La mejor dama de Las 24 vivió “un sueño”

Obtuvo el puesto 13 en la clasificación con una corvina rubia de 2,307 kilogramos, lo que le valió para ser también la mejor dama clasificada del concurso. Cynthia Fiant, en conversación con este medio, marcó que “clasificar en el puesto que sea, para mí era un sueño”

Cynthia Fiant, la pescadora oriunda de Mar de Cobo, fue la mejor dama clasificada de las 24 horas de la Corvina Negra, y decimotercera en la general, tras extraer un ejemplar rubio de 2,307 kilos. En su vida la pesca ocupa un lugar fundamental, ya que tanto ella como su marido son pescadores, y ahora su hijo recorre todos los concursos junto a ellos.

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En diálogo con La Voz del Pueblo, Fiant explicó como nació su pasión por la pesca, que fue desde chica pescando en arroyo: “Yo soy de Mar de Cobo, partido de Mar Chiquita. Es un balneario muy chiquito, somos 5000 habitantes, estamos a 30 km al norte de Mar del Plata. En la pesca empezamos de chiquitos con mi hermano, yendo a algún arroyo a pescar a la antigua, con una cañita, un corchito, era tirar y que cayera donde cayera. Después empezó como un hobby y empezamos a ir a los concursos en el 2005, hasta el 2020, que dejé por la pandemia y quedé embarazada. Con el nene se me complicaba mucho y recién ahora estoy retomando, así que ya es parte de nosotros”.

En las 24 Horas lleva varias ediciones participando, y para ella este concurso tiene un gran prestigio, por lo que intenta estar siempre presente: “En el 2010 o 2012, fue la primera edición a la que fuimos, mi compañero no quería ir y lo convencí porque nos dijeron que estaba muy bueno. Esa edición nos tocó una noche espectacular, la pasamos re bien, no pescamos nada, pero después de eso seguimos yendo. Para mí es el mundial de la pesca indiscutido, es lo más grande que hay en concursos de pesca a nivel nacional y creo que internacional también, por la cantidad de gente que convoca”.

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Ser la mejor dama clasificada, y formar de la parte alta del clasificador para ella significa un gran premio por la importancia que tiene este concurso: “Participar y poder llegar a clasificar, no importa el puesto, para mí es lo máximo. Me parece que todo pescador quiere estar ahí, obviamente todos apuntamos al podio, pero no es fácil y menos entre tanta cantidad de gente, pero clasificar en el puesto que sea, para mí era un sueño”.

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Para obtener la rubia que trajo premio, tuvo que cambiar de ubicación, ya que no quería darse por vencida en la búsqueda de un ejemplar: “Arrancamos el sábado en el Caracolero, porque la idea era intentar pescar una corvina negra, la verdad que no sacamos ni cangrejos, estaba fuertísimo, se complicaba la noche y veíamos que crecía mucho el mar. Entonces juntamos todo y cambiamos de lugar, fuimos para el campamento y arrancamos a las 4:30 de la mañana de vuelta a pescar. Salieron varias piezas que no entraron en el clasificador, hasta que me picó esta corvina, que es un pique tremendo”.

Por más de que ella sabía que era un buen poque, los nervios no se van hasta que se pesa la última pieza de los controles: “Nos habían comentado que estábamos en la clasificación, pero hasta que no llegas al control general y te dicen que cerró y que quedaste, es como que uno no cae, cuando me lo confirmaron era mucha emoción, no lo podíamos creer porque encima clasificamos los dos, fue una alegría que no se puede poner en palabras”.

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Para finalizar, habló de lo que significa que su hijo los acompañe a todos los concursos, y vea tanto a su madre como a su padre levantando trofeos por sus piques: “Tiene cuatro años, entonces no tiene mucha noción de todo y a veces hablamos y decimos que se está malacostumbrando, porque el otro día clasifique en Marisol, después clasifico el papá en Quilmes y ahora clasificamos los dos, justo agarro la racha buena. Uno le pone muchas ganas a esto, pero no siempre se dan los resultados, así que la verdad que para mí es una emoción también compartirlo con él, que aprenda y que vea el esfuerzo que le ponemos a las cosas. No sé si seremos el mejor ejemplo, pero si queremos darle un ejemplo de que poniéndole empeño se puede”.