Moller: “Los demás bloques son como un Peugeot 208, mientras yo tengo un 147”
Así lo afirmó el concejal de La Libertad Avanza, Gustavo Moller. En declaraciones a este diario, el libertario dio su mirada respecto al funcionamiento del Legislativo, sobre lo cual fue bastante crítico. “Estando adentro, no se puede explicar la inútil burocracia que hay para todo”
A casi dos meses de haber asumido el cargo de concejal por La Libertad Avanza, y en la semana previa al inicio de la actividad de las comisiones internas del Legislativo, Gustavo Moller dio su mirada respecto a lo que ha observado en el mencionado ámbito.
En declaraciones a este diario, el edil se mostró crítico sobre el funcionamiento del deliberativo y centró su cuestionamiento en torno a la burocracia que predomina en ese entorno. Asimismo, se diferenció de los otros bloques por la cantidad de personas que están abocadas a distintas tareas, mientras él, al ser parte de un unibloque, busca abarcar las temáticas legislativas de manera individual (más que recibe alguna colaboración externa del espacio político que integra).
-¿Cómo vas llevando tu rol en el Concejo Deliberante?
Bien, la verdad que bien. Es interesantísimo, por supuesto, ver funcionar la burocracia desde adentro. Uno la ve inútil desde afuera; desde adentro, no te puedo explicar lo que es. Todo requiere una notita, un papelito, días y horas de eternas esperas y no hay respuestas. O sea, la maquinaria burocrática de este país nos ha empantanado en un lodazal que no vamos a salir. A nivel local eso también se ve. Todo es burocrático en exceso y de manera superlativa. Pero bueno…es donde está puesto gran parte de los incentivos de la sociedad. Los políticos gastan mucho y tienen que justificar su salario de alguna manera, entonces se producen estas exacerbaciones de legislación permanente. Hoy en día se legisla por todo, todo el tiempo. Y muchas veces se generan leyes contradictorias. Veo que no hay incentivo para dejar de legislar. La plata más fácil va para la política, más que para el trabajo.
-Sos el único bloque unipersonal…
Eso es muy difícil. Es dificilísimo. Hay mucho tipo de trabajo. Además hay que ir investigando porque hay ordenanzas anteriores. No todos los materiales se publican regularmente. Estuve mirando la página web municipal y vi que no están publicados los decretos y las resoluciones. O sea, ¿yo tengo que mandar una nota para pedir eso? A veces me responden, a veces no. El trabajo que hay que hacer es de lectura permanente. Hay temas que se tocan en el Concejo que uno no los trata en la vida cotidiana. Hay muchas imposiciones simultáneas para la misma cuestión. La verdad que es difícil, es compleja la tarea, pero, a su vez, es entretenida también. No le voy a sacar el culo a la jeringa en ese sentido.
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“Todo requiere una notita, un papelito, días y horas de eternas esperas y no hay respuestas”
Gustavo Moller, concejal de La Libertad Avanza
-¿Estás arrepentido de haber asumido el cargo?
A veces sí, por supuesto. Uno siente que la cosa no es como uno tendría ganas. Los bloques, en los que hay entre cuatro o cinco personas, son como un Peugeot 208. Yo tengo un 147. Computadora de la “Muni” y todo lo hago acá. Por momentos siento agobio pero después se me pasa. Se vuelven a recargar las energías y vamos para adelante.
-¿Pensaste en buscar algún tipo de ayuda externa?
Sí, tenemos un par de personas que me dan una mano. Facundo (Arguello) me asesora la parte económica y tenemos chicos en la comisión del partido que lo hacen con otros temas. No es gente relacionada con el mundo de la política. Lo hacen por su cuenta. Están más vinculados con sus actividades. Todos participan en la manera en que pueden, quieren o tienen ganas. No son profesionales de este mundo. Tienen sus reglas propias.
-¿Consideras que en algún momento te vas a adaptar al mundo de la política?
Sí, supongo que sí. A todos nos pasa que terminás acostumbrando. El ser humano se acostumbra a cualquier cosa. Hay chicos que han nacido y los han tenido en jaula o adentro de los roperos; y han vivido ahí y viven. El ser humano se acostumbra a cualquier situación. Supongo que le encontraré la vuelta para poder seguir con esto. O sea, nuestro objetivo fundamental es la batalla cultural. Eso es a lo que nosotros apuntamos siempre. Entonces, a medida que empiecen las sesiones, vamos a poder ir exponiendo mayores argumentos sobre lo que pensamos. Ese es el sentido. No es el cambio político inmediato. Esto tiene que ser un proceso cultural de largo machaque.
-¿Sentís algún tipo de trato distinto del resto de los concejales por ser representante del gobierno de Milei?
No. No creo eso. Tampoco tengo tanta sociabilización digamos con todo el mundo. Hubo algo estos días por un error de la Oficina de Prensa. No se por qué. Fue un accidente. En realidad, si uno lo piensa fríamente, tuvo un efecto público. Yo le resto importancia. No me calienta. Si esa es la mecánica, no es algo que yo pretenda aprender tampoco.
-¿Cómo están viendo el tratamiento de la Ley Omnibus en el Congreso?
Ahora que estoy en política, veo menos política que antes. Es muy loco eso. Cuando ya estás en el medio, te deja de interesar esa opinión porque ya estás vos actuando en la política.
-¿Y de la Ley Ómnibus qué pensas?
Me parece genial. Es impresionante lo que se ha logrado en poco tiempo. O sea, sé que la ley es difícil, no porque la ley sea difícil en sí, sino porque la gente ya tiene tan incorporado el socialismo en su vida que es difícil sacarlo. La gente ha ido cediendo su libertad sin darse cuenta. Estos tipos han legislado lo que se les ha antojado. La medida de la cama, del colchón, la densidad de no sé qué. O sea, te dicen cómo tenés que construir, dónde tenés que construir. ¿Por qué? Si el terreno es mío, ¿Tenés que volver a pagar si vas a agregar una pieza otra vez? ¿Por qué? Es mi casa, mi terreno, mi ladillo. ¿Cómo no voy a poder yo construir en un supuesto espacio de libertad como es Argentina? Hemos ido cediendo libertades todo el tiempo.