Los Frutillitas, un refugio para las familias tresarroyenses
Con más de tres décadas de historia, los Jardines acompañan la crianza de los más necesitados
Los Jardines Frutillitas cumplen un rol fundamental para la sociedad de Tres Arroyos, ambos ubicados estratégicamente en los extremos urbanos de la ciudad, funcionan día a día como acogida de cientos de infantes que reciben un desayuno, almuerzo y merienda caliente, además de diversas atenciones, ante la adversa y desamparada realidad que atañe a las familias que no cuentan con el presupuesto para enviar a sus niños a un jardín maternal.
Los Jardines Frutillitas surgen con la intención de dar respuesta a una necesidad que ocurría en el barrio de la Escuela N.º 21 de Tres Arroyos en el año 1991, en la cual los hermanos mayores debían faltar a sus escuelas para quedarse cuidando a los más pequeños de su familia. Por lo que la idea del proyecto es que exista un lugar en el cual las madres puedan dejar a sus hijos en un lugar seguro para poder trabajar y sus demás retoños puedan seguir su educación.
De esta forma Asociación de Amigos del Menor y la Familia creó el primer Jardín Frutillitas en Avenida Libertad y Güemes, con una asistencia de 15 niños que evolucionó hasta tener en la actualidad más de 100 infantes; posteriormente, en 1996 se creó el segundo Frutillitas en el barrio Fonavi, en Vélez Sarsfield 1150. Ambos se encuentran ubicados en puntos extremos de la ciudad de forma estratégica para poder abarcar las necesidades de la población.
“La ONG tiene un convenio con el Ministerio de Desarrollo de la Provincia con becas para que los infantes puedan asistir al Jardín de forma gratuita, no obstante la cantidad de niños atendidos es mayor a las becas otorgadas, tiene que ver con la necesidad de dar respuesta a las familias”, explicó la directora de los Jardines Frutillitas, Karina Molina.
De esta forma, los Frutillitas son de vital importancia para la ciudad por el acompañamiento que tiene para las familias de los barrios vulnerables. “Graciela Vizzolini fue la idearía del proyecto de los jardines, junto desde un principio por Marta Blasetti, con el objetivo de acompañar a las familias en la función de crianza. Tras más de 30 años, seguimos con ese principio, más allá de no ser un espacio solo de cuidado de los niños, sino que nuestra función va más allá y es el trabajo con las familias”, indicó Molina.
Consultada respecto de la importancia de Graciela Vizzolini, Karina Molina afirmó: “Fue la que le dio el impulso a todos los programas de la ONG, también realizó gestiones en La Plata con Chiche Duhalde para hacer funcionar a estos programas. Ella junto con 20 matrimonios se puso a sus espaldas a este proyecto, además del apoyo del intendente Raúl Correa”.
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En un marco de crisis a nivel nacional en el presente, los Jardines cuentan con 170 niños, entre las dos sedes, que reciben asistencia. “En estos momentos de crisis, se nota una mayor demanda en sala de bebés y de un año, o en el Frutillitas de Libertad se incrementó el pedido de ingreso de turno tarde con comedor, tienen que ver con la necesidad que tienen las familias de salir a trabajar y la poca existencia de servicios gratuitos para niños de cero a dos años”, indicó la directora.
“Somos un gran equipo con la función de ayudar y acompañar a las familias en su crianza, como fue la idea de Graciela Vizzolini, en un primer momento”, concluyó.
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Una representante
María Balmaceda muestra ser una representante de la institución, tiene 44 años, actualmente es maestra de la sala de bebés y se encuentra ligada a la historia de la Asociación Amigos del Menor y la Familia, ya que fue asistida por el hogar Jesús de Nazaret, el cual fue el primer proyecto de la ONG.
“Junto con mis cinco hermanos y tres niños más se inició el proyecto de ese hogar que funcionaba en Pueyrredón 149”, detalló Balmaceda.
Sus inicios como maestra del Frutillitas fueron en el año 2001. “Primero me ofrecieron ayuda, porque era madre joven y soltera, comencé a capacitarme y luego en el 2004 quede fija. Tuve grandes compañeras de las que aprendí un montón, como Sonia o María José, ellas son mis referentes”, contó.
María nunca dejo de estar vinculada a la institución, luego de haber cumplido la función de asistencia en el Pequeño Hogar. “Nunca me fui porque siento que me ayudaron en un momento importante, por lo que me gusta devolver de alguna forma lo que la institución me dio y también porque encontré mi vocación acá dentro”, señaló la maestra.
Estando desde los comienzos de los Jardines Frutillitas, María conoció a Graciela Vizzolini, una de las idearías del programa. “Era una mujer excelente, con mucho carácter y muy luchadora, siempre enfocada en mejorar la situación de los niños en la ciudad”, la definió.