Es por el cierre de Joker’s, la puesta en venta de Troya y debido a que en mayo finalizará sus actividades el Hotel Alfil. La cantidad de empleados afectados fue proporcionada por el sindicato. Jorge Gamos dijo que “estamos pasando una situación complicada”
Por Alejandro Vis
El sector gastronómico está padeciendo la pérdida de aproximadamente 20 puestos de trabajo en pocas semanas debido a que cerró sus puertas Joker’s, se pusieron en venta instalaciones de Troya y el Hotel Alfil dejará de brindar servicios cuando termine abril.
El secretario general de la seccional de UTHGRA (Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina), Jorge Gamos, dijo en una conversación con este diario que en el caso del Hotel Alfil “no tenemos la información directa de la empresa, sí lo sabemos por trabajadores que han estado realizando consultas en el sindicato. Quedarán desocupados nueve empleados, pero existe la posibilidad de que dos sean reubicados en el otro hotel que tiene la empresa”.
Señaló que “el resto, más allá de la indemnización, se quedan sin empleo. Con un sueldo llegar a fin de mes cuesta mucho, al no tenerlo todo es muy difícil. Detrás de los trabajadores hay una familia”.
También puntualizó que “en Troya -que está en venta- se perdieron cinco o seis puestos de trabajo, mientras que en Joker’s fueron aproximadamente ocho”.
En su análisis, Gamos expresó que “con la situación que vive hoy el país es difícil mantener un negocio, lo vemos y entendemos, pero el que paga las consecuencias es el trabajador. Se queda desocupado, es muy difícil volver a conseguir un empleo registrado, con obra social y aportes para la jubilación”.
El dirigente sindical e integrante del rubro desde hace décadas, consideró que “estamos viendo en la ciudad lo que percibíamos a nivel nacional. Miraba por televisión el cierre de una fábrica o una empresa, no se observaba en nuestro distrito. Pero hace dos o tres meses se empezó a ver en la gastronomía y en otras actividades”.
Con la mirada en un período más largo, mencionó igualmente que “en el bingo el año pasado se perdieron cuatro puestos laborales, ahora pareciera que está recuperándose un poco. El año pasado cerró la sucursal que El Mundo de las Tartas tenía en calle Mitre, fueron en su momento otros dos empleos menos”.
Hizo referencia a que “desde la pandemia cerró el Parque Hotel, La Catalana y algún otro comercio más chico”. La seccional de UTHGRA abarca los distritos de Coronel Pringles, Coronel Suárez, San Cayetano, Gonzales Chaves y Tres Arroyos. “En Coronel Pringles cerraron hoteles, rotiserías, restaurantes y no volvió a abrir nada nuevo”, subrayó.
Como contrapartida, en nuestra ciudad en la etapa más reciente abrió sus puertas Boomerang y La Vermuts, en el local donde funcionara el restaurante La Argentina.
Empleo informal
En ocasiones, empresarios se contactan con el sindicato porque deben cubrir una tarea. Como ejemplo, mencionó que “hace quince días, llamaron desde una pizzería porque necesitaban un lavacopas, han pedido un cocinero. Si bien no tenemos una bolsa de trabajo, dentro de la información disponible, hacemos las recomendaciones”.
En su evaluación, agregó que “a veces empresarios no quieren llamar al sindicato, porque lógicamente pedimos que los empleados estén registrados. El trabajo informal está a la orden del día, hacemos controles de manera permanente y aun así creo que en la gastronomía un 25 o 30 por ciento del personal se encuentra sin registrar”.
Gamos señaló que “en ocasiones el mismo trabajador no quiere ser registrado, porque acuerda cobrar así un poco más, tiene un plan social o subsidio que no quiere perder”. No obstante, planteó que “hasta hace un tiempo si no llegabas con los aportes, ingresabas en una moratoria y podías jubilarte, hoy ya no es posible. El trabajador tiene que empezar a tomar conciencia que necesita sí o sí sus aportes”.
Asimismo, en caso de carecer de cobertura social, “la medicina es carísima. En nuestra obra social tenemos un servicio completo, pero siempre hay alguna diferencia que pagar. Si al empleado le falta esta prestación, directamente no puede pagarlo”.
Asesoramiento
En este contexto, Gamos indicó que “esperemos que no sigan cerrando comercios. Al contrario, que aparezca un inversor nuevo que decida apostar por el rubro y reabrir algún local que dejó de funcionar. La realidad es que estamos pasando una situación complicada, anhelamos que lo que está activo se mantenga y si aparecen negocios nuevos bienvenido sea”.
Al describir el acompañamiento desde el sindicato, manifestó que “cuando pasan estos casos, si el trabajador se acerca a buscar asesoramiento, estamos para eso. Y si nos enteramos de un negocio que cierra y nadie se acerca, lo hacemos nosotros para que cobren su indemnización, se le den telegramas de despido como corresponde y puedan acceder al fondo de desempleo”.

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Cómo fue la temporada de verano
Jorge Gamos sostuvo que “la temporada de verano no fue de lo mejor, pero tampoco mala. En octubre, noviembre e incluso principios de diciembre se pensaba que la actividad iba a ser baja y se mantuvo con respecto al verano anterior”.
La seccional del sindicato comprende en la costa a Balneario San Cayetano, Balneario Orense, Claromecó, Reta y Marisol. “Hicimos la recorrida, como todas la temporadas, y relevamos una cantidad similar de empleados. Quizás en algún negocio un poco menos de personal y distribuido de otra manera porque hubo más locales, sobre todo en Claromecó y Reta”.
En enero y febrero hubo un promedio de 220 trabajadores registrados en las mencionadas localidades. “Es un buen número para esta zona. Aunque se trata de ocupaciones temporarias, gente que en marzo está desocupada o se dedica a otra tarea”, afirmó.