Entrevista a Silvina Kuperman: a través de la sangre, la oportunidad de cambiar vidas
Desde hace 25 años se desempeña como médica pediatra del Hospital Garrahan, donde es jefa del Centro Regional de Hemoterapia. Compartió su experiencia, destacó la red de promotores formada en el país y la tarea que se concreta en Tres Arroyos
Por Alejandro Vis
La doctora Silvina Kuperman es médica pediatra del Hospital Garrahan, donde se desempeña hace 25 años. Allí tiene la responsabilidad de ser jefa del Centro Regional de Hemoterapia, que cuenta con un banco de sangre y además el banco de sangre de cordón umbilical. Se define, en el perfil de sus redes sociales, como “fan de la salud pública y de la ciencia”.
Su labor la ha llevado a constituirse en una referente en medicina transfusional, motivo por el cual ha sido convocada a conferencias en el país y el exterior.
En septiembre de 2024, participó en nuestra ciudad en el IX Encuentro Nacional de promotores voluntarios de la donación de sangre y medula ósea. En abril pasado, formó parte del Congreso Ibero Hemo que se realizó en Paraguay, actividad en la que intervino también Guillermo Jaime, de Tres Arroyos dona médula y uno de los directores de la Red Argentina de Promotores de Donación de Sangre y Médula Ósea.
La disponibilidad de sangre es insuficiente. “Los donantes que se atienden en Argentinas son mayormente aquellos pedidos a los pacientes. Los que llamamos donantes de reposición que el hospital, la clínica, el sanatorio, le solicita al paciente cuando se va a internar y recibir un tratamiento médico quirúrgico”, observa.
El desafío es incrementar el porcentual de la población que “va a una colecta externa de sangre o a un hospital a donar espontáneamente, sin necesidad que se lo pidan”.
Un paciente se encuentra vulnerable. “En ese momento viene el responsable del banco de sangre y le dice a él o a un familiar, por favor tráeme cinco donantes o diez para hacer la cirugía ¿Es de alguna forma poner al paciente ante un problema, no? Sumarle una dificultad”, reflexiona.
En este contexto, recuerda que “en el año 2011, en el Hospital Garrahan decidimos dejar de pedirle a los pacientes que trajeran donantes. Y empezar a trabajar con la comunidad para poder tener donantes voluntarios y que los pacientes no se preocuparan más”.
La decisión fue reveladora y tuvo consecuencias muy positivas: “Cuando consolidamos el trabajo, sacamos el banco de sangre a la comunidad, para que las personas pudieran donar donde estudian, donde trabajan, en el club, donde se divierten. Entonces comprobé que era un proyecto que podía extrapolarse a otros lugares”.
Tuvo en cuenta que “si lo pudimos hacer en el Hospital Garrahan, en un centro de salud público con recursos a veces limitados, con direcciones que cambian según los gobiernos y se pudo mantener en el tiempo, es un buen modelo para llevar a cualquier ciudad, jurisdicción o región. Por eso pensé, tiene que ser un norte a seguir”
Una tarea clave
Entre 2019 y 2022, Silvina Kuperman presidió el Grupo Iberoamericano de Medicina Transfusional y uno de los objetivos fue crear redes de promotores de la donación de sangre en toda Latinoamérica. “Es una tarea que se realiza a nivel comunitario. En Tres Arroyos está muy desarrollada. Son personas que porque alguna vez pasaron por una determinada circunstancia o simplemente se conmovieron por la causa, organizan colectas externas, convocan a otros vecinos, dan talleres, capacitan y trabajan junto a los servicios de sangre. Sin ellos es imposible la donación voluntaria”, indica.
Cordón umbilical
La sangre del cordón umbilical tiene una finalidad valiosa, es preservada en un banco público del Hospital Garrahan por su valor científico y para la vida.
“Suscribimos convenios con algunas maternidades y aquellas madres que expresan su voluntad, donan la sangre que está dentro del cordón”, explica.
Un paso muy grande tuvo lugar “cuando se descubrió, hace muchos años, que esas células tenían las mismas propiedades que las células que llamamos progenitoras hematopoyéticas. Las mismas que la médula ósea”. Por este motivo, “en algunos pacientes, se puede utilizar para el trasplante de médula ósea”.
Con esta finalidad, se conformó el “registro de donantes de médula ósea o registro de células progenitoras hematopoyéticas, que depende del Incucai”.
Menos riesgo
Ampliar la cantidad de donantes voluntarios es muy beneficioso por distintas razones. “Cuando la persona concurre de manera voluntaria, tiene un perfil más seguro y de bajo riesgo de aquella persona que lo hace presionada”, señala.
En esta línea de pensamiento, la doctora Kuperman plantea que “quien asiste presionado no puede darse el lujo de no donar. Y entonces quizá en la entrevista que le hacemos, no cuenta que estuvo en alguna situación de riesgo y eso puede implicar una infección transmisible por la sangre. No lo dice porque piensa que estudiamos toda la sangre y de lo contrario, no operan a su hijo, su nieto, su sobrino”.
Deja en claro que “en realidad tiene razón, estudiamos toda la sangre. Pero desde el Covid, la población entendió muy bien que existe la perio-ventana, en otras palabras un tiempo de ventana inmunológica, si un donante se infectó hace muy poquito no lo podemos detectar”.
Al exponer los motivos de su postura, agrega que “está muy demostrado que los donantes voluntarios tienen menor prevalencia de infecciones que se transmiten en la sangre, a diferencia de los donantes presionados o de reposición”.
Juntos
El 11 de diciembre de 2025 se va a realizar la quinta edición de Latinoamérica Unida Dona Sangre. “Todos los años hacemos actividades de capacitación durante cuatro meses y terminamos con una gran colecta. Más de 300 bancos de sangre de toda Latinoamérica se unen en un solo día”, relata con entusiasmo.
Es una jornada en la que “amplificamos nuestra voz, nos damos visibilidad, hacemos una caja de resonancia que nos permite compartir el mensaje de la donación de sangre en un momento bastante crítico para todos los hospitales. En esa fecha, falta poco para Navidad, Año Nuevo, contamos con menos donantes, ya está cada persona en otra sintonía y entonces siempre tenemos riesgo de no disponer de un buen stock”.
Un hito
El Congreso Ibero Hemo, que tuvo lugar en Paraguay, fue “una experiencia bastante inédita y revolucionaria -sostiene la doctora-. La primera vez que los promotores comunitarios integran la agenda científica de un congreso médico. Es muy importante porque no hay donación voluntaria, ni hay sangre suficiente, oportuna y segura sin un trabajo en común entre el sistema sanitario y la comunidad”. Por esta razón, entiende que “fue como un hito”.
Durante esta actividad “un montón de promotores comunitarios de toda Latinoamérica pudieron compartir aprendizajes, encontrarse, abrazarse, traer ideas y seguir motivándose entre todos”.
En Tres Arroyos generó alegría la participación de Guillermo Jaime, quien junto a Gabriela Jaramillo de Rosario, dirigen la Red Argentina de Promotores Comunitarios. “Guillermo tuvo un papel fundamental contando al resto de Latinoamérica cómo es este modelo de trabajo. Como argentinos es un orgullo haber sido representados por Guillermo y Gabriela. Están haciendo un trabajo enorme que merece nuestro respeto y felicitación. Es absolutamente voluntario y altruista”, destaca.
Finalmente, Silvina Kuperman pone de manifiesto que “Argentina es el único país de la región en que todos los promotores se unen en esta red. Para nosotros es un modelo de trabajo y de organización”.
/https://lavozdelpueblocdn.eleco.com.ar/media/2025/06/Guillermo-Jaime.jpg)
El conflicto en el Hospital Garrahan
La doctora Silvina Kuperman fue consultada sobre el reclamo salarial de médicos y residentes del Hospital Garrahan, que dio lugar a movilizaciones y otras medidas.
“Es una situación muy compleja que pone en riesgo la accesibilidad, la calidad y la equidad de atención para los pacientes que necesitan de nuestro Hospital”, sostiene.
Transcurren días difíciles para el equipo de trabajo. Con esperanza, expresa que “confiamos que pronto tendrá una resolución”.
En redes sociales, publicó un mensaje con palabras acerca de lo que significa el Hospital Garrahan: “es un símbolo de compromiso con la salud pública de niñas, niños y adolescentes; es un lugar profundamente querido; un lugar que contiene, que comparte, que abraza y que cuida”.