La recuperación de la democracia y una foto del tiempo en que “no había grieta”
Días antes de asumir, la cena de Jorge Foulkes con Raúl Correa, quien había sido su adversario político y lo sucedería cuatro años más tarde. En Troppo, captados por este diario. El recuerdo del fotógrafo Oscar Garrido
El 30 de octubre, Jorge Foulkes había sido elegido como intendente del distrito con un fuerte apoyo de la población. El candidato de la UCR se impuso a Raúl Correa, del Partido Justicialista. Semanas después, el 25 de noviembre, este diario publicó una foto de la noche anterior, correspondiente a una cena que tuvo como comensales en Troppo a Foulkes y Correa, acompañado por su ahijado Daguzan.
“Dos buenos vecinos, primero y ante todo”, indica el título de la información. La fotografía fue tomada por Oscar Garrido, quien trabajaba “desde hacía cinco o seis años” en La Voz del Pueblo.
En nuestra redacción, recordó que “Hugo Pérez, quien era secretario de redacción, me pidió que vaya a tomar la foto. Me dijo ‘pase por Troppo’ y me comentó acerca de la cena”.
El encuentro tuvo lugar, explicó Garrido, porque “antes de las elecciones Cocorolo Foulkes era profesor de Química y Daguzán, alumno. Jugaron una cena, basada en el resultado de las elecciones y Foulkes fue el ganador. Tuvieron que pagar Correa y su ahijado”.
En aquel tiempo Correa, de profesión abogado, era presidente de la cooperativa eléctrica. “Uno le decía doctor y el otro profesor. Se trataban con mucho respeto”, destacó.
Contó que “Correa me miró y me preguntó ¿cuántos accidentes hay por día en la ruta 228? Era una boca de lobo, muy oscuro. Por día no le respondí, pero en el mes seis o siete seguro y por lo menos uno grave”.
En su reconstrucción del diálogo, mencionó que la máxima autoridad de CELTA lo miró a Foulkes y le propuso: “Profesor, usted desde la Municipalidad, y yo en la cooperativa, vamos a inaugurar luces nuevas en la ruta 228”.
Garrido explicó que “hablaron muchas cosas más, cuando empezaron a traer la comida, saqué la foto y me fui. Me quedé un ratito”. Troppo constituía un lugar tradicional, sobre avenida Moreno, frente al Comité Enrique Betolaza.
“Pasó al tiempo y me tocó a mí ir a hacer las fotos cuando inauguraron las luces de la ruta. Los dos bajaron la palanca en calle Rocha y la 228”, relató. Valora mucho la imagen del encuentro de ambos, el primer intendente de la democracia y quien sería su sucesor en 1987. “Siempre tuve presente esa imagen, más cuando en el país se empezó a hablar de grieta”, subrayó Garrido con emoción.
Tiene una mirada sobre lo que ocurría en un período político muy especial. “Con el correr de los años me di cuenta que estábamos tan necesitados de democracia, que cuando se logró volver a votar y se recuperó este sistema todos nos abrazábamos, éramos amigos”. Y agregó que “después con el paso de los años comenzaron las discusiones acerca de si un gobierno o funcionario había sido corrupto o no; las actitudes de desesperación de algunos por un puesto. Se fue retrocediendo y por esto -junto a otras razones-estamos hoy en una situación tan difícil”.
Sobre Foulkes y Correa, planteó que “nunca fueron enemigos, eran contrincantes políticos. Hoy en algunos ámbitos del país hay enemigos”.
Elogió al Concejo Deliberante y lo calificó como “espectacular. Estaba Humberto Garate, padre del actual intendente electo; Cuto Moreno; en el peronismo; siempre lo defendieron a Cocorolo, más allá de que a veces los debates entre concejales de los dos partidos eran fuertes. Parte del radicalismo en un momento interpeló al intendente”.
Mentalidad
El diario estaba en la primera cuadra de Colón y Garrido cruzaba todos los días a la Municipalidad para ver si había alguna novedad: “si surgían noticias enseguida se lo comunicaba al cronista, que iba a hacer una nota. Nos encontrábamos siempre con Esteban Maranghello, de LU24”.
Foulkes les contó a los periodistas, en una ocasión, que viajaba a La Plata para ver si conseguía la aprobación de una obra. Días después, les mostró una carpeta con el proyecto para la depuradora; “entre risas, comentó que ‘vamos a tener que pedir colaboración a los pueblos vecinos, por lo grande que es’”, puntualizó Garrido y le otorgó relevancia a que “hoy sigue funcionando bien. Habrá tenido refacciones, pero se encuentra activa”.
El fotógrafo, que también es policía jubilado, entiende que no corresponde comparar a los intendentes porque “son etapas históricas diferentes”. A modo de ejemplo, manifestó que “Cocorolo quería ir a Tandil a comprar una máquina para entoscar las calles. Si hubiese tenido la plata que consiguió décadas más tarde Cuto Moreno, hoy tendríamos un Tres Arroyos de cuatro pisos. Esto no significa comparar ni decir nada sobre la gestión de Sánchez, respeto la idea de quienes lo votaron. Quiero decir que fueron tiempos distintos”.
Sobre Aprile, no olvida una obra de desagüe en avenida Libertad, en un sector donde se producían anegamientos, que decidió realizar en forma previa a la incorporación de pavimento. “Luego se hizo el asfalto y no se juntó nunca más agua”, sostuvo.
En cambio, mostró su desacuerdo con las características de la rotonda realizada hace pocos años en avenida Moreno al 1000.
Su familia provenía del peronismo y Garrido es uno de los muchos argentinos que se afilió a la UCR por Alfonsín. “Lo que fui viviendo me sirvió de experiencia. Con sexto grado, pude seguir laburando y darle estudio a mis dos hijos. Viví de la fotografía, que nunca me gustó, y de ser policía”.
Es muy conocido en la calle. “Me dicen debes ser el único ex policía que te paras a charlar con tres o cuatro personas por cuadra. Siempre fui el mismo, a los 10 años cuando era cadete de la Librería Miralles y hoy con 72. No te voy a vender una falsa imagen, te gusta o no te gusta”, planteó.
Por último, con emoción, exclamó que “me encanta que se publique la foto. Para mostrar que en un momento no hubo grieta ¡qué lástima que no nos quedamos con esa mentalidad! Ojalá la podamos recuperar. Se han peleado amigos y familias por la política”.
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