que se digan cosas.
–¿Hay muchas cosas tuyas en la obra?
– Y uno siempre pone todo, o sea, cuando actúas pones todo lo tuyo. Hay cosas, factores externos, que obviamente son buenos, experiencias y cosas, pero cuando te pones ahí el cuerpito es tuyo, sos todo vos ahí arriba. Es increíble.
-“Es mucho más íntimo, por ahí más intenso por así decirlo. Todo es Florencia lo que pasa ahí”- nos contó Berta.
-¿Qué se espera para esta segunda función?
-Bueno, la primera la verdad que sobrepasó un montón. Si teníamos algún tipo de expectativa, la sobrepasó. Vino mucha gente, estuvo la sala llena, muy llena. Y la verdad que fue muy lindo porque aparte las devoluciones también fueron lindas. La gente, había muchas mujeres también y nada, es como tratar de que se sientan identificadas en algún momento de esos que vive el personaje en esa historia, ¿no? Que se sientan reflejadas porque todas en algún momento pasamos por ahí.
– También contar algo que es muy importante. Nos llamaron de la División de Género de Chávez para hacer una función ahí, así que estamos decidiendo cómo vamos a hacer para ir. La idea es seguir rodándola donde se pueda- cerró la directora.