El semillero: Olimpo potencia las divisiones formativas de fútbol
Por segundo año consecutivo, realizó un viaje a Tandil para jugar con otros equipos y vivir una experiencia valiosa. Esta vez participaron las categorías 2010 y 2012. El testimonio de protagonistas
Jugadores de las categorías 2010 y 2012 de Olimpo viajaron en forma reciente a Tandil, acompañados por profesores y padres, donde convivieron, compitieron y sumaron una experiencia muy valiosa. Es el segundo año consecutivo que la entidad realiza un viaje de tales características a Tandil, en 2023 con una categoría y en esta oportunidad con dos.
El coordinador Alvaro Martínez, Benjamín García Orsili, jugador de la categoría 2012 -que obtuvo el campeonato este año-, y Ramiro Di Salvo, de la categoría 2010, dialogaron con La Voz del Pueblo. “Estuvimos poco más de cuatro días en el club Los 50, que está en las afueras de Tandil. Es un lugar muy lindo y tranquilo, contamos con posibilidad de estar este tiempo solamente nosotros”, explicó Alvaro Martínez.
Desde que inició su tarea como coordinador “un poco la idea era volver a realizar viajes con las inferiores y cada año sumar algo, el club hacía mucho que no los hacía. En 2023 fuimos con una categoría, esta vez pudimos concretarlo con dos, ya hay propuestas y estamos pensando lo que vamos a concretar en 2025”.
Viajaron aproximadamente 40 personas. En este sentido, destacó que “los papás hicieron la logística, se encargaron de la comida, el transporte. Eso permitió que nosotros nos dedicáramos de lleno a ser profes y acompañar a los chicos”.
La inquietud de llevar a cabo viajes surgió después de la pandemia de Covid-19, para que los chicos tengan “otra competencia y más experiencia. En la categoría 2012, para muchos es la primera salida solos, es todo un desafío para ellos, al igual que para profes y padres. Los chicos de la categoría 2010 son un poco más grandes y más autónomos”.
En su análisis, observó que “llevar dos categorías diferentes es importante para la convivencia, el sentido de pertenencia con el club, conocerse con chicos de otras edades. Ayuda al desarrollo personal de los jugadores”.
En la cancha
Benjamín García Orsili tiene 12 años, es volante central, juega “de 5”. Recordó que “hace mucho tiempo jugué ‘de 8’, pero siempre en el mediocampo. Fue muy lindo el viaje a Tandil, la pasamos bien, creo que nos portamos también bien y tuvimos buenos partidos”.
Luego de alcanzar el campeonato en la Liga local, se trató de la ocasión “para medirnos con equipos de otros lugares, ver cómo estamos”.
Por su parte, Ramiro Di Salvo, de 14 años, se ubica como marcador central o lateral por izquierda porque es zurdo, posición en la que empezó a jugar “estos últimos dos años. El profe ve que puedo aportar para el equipo en esa posición”.
En 2023 integró un plantel que logró el campeonato, en 2024 no sucedió. Más allá de los resultados, expresó que “no por eso fue un mal año. Nos fue bastante bien, logramos clasificar a la Liguilla, me parece que tuvimos un buen nivel, estuvimos a la altura de varios clubes y competimos”.
Además fue convocado para formar parte de la Tercera división: “Venía con ganas de jugar. Dentro de todo lo positivo, lo mejor es convivir con gente más grande que te da la tranquilidad, su conocimiento”.
De los partidos en Tandil, destacó “la posibilidad de competir con otros clubes. Por ejemplo, tuvimos como rival a Alvarado de Mar del Plata, decíamos ‘vamos a perder’ y terminamos empatando. Pudimos ver que estamos bien”.
Del mismo modo, le otorgó relevancia a compartir en “el día a día. Estar con los chicos, los profes, en distintos momentos, entrenar, jugar, también divertirse”:
Los dos iniciaron su camino en Olimpo desde muy chicos, en la escuelita. Benjamín García Orsili contó que “conozco a algunos integrantes del equipo hace mucho tiempo y al que se incorpora lo recibimos con las puertas abiertas, es incluido en el grupo. Hay que ser buen compañero siempre”.
“El motor”
Alvaro Martínez consideró fundamental “el apoyo de los padres. Se acercan a los clubes en las inferiores por los hijos o porque ven que se labura con ganas, es todo a pulmón. Se entusiasman, empiezan a colaborar y cada vez se va formando un grupo más grande o que acompaña más”.
Al describir las características de las divisiones formativas, dijo que “es un mundo diferente al fútbol de Primera porque lo competitivo es importante, pero no lo más importante. Cuando vos ves que tu hijo la pasa bien, tenes ganas de colaborar”.
Otro aspecto a tener en cuenta es que “cada uno colabora desde donde puede o quiere: hay gente que le gusta aportar dinero, hay gente que le gusta estar, a otros les gusta trabajar en la cantina, lavar la ropa. Son diferentes formas de ayudar, todas súper importantes”.
Para quienes se suman en una actividad como voluntarios, implica a veces “resignar días de trabajo, días de vacaciones, momentos con la familia. Estar disponible para la cantina los fines de semana, ir a la cancha, acompañar. Dejar muchas cosas de lado. El motor es que los chicos se sientan felices y progresen”.
Con énfasis, afirmó que “a mí me genera satisfacción. Más allá de que es un trabajo, uno lo hace con ganas”. Y agregó: “Tenemos una estructura con muchos profes, todos chicos formados en el club y en algún momento en el futuro ojalá que alguno de ellos le guste y se siga toda una cadena, que es un poco a lo que se apunta”.
En forma coincidente con los jugadores, puso de manifiesto que “los viajes sirven también para ver dónde estás parado. Cuando vas a otros lugares, te encontras con que la Liga nuestra en algunos puntos es buena y en otras tiene que mejorar. El ritmo de competición es totalmente distinto, el tema físico, son baños de realidad que te vas dando”.
Por esta razón, reiteró que “competir afuera contribuye en tener esa perspectiva y queremos agregar cada año algo más. Si se puede, jugar un Federal en 2025, una competencia que potencie a los chicos”.
Son días en los que están juntas “personas distintas, diferentes realidades. Los chicos ven compañeros criados tal vez de otra manera, cada uno tiene su punto de vista, ‘no todos son como vos’, eso hace que vayan aprendiendo cosas nuevas”.
Un proceso
Para Alvaro Martínez, un eje de Olimpo es la continuidad en una forma de trabajar. “Guille (por Guillermo Orsili), que ahora es el técnico de Primera, estuvo diez años en la escuelita, hay todo un proceso. Después me sumé yo y venimos con la misma línea de comportamiento, de conducta, los resultados se ven. Todas las categorías compiten y eso significa que estás haciendo algo bien”.
Finalmente, reflexionó que “hoy los chicos si perciben algo que no les gusta, comparten mensajes y se van. No hay tanto sentido de pertenencia como antes. En el club, en general, han permanecido; muchos entran en la escuelita, van creciendo y continúan en las etapas siguientes”.
“El abuelo de todos”
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Carlos Mastrángelo es un emblema de la institución, habitualmente está presente en la escuelita, asiste además a los partidos y participa en los encuentros de divisiones inferiores.
En este contexto, por supuesto viajó a Tandil. “Fue el primero en subir, con mucho entusiasmo. Estuvo todos los días firme en Tandil, con mucha energía a los 88 años”, sostuvo Alvaro Martínez.
Al respecto, puntualizó que “se levanta temprano, ayuda, está pendiente. Siempre digo que es el abuelo de todos, un poco el rol que cumple. Estamos encantados de que vaya, a él le da vida y a nosotros también, es mutuo”.
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