“Es la situación más difícil en la historia de los jardines Frutillitas”
Nancy Despósito quedó viuda a los 30 años, con cinco hijos. Encontró apoyo en la Asociación Amigos del Menor y la Familia, pudo dejar en Frutillitas a sus hijos más pequeños y le dieron trabajo. Expresa que “tenemos la esperanza de que los jardines no van a cerrar”
Por Alejandro Vis
En la sede del Jardín Frutillitas II, en el Barrio Fonavi, se puede apreciar a simple vista -y por el sentido del olfato, a través de agradables aromas- la tarea del personal. Luego del almuerzo, integrantes del equipo de trabajo avanzaron con la limpieza y hay además orden en cada espacio.
A las dos de la tarde en punto, la cocinera Nancy Despósito recibe a La Voz del Pueblo. Es una de las protagonistas en un video que realizó la Asociación Amigos del Menor y la Familia para dar a conocer la difícil situación financiera: “El jardín es todo, es mi vida”, expresa en este material audiovisual, cuyo nombre es “La última oportunidad”.
La entidad no tiene fondos suficientes para el pago de sueldos y aguinaldos. Es el problema central, motivo por el cual sus integrantes -como indicó Claudia González, en una entrevista publicada en nuestra edición de ayer- piden la respuesta urgente del Estado.
Nancy, cuando habla de Frutillitas con este diario, sonríe y se emociona. Los sentimientos quedan en claro en las palabras, los gestos y en los silencios.
Cuando ella tenía 30 años, falleció su esposo de manera repentina. Tuvo que afrontar un estado emocional muy duro por la pérdida, así como un desafío económico enorme debido a que habían conformado una familia con cinco chicos. “Fue algo totalmente inesperado, no estaba preparada. En esas circunstancias conocí los jardines Frutillitas, al necesitar el espacio y buscar trabajo para darle la comida diaria a mis hijos”, recuerda.
Por medio de una asistente social conoció a la coordinadora de la institución, Marta Blasetti. La menciona con gratitud, tras lo cual destaca que “pude entrar a trabajar por un plan en los pequeños hogares”.
Por entonces, había tres pequeños hogares y ya estaban en funcionamiento los Frutillitas. Nancy llevaba a sus dos hijos más chicos a la sede de avenida Libertad 995 y se iba a trabajar. “Tenía 12 años el mayor, 2 años y medio el menor”, puntualiza.
Trabaja en Frutllitas desde hace poco menos de 30 años. Se desempeñó con un plan aproximadamente seis meses, en un período siguiente “comencé a cubrir francos y luego, gracias a Dios, tuve la posibilidad de que me tomaran en blanco. Pude dejar otras ocupaciones, dedicarme de lleno a eta actividad y tener más tiempo con mis hijos”.
Ingresó como cocinera, en las instalaciones de Vélez Sarsfield 1150, en febrero de 2014. Relata que “tuve lamentablemente que cerrar las puertas de los pequeños hogares en diciembre de 2013. Me trasladaron y se inició mi historia en la cocina de los Frutilltas”.
La labor en los pequeños hogares no era tan específica, porque “se cocinaba, se lavaba. Prácticamente como una mamá, otros horarios y responsabilidades. No digo que actualmente no las tenga, pero son diferencias en la función y las características del lugar”.
/https://lavozdelpueblocdn.eleco.com.ar/media/2024/12/Entrevista.jpg)
Dificultades. “Todos trabajamos para que los Frutillitas sigan con vida”, señala Nancy, que ingresó, por un plan en los pequeños hogares. Al recordar esta oportunidad, menciona con gratitud a Marta Blasetti y valora el gesto de la institución
Caídas
El contacto cotidiano con las familias del Barrio Fonavi genera vínculos, una cercanía. “Estar en contacto con ellos es lindo. En cierta medida, formas parte de sus vivencias, nos encontramos a disposición. Con los compañeros de trabajo también la relación es muy buena, compartimos muchas horas”, señala Nancy.
Cuando está preparando alimentos en la cocina, sabe que los chicos esperan verla, como sucede con otros integrantes del personal. Cuenta que “si me ven sin la cofia en la calle me miran dos veces, si sonrío se dan cuenta quien soy. Ellos te relacionan con el día a día, siempre estoy con el guardapolvo y con la cofia en la cabeza”.
Define las circunstancias actuales como “muy dolorosas”. Y menciona que “nosotros ya hemos tenido otras caídas y nos levantamos, pero esta situación que estamos viviendo creo que es una de las más fuertes y complejas”.
Por momentos, su voz se entrecorta, debe hacer una pausa. “Me emociono porque le debo mucho a la institución -afirma-. El espacio que me dieron cuando lo necesité, en un momento tan difícil de mi vida, el trabajo para salir adelante. Tener que pensar que en un futuro podría cerrar es muy duro”.
Nancy posee un rol adicional, porque “aparte de ser la cocinera, soy la dirigente gremial”. En este sentido, comenta que “en 2014 enfrentamos adversidades muy grandes. Pero un problema, con la magnitud del que tenemos estos días, no hubo ninguno”.
No obstante, observa que “estamos para contener, al servicio de la comunidad, por eso tenemos la esperanza de que nos van a escuchar, nos van ayudar”.
La comunidad está presente, reacciona para extender su mano. Subraya que “la comunidad colabora de manera permanente. La población del distrito de Tres Arroyos es solidaria. Para la Asociación, es difícil seguir sosteniendo los sueldos, esa es la realidad. También se necesita realizar muchos arreglos, hay que terminar de cambiar la mitad del techo del Frutillitas II, pagar impuestos, todo suma y mucho”.
Siente la convicción de que “debemos seguir hacia adelante” y reitera que “tenemos la esperanza de que esta entidad no se va a cerrar”.
Agradeció la actitud de las familias, de los padres, que “están predispuestos si hay que salir a incorporar un asociado para ponerlo en la boleta de CELTA, apuntamos mucho a que la comunidad nos ayude desde ese lugar. Estamos en una etapa muy triste y lamentable”.
Piensa en las mamás que llegan a Frutillitas y lo relaciona con su propia vida. “Verlas con sus pequeños, los traen y los dejan. Estoy identificada con ellas, reflejan lo que yo viví”, expresa. Por este motivo, agrega: “Tener que pensar que un lugar como este que brinda tanto a la gente corra el riesgo de cerrar sus puertas, es algo que no quiero imaginar”.
Desde las 7
Bien temprano, Nancy abre las puertas para llevar a cabo su actividad laboral. “Soy la primera en llegar y la ultima en irme. Abro el jardín a las 7 horas, luego vengo a mi cocina. La siento mía porque tengo una vida acá adentro y en los pequeños hogares”, describe.
En primer término, empieza a “preparar la leche, el desayuno para los chicos, el postrecito para los bebés. Llegan mis compañeras, a quienes espero con el mate, que no falte nunca. Luego ya me concentro en la rutina para cocinar el almuerzo”.
Su jornada finaliza a las 16 horas. Es precisa al hablar de la función, las prioridades: “Cuido y estoy pendiente de que los chicos reciban su alimento todos los días”,
Se trata de una tarea sensible y artesanal. “El condimento que nosotros podemos poner es el amor, la contención desde la cocina, desde las salitas, mediante las chicas auxiliares. Todos trabajamos para que esto salga adelante y siga con vida”, concluye.
Iris
En agosto pasado, en el marco del Día del Niño, este diario entrevistó a Iris Mangas, cocinera del jardín Frutillitas I. Otro testimonio muy interesante sobre un servicio esencial para muchos chicos y sus familias.
Trabaja desde hace 30 años en Frutillitas, lleva más de una década en la cocina y vivió experiencias inolvidables en la sede de avenida Libertad 995.
Además de acceder a una fuente laboral, crió a su hijo en el jardín maternal, lugar por el que siente “un amor especial”.
/https://lavozdelpueblocdn.eleco.com.ar/media/2024/12/Iris.jpg)
Para colaborar
A través de la boleta del servicio eléctrico de CELTA, los vecinos pueden colaborar con los Frutillitas. El aporte mínimo es de 500 pesos, otra opción es 1000 pesos o el monto que quiera aportar el usuario.
Para ello hay que completar un breve formulario que se debe solicitar en la cooperativa, en las sedes de los Frutillitas o directamente a integrantes de la entidad. Los interesados se pueden comunicar a los teléfonos 2983 414973 o 2983-502867.
También es posible realizar donaciones directamente a la cuenta de Frutillitas, cuyo alias es jardinesfrutillitas, a nombre de Asociación del Menor y la Familia.
Sin rifa
La Asociación Amigos del Menor y la Familia reiteró que no está realizando una rifa. En consecuencia, si se registra el ofrecimiento de un número, utilizando el nombre de la entidad, es un intento de engaño.
/https://lavozdelpueblocdn.eleco.com.ar/media/2024/12/WhatsApp-Image-2024-12-14-at-09.56.01-1024x696-1.jpeg)