Por Marcelo Mouhapé Furné
Viernes 19 de septiembre: el gobierno de Javier Milei tiembla porque la corrida cambiaria lo obligó a vender ese día 678 millones de dólares, las acciones y bonos se desploman y el riesgo país se dispara. Lunes 22 de septiembre: el dólar se derrumba al punto de que el Banco Central no tiene la necesidad de intervenir para mantener el techo de la banda de flotación. Y las acciones y bonos argentinos rebotan marcando récords positivos históricos, haciendo disminuir mucho el riesgo país.
¿Qué pasó; las “Fuerzas del Cielo” bajaron para ayudar al gobierno? No. El que salió en respaldo del presidente Milei fue lo terrenal más poderoso: el gobierno de Estados Unidos.
En la figura de Donald Trump apareció “Tío Rico” (el mega millonario personaje de Disney). Trump ordenó al responsable del Tesoro (Scott Bessent) que ese fin de semana anunciara una asistencia por miles de millones de dólares para el gobierno Argentino. Eso tranquilizó a los mercados. También al “Toto” Caputo (el Nerón de las reservas) que casi lloró de emoción al saber que tendría otros 20 mil palos verdes para "quemar".
En la primera “Maquiavelina” (del 3 de agosto, titulada: Argentina: laboratorio y mina del Nuevo Orden Mundial), esto señalé: “Argentina es el jugador clave en el esquema del Nuevo Orden Mundial. Le puede dar a EE. UU lo que necesita en materia de recursos. Sobre todo la minería de tierras raras, que es la base para la tecnología actual y futura. La contraprestación son aranceles bajos a nuestros productos exportados ahí y la asistencia financiera para mantener la estabilidad económica. Estados Unidos seguirá sosteniendo con dólares a la gestión libertaria para que se mantenga en el poder. Eso es de lógica práctica para una potencia colonial. Milei tiene la llave que abre la puerta para que el líder del Nuevo Orden Mundial acceda en Argentina a todo lo que necesita. Y Trump no pierde llaves.”
Cincuenta días después de ser publicada en esta sección de “La Voz del Pueblo”, ocurrió exactamente lo que aquella editorial refería.
Por tener el material base para lo tecnológico y por geopolítica (somos el único país grande con gobierno de derecha en sudamérica) Argentina es fundamental para el nuevo esquema global que arma Donald Trump. Por eso el gobierno libertario seguirá teniendo todo el respaldo de Estados Unidos.
Pero si bien la billetera yankee calma los mercados desde afuera, la gobernabilidad interna es responsabilidad de Javier Milei. Para resolver eso, lo primero que debe hacer es darse cuenta de que es el presidente de la Nación, no un youtuber adolescente. Tiene que recuperar los apoyos políticos con la oposición no peronista hablando con ellos, no insultándolos. Y recrear la cercanía con los gobernadores cumpliéndoles lo prometido.
El susto de estar al borde del precipicio el 19/9 debería hacer madurar al presidente Milei. Llevarlo a actuar con adultez en lo político y hacer correcciones en lo económico, porque la recesión se siente (la semana pasada Tres Arroyos fue ejemplo de eso) y ya le impactó en las urnas este mes.
Estados Unidos seguirá sosteniendo con dólares a la gestión libertaria para que se mantenga en el poder. Eso es de lógica práctica para una potencia colonial
Pero, -además de “Tío Rico” externamente-, hay algo interno que está ayudando a Milei rumbo a la elección de octubre. Y viene del lugar menos pensando. Para entenderlo, retrocedo en el tiempo.
Campaña electoral presidencial de 1983. En su recorrida por el país, el candidato de la Unión Cívica Radical, -Raúl Alfonsín-, emocionaba recitando en sus discursos el preámbulo de la Constitución Nacional. En el cierre proselitista se refirió a eso afirmando: “Es como un rezo laico y una oración patriótica. Si un distraído al costado del camino nos pregunta ¿hacia dónde marchan, por qué luchan?, tenemos que contestarle con las palabras del preámbulo”, remarcó Alfonsín. Reflexión democrática de máxima pureza.
Al mismo tiempo, en el acto de cierre de campaña del peronismo el entonces candidato a gobernador bonaerense, -Herminio Iglesias-, quemó un ataúd con las letras UCR. Analistas políticos consideraron que la reñida elección se definió en ese momento y con esa imagen. Los indecisos dejaron de serlo y fueron a votar por el candidato radical. No tenían certeza de lo que Raúl Alfonsín haría como presidente, pero lo que si tenían claro es que no querían más violencia institucional.
Hoy hay una actitud de algunos peronistas en línea con aquella “quema del cajón”. Y con las mismas consecuencias en la gente hasta ahora “inmovilizada” en lo electoral. Recientes encuestas muestran que del 7 de septiembre a hoy, la diferencia en la provincia de Buenos Aires pasó de aquel 14 % a favor del PJ ganador, a que los libertarios acortaran la intención de voto a la mitad.
En ese repunte de la Libertad Avanza hay mucho causado por la “incontinencia verbal de aroma destituyente” de ciertos referentes del peronismo. Al senador Mayans sentenciando “Este gobierno está terminado”, se sumó el sindicalista Luis Barrionuevo afirmando: “Si salimos a la calle, ¿cuánto dura el Gobierno?”
Los argentinos democráticos no quieren que un gobierno caiga. A través de reclamos pacíficos y el voto le exigen que modifique rumbos.
Cada declaración con “tinte golpista”, -como las dos públicas citadas-, provocan que la gente que el 7 de septiembre no fue a votar el 26 de octubre sí vaya y, -aún sin ser mileístas-, voten por el gobierno libertario. Hay peronistas que están atentando contra sus propias posibilidades electorales porque no aprendieron la lección del fallido de Herminio en el 83’. “No la ven”.
Para comentar, debés estar registradoPor favor, iniciá sesión