Cómo el director del Teatro Municipal de Bahía Blanca, Gustavo Kamerbeek, vivió las consecuencias del peor temporal de lluvia de la historia y cuánto tiempo puede llevar el reinicio de la actividad
Una imagen que representó de manera fiel el impacto de la inundación en Bahía Blanca fue la del Teatro Municipal rodeado de agua hasta la cima de sus escalinatas.
El declarado Monumento Histórico Nacional en 2011, constituye una de las obras patrimoniales más emblemáticas de la ciudad ubicada a 200 kilómetros al sur de Tres Arroyos y es una referencia inevitable de su geografía urbana.
Distintos videos y reels lo mostraron castigado por la inundación (captura de pantalla), en el marco de la cual, su director Gustavo Kamerbeek, le informó a LA VOZ DEL PUEBLO que, para desagotar los sótanos, principal foco del daño, se sacaron 23 camiones atmosféricos que sumaron más de 30.000 litros de agua acumulada.
“A 30 días todavía estamos limpiando. Fue mucho el daño que causó el agua, al igual que en toda la ciudad”, le dijo Kamerbeek a LA VOZ DEL PUEBLO, quien a pesar de su esfuerzo e intención, recién logró entrar 36 horas más tarde al inicio de la inundación, “yo pude entrar al teatro alrededor de las 8 de la mañana. Pude recorrer todo el edificio y logré constatar que no corría riesgo de colapso”.
Según Kamerbeek, el teatro fue invadido por una cantidad de agua que llegó a 1,20 metros sobre la superficie, pero que, a su vez, llenó sótanos de 2,50 metros de profundidad, “no mojó la sala pero si afectó la electricidad. Estuvo inundada la caldera, hay muchas cosas que se van descubriendo a medida que pasa el tiempo. Como el movimiento del piso del primer hall. Algo que ocurrió cuatro días después de la inundación”, recordó, antes de mencionar la impresión personal que se originó al tomar contacto con el interior del singular espacio, “cuando pude entrar fue muy triste todo. El teatro es parte de mi vida, por eso, verlo así, fue un choque muy fuerte y esto ha sido general para todos”, dijo el funcionario, quien además fue miembro de la Orquesta Sinfónica de Bahía Blanca por más de 30 años, “el teatro es parte de mi vida, por eso, verlo así, fue un choque muy fuerte y esto ha sido general para todos”, reconoció.
Otro Bahía
Sin dejar de reconocer que hay prioridades más urgentes que son de carácter humano, Kamerbeek analiza la ciudad desde lo que fue a los que termina siendo por estos días, “todo es un shock importante porque la magnitud es bestial, y sigue siéndolo hoy. Cuando uno recorre la ciudad y, de golpe, se encuentra con que un techo no está, una parte más del canal Maldonado que está rota, en el Parque de Mayo la montaña de tierra está corrida. Algo parecido a lo que pasó con el Huracán, que cuando uno se reencuentra con un lugar que no frecuenta, lo ve roto de acuerdo a la memoria que uno tenía”, explicó.
De cara al futuro, Gustavo Kamerbeek informó que, “el teatro está cerrado hasta nuevo aviso, la idea es reabrirlo cuando esté nuevamente en condiciones”, se despidió recordando aquella trágica mañana de marzo.
Vive a unas cuadras del teatro y, en la madrugada (del viernes 7), cuando uno de los serenos le avisó, quiso acercarse al espacio cultural, pero ya no podía: “El sereno me decía ‘no vengas, porque no hay manera de que llegues’. Cuando finalmente pude cruzar el canal y acercarme hasta el teatro, no pude llegar porque habìa mucha agua y uno no sabìa lo que pisaba. Era un riesgo que no tenía sentido cambiar”, señaló en el cierre.
