“El olvido no es una opción”
Alumnos de 6to 1ra de Ciencias Sociales de la Escuela Secundaria 2, inauguraron el viernes el mural “Ecos de silencio: memoria de justicia y resistencia”, la historia de los estudiantes desaparecidos del Colegio Nacional de Tres Arroyos
Por Camila Conejero
El pasado viernes por la mañana se realizó la inauguración del mural “Ecos de silencio: memoria de justicia y resistencia”, una actividad que forma parte del programa Detectives de Memoria, en la materia Historia Reciente y que realizaron los estudiantes de 6º 1º Ciencias Sociales de la Escuela Secundaria N°2 de Tres Arroyos, ex Colegio Nacional.
Esta propuesta busca promover la reconstrucción de la historia de las víctimas del terrorismo de Estado que se llevó a cabo en la última dictadura cívico-militar en nuestro país durante los años 1976-1983, involucrando a juventudes, docentes y centros de estudiantes en la investigación y acción. La iniciativa se desarrolla en el marco de la ley 15.204 de la provincia de Buenos Aires, que establece la creación del Registro Único de Trabajadores y Trabajadores Estatales, así como de estudiantes que hayan sido víctimas de asesinato y/o desaparición durante la última dictadura.
Bajo el lema de “Memoria, Verdad y Justicia”, una significativa frase que se viene utilizando desde que se regresó a la democracia y que los distintos Organismos de Derechos Humanos de Argentina han tomado como bandera para resignificar la conmemoración a las víctimas de la última dictadura autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional”, los estudiantes mostraron su compromiso con una jornada emotiva, llena de compromiso, reflexión y memoria colectiva.
El acto contó con la presencia de diversas autoridades, como Guillermo Clarke, director del Archivo Provincial de la Memoria de la provincia de Buenos Aires y la presencia de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, autoridades locales, el intendente Pablo Garate; el director de Cultura, Educación y Derechos Humanos, Martín Rodríguez Blanco; el director de Políticas para la Juventud, Julián Tornini; la presidenta del Concejo Deliberante, Mara Redivo; la coordinadora de Jóvenes en Memoria, Paula Capristo, y la presidenta del Consejo Escolar, Gabriela García. Por otra parte, se encontraron presentes y también a la distancia, familiares de los alumnos desaparecidos que fueron homenajeados durante el acto.
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Involucrar a los jóvenes
Uno de los objetivos de estas políticas de memoria es involucrar a las nuevas generaciones en la historia reciente de nuestro país, como se mencionó en el acto de inauguración. “El objetivo principal es que juventudes, centros de estudiantes, docentes y comunidades educativas, se involucren en la reconstrucción de nuestro pasado reciente que, mediante una metodología de investigación-acción, permite trabajar sobre los archivos existentes en la provincia de estudiantes que fueron víctimas de asesinato y desaparición en ese periodo”, argumentaron.
“La propuesta no sólo busca honrar la memoria de las víctimas, sino también fortalecer en los estudiantes valores como la justicia, la empatía y el compromiso ciudadano, integrando el pasado en las prácticas educativas del presente”, destacaron desde la institución.
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Jordana Carrasco y Karen Laurier, alumnas y partícipes de la creación del mural, tomaron la palabra durante la presentación, enfatizando en lo que ellas y sus compañeros quisieron plasmar con esta muestra artística, “El mural que hoy descubrimos es mucho más que una pieza artística, es un acto de resistencia frente al olvido. Cada trazo, cada color, cada figura plasmada es una voz que se niega a ser silenciada. Una historia que recupera su lugar en la memoria colectiva de nuestra comunidad. `’Ecos de Silencio’ es una obra que trasciende lo artístico, es un manifiesto de memoria y resistencia”, expresaron.
En un comunicado que leyeron ante los presentes, las alumnas explicaron que “con sus colores y símbolos, este trabajo nos invita a reflexionar sobre los estudiantes que alguna vez compartieron estos mismos espacios y cuyas vidas fueron interrumpidas brutalmente”.
Reflexionaron que “Ecos de Silencio’ no sólo evoca las ausencias, sino que invita a reflexionar sobre nuestro rol en la sociedad actual. Al recordar a estos jóvenes que alguna vez caminaron por estos mismos pasillos, nos preguntamos, ¿qué debemos hacer para que las historias de horror no se repitan? ¿Cómo podemos, desde la educación, construir valores de respeto, democracia y derechos humanos?”.
Otro punto central, de acuerdo a lo que plantearon, es que “las investigaciones que realizamos son una muestra del poder transformador de la educación”.
Presentes ahora y siempre
Arturo Oscar Bonasorte; María Sedeni Bonasorte; Domingo Menna; Olga Graciela Barcala; Jorge Horacio Foulkes; Leticia Noemí Di Paolo; Marcelo Daniel Rodriguez; Nora Ines Vacca; Tomas Dalmiro Yebra y Virginia Isabel Cazalas, son los diez alumnos desaparecidos que fueron homenajeados en el acto.
“Con rigor y sensibilidad, intentamos reconstruir las historias de vida de quienes pasaron por estas aulas, recuperando su lugar en la memoria colectiva de nuestra escuela. Estas actividades son un recordatorio de que el olvido no es una opción. Honrar a quienes nos faltan implica un compromiso activo con la construcción de un presente y un futuro donde prevalezcan los derechos humanos, la democracia y la igualdad”, mencionaron los alumnos de 6to 1ra de Ciencias Sociales.
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Guillermo Clarke, director del Archivo Provincial de la Memoria de la provincia de Buenos Aires, por su parte, mencionó la importancia de que estos temas se sigan trabajando y conmemorando, sobre todo en las juventudes, “Esta es una jornada de educación democrática -subrayó-. Es una jornada que tiene que ver con poder, con responsabilidad, discutir nuestro futuro con grandeza, sin mezquindades, informándonos, investigando, no dejando que la televisión y el TikTok nos maneje el pensamiento, sino a través de esas lecturas que nos quieren prohibir”.
“Creo que no hace falta que diga porqué en este presente hace muchísima falta volver sobre estos temas. Porque estamos en un presente donde están puestos en cuestión valores fundamentales como la vida, la libertad, la libertad de expresión, la libertad de lectura en las escuelas, la censura”, consideró.
Entre otras apreciaciones, Clarke dijo que “no nos interesa desde la provincia de Buenos Aires, desde la Subsecretaría de Derechos Humanos, venir a hacer museos ni hacer actos de presencia para una foto. Nos interesa revalorizar el lugar de la escuela para desde aquí poder generar un pensamiento democrático”.
La hija de una desaparecida que estudió en el mismo colegio que su mamá
Laura San Martin Di Paolo es hija de Leticia Noemi Di Paolo, una estudiante del Colegio Nacional que fue asesinada el 16 de febrero de 1977 en la ciudad de La Plata.
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Laura tenía apenas un mes de nacida cuando asesinaron a sus padres en un departamento de la ciudad de La Plata, mientras ella estaba presente.
Su mamá Leticia realizó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional, en una primera instancia en el edificio de Calle Chacabuco y los terminó en el establecimiento actual. Luego de su egreso se fue a vivir a La Plata, donde comenzó a cursar la carrera de Psicología.
Al pasar los años, la vida la fue llevando por otros caminos y decisiones, haciéndola cambiar de carrera, es así como finalmente se inscribe en la Facultad de Medicina de la UNLP. En esos años conoce a su compañero y tiene a Laura su hija.
“En febrero de 1977, cuando yo tenía poco más de un mes de vida la asesinaron en el domicilio donde estábamos viviendo. Yo quedé un par de días con los dueños del departamento donde ellos alquilaban y luego un policía me fue a buscar y me llevaron a la Casa Cuna de La Plata”, relató Laura.
A diferencia de muchos casos de apropiación, ella pudo reencontrarse con su familia casi de inmediato: “Casi un mes después mis abuelos maternos se enteran de lo que había sucedido, fueron hasta el lugar y lograron encontrarme”.
Dijo, en una conversación con este diario, que “es muy emotivo estar acá en el Colegio, estoy con una de mis hijas en este mismo colegio donde, tanto ella como yo, estudiamos”.
Al referirse al mural, sostuvo que “es un trabajo que no termina nunca el de memoria y es un orgullo ver a los jóvenes seguir siendo partícipes de proyectos de este tema, porque pasa el tiempo, si bien es un pasado reciente, también hay una realidad actual política que invita a olvidar, y es eso lo que no queremos. Entre todos tenemos que construir que la memoria se siga sosteniendo”.