Con la sanción de la Ley 27.777, se produjo la designación de Patricia Pinnel como cónsul honoraria de Luxemburgo. Un país más pequeño que el partido de Tres Arroyos y cuyos habitantes tienen un elevado nivel de vida. El orgullo por sus raíces y un desafío que vive con entusiasmo
Por Alejandro Vis
Patricia Pinnel, hija de tresarroyenses, fue designada como cónsul honoraria de Luxemburgo en Argentina. No se realizaba un nombramiento similar, para representar a Luxemburgo en nuestro país, desde hace más de 70 años. “Me toca a mí el honor de desempeñar este cargo a partir de la aprobación del gobierno argentino”, expresó en una conversación con La Voz del Pueblo.
La designación está incluida en la Ley 27.777, fue aprobada en una sesión del Senado nacional junto a otros cónsules propuestos por el Gobierno. Patricia explicó que “al ser ciudadana luxemburguesa, pero también argentina, el Gobierno debe contar con la aprobación mediante una ley. Primero se requiere al aval de Cancillería, luego va a ambas cámaras del Congreso y si se aprueba, el Gobierno informa a las autoridades de Luxemburgo. El paso que falta es el envío de este informe”.
En su argumentación, observó que “si fuese solo luxemburguesa, lo único que hay que hacer es presentar la credencial que tiene que ser aprobada, pero no hace falta una ley del Congreso. En este caso sí porque tengo las dos nacionalidades”.
Reside en la ciudad de Buenos Aires, donde nació. Allí va a ejercer su nueva función. Es doctora en Ciencia Política, licenciada en Administración de Empresas, técnica en Publicidad, con postgrados en Manejo Estratégico de Recursos Humanos y en Estrategia de Negocios, de la Executive Business School de Harvard. Se formó también en Estrategias de Comunicación y es además Operador Idóneo de Bolsa. Se trata solamente una parte de su preparación académica y desarrollo laboral.
Sonriendo, manifestó que “estudié todo lo que la vida me permitió y sigo formándome. Es fabuloso poder hacerlo”.
Prosperidad
En la entrevista, describió con precisión a Luxemburgo, “un país de 650.000 habitantes, aproximadamente la mitad de ellos extranjeros. Una monarquía constitucional con Parlamento, es una democracia liberal que tuvo la capacidad de desarrollarse en los últimos 80 años de una forma extraordinaria. Muy pujante”.
Sobre su historia y características, mencionó que “Luxemburgo es un gran ducado y estuvo siempre en la batalla entre Alemania y Francia. Si bien se mantuvo neutral, ambos países se debatían su soberanía sobre este gran ducado”. Fue uno de los fundadores de la Unión Europea y se consolidó como un territorio de paz, lo que “favoreció un amplio desarrollo económico y político. No tiene Ejército. Debe ser uno de los países jurídicamente más estables y reconocidos en el mundo por su neutralidad y su objetividad”.
En su análisis, Patricia explicó que “tras la Segunda Guerra Mundial y a partir de la creación de la Unión Europea, Luxemburgo estratégicamente definió ser el país que es. Desde entonces construyó la estabilidad política, económica, de las reglas jurídicas”.
En este sentido, se generó “un acuerdo con los distintos partidos y sectores políticos. Ninguna de las reglas de juego va a ser cambiada de forma brusca, para evitar un impacto negativo”. Agregó que “es el segundo inversor en el mundo después de Estados Unidos. Convoca fondos de numerosos países para ser invertidos en distintos lugares”.
Del mismo modo, le otorgó relevancia a que “Luxemburgo es líder en industrias espaciales, en tecnología, en las telecomunicaciones, en transporte y logística”, así como tienen un lugar central los servicios financieros.
Un rubro fundamental en el inicio de la generación de riqueza en Luxemburgo fue la siderurgia. “En el siglo XIX y parte del Siglo XX, el país no tenía la prosperidad actual. La siderurgia ayudó en la expansión económica, que permeó en el ámbito social”, indicó.
La calidad de la educación “se ubica por encima del nivel estándar, es muy buena. Aquel que quiere destacarse debe tener sí o sí una licenciatura o una maestría. Una licenciatura es en Luxemburgo como tener el secundario en otros países con menos grado de avance”.
Al respecto, reflexionó que “la situación social, económica y cultural es muy dinámica en el mundo. Hay que actualizarse de manera continua para potenciar los liderazgos y las interrelaciones”.
La dimensión del territorio es pequeña. Cuenta con 2586 kilómetros cuadrados, mientras que “el partido de Tres Arroyos tiene poco más de 5861 ¿Es increíble no?”.
Una particularidad interesante. El transporte en tren, tranvía y colectivos se brinda en forma gratuita en Luxemburgo, tanto para el residente como para el turista. “Funciona muy bien”, subrayó Patricia.
Asimismo, contó que “el salario mínimo es superior a 2200 euros”. Se debe tener en cuenta que “vivir en Luxemburgo requiere disponer de un buen nivel de ingresos”. Según datos del Fondo Monetario Internacional, tiene el PBI más elevado de Europa.
Sus roles
Como cónsul honoraria, una de las tareas será “asistir a un ciudadano luxemburgués que pueda tener una situación crítica de emergencia en el país que en ese momento se encuentre. Puede llamar al cónsul para recibir asistencia y asesoramiento, la protección de sus derechos y su persona”.
Otra labor relevante consiste en “promover las relaciones bilaterales. Todo lo vinculado con eventos culturales, educativos y económicos. En misiones comerciales, ayudar en la coordinación con organizaciones del tercer sector, el Gobierno o las empresas”.
Su misión abarca “darles soporte a las empresas luxemburguesas que puedan estar en el país. Fomentar actividades económicas, sociales y educativas; la interrelación entre universidades”. Sobre este punto, dijo que “en Luxemburgo hay interés en las universidades de relacionarse con entidades pares de otros países y lo mismo sucede en Argentina”.
Para su función, el conocimiento de idiomas adquiere mucha importancia. “Es bueno saber para esta actividad, como en mi caso, francés, inglés y español. Comprendo el italiano. En Luxemburgo los idiomas son tres: luxemburgués, francés y alemán. En realidad, el luxemburgués es una combinación del francés con el alemán; lo entiendo, pero no lo hablo”, puntualizó.
Un hecho destacado
En forma reciente, el gran duque Enrique de Luxemburgo nombró a su hijo Guillermo como “teniente representante”, un paso esencial para preparar luego su abdicación.
“La finalidad es que todo el procedimiento sea prolijo, que él pueda retirarse de una forma programada y clara”, dijo Patricia. Agregó que “todavía no ha sido comunicado el plazo exacto en que será reemplazado por Guillermo. El gran duque Enrique asumió en el año 2000, se estima que ocurrirá en un par de años más, no es un período largo. Ya su hijo tiene la autoridad para representarlo en cualquier acto en decisiones parlamentarias”.
Idiosincrasia
Es porteña, sus padres nacieron en Tres Arroyos. “Mi madre es nieta de luxemburgueses y mi padre hijo de luxemburgueses. Tengo campo cerca de Tres Arroyos, es una ciudad que amamos, mi casa de la playa se encuentra en Reta”, comentó.
Esto implica que “una parte nuestra está ahí”. Habló de apellidos de nuestro distrito que tienen un vínculo con Luxemburgo como “Erpelding, Hellers, Fischbach, Pinnel y muchos otros. Los Guillamón por su tía abuela Aurora, Arrechea por su abuela Pinnel”.
En una mirada personal y a partir de sus experiencias, elogió “el espíritu de las colectividades, sus distintas manifestaciones, me encanta por ejemplo el molino de los Países Bajos y otros espacios públicos identificados con el origen de los inmigrantes en distintos lugares de la ciudad”.
En esta línea de pensamiento, reflexionó que “hay una cooperación, distintas colectividades y a su vez el sentimiento es tresarroyense, una idiosincrasia muy fuerte. Los que vamos cada tanto desde Buenos Aires lo notamos y es una particularidad que me parece muy valiosa”:
Una anécdota y el reflejo de otros tiempos
Con una anécdota, Patricia Pinnel se refirió a la colectividad de luxemburgueses en generaciones pasadas. Sostuvo que “la comunidad era tan fuerte, que cuando mi abuelo se casó con mi abuela que no era luxemburguesa, mi bisabuelo no fue al casamiento”. Con buen humor, mencionó de inmediato que “mi papá entonces se casó con alguien que tenía ancestros luxemburgueses”.
Como sucedió también con otros inmigrantes y descendientes, con el transcurso de las décadas se fue produciendo una apertura.
Orígenes que forman parte de la identidad. En más de una ocasión, señaló que “mi corazoncito está en Tres Arroyos. Ahora por mi función voy a tener que permanecer mucho más en Buenos Aires, pero hay un vínculo muy fuerte”.
La ciudad de Luxemburgo es la capital y sus orígenes se remontan al siglo X