Los cambios en una ciudad abarcan distintos aspectos: su crecimiento poblacional, su desarrollo económico y una profunda transformación edilicia, están contemplados en ellos.
Una imagen del desarrollo de la obra del edificio, donde actualmente se encuentra la Asociación Mutual Dan
En algunas de esas casonas, no sólo descollaban en su estilo arquitectónico, las molduras en sus frentes, sus suntuosos zaguanes revestidos de mayólicas, sino que en su interior se podían apreciar espléndidos murales obra de artistas locales, como aquellos del pintor de origen italiano J. Lanfranchi.
Yamó, donde posteriormente se incorporó la propiedad Jurado III
No menos destacables, eran algunos frentes en los que sobresalía el trabajo de herrería en sus puertas de acceso y balcones o aquellos cuyas rejas en las ventanas, les otorgaban una cierta impronta española.
El edificio Jurado III
El Vivero del Centro estaba en la primera cuadra de Pedro N. Carrera
Toda aquella ornamentación frentista, con diversos estilos que respondían a un momento de esplendor económico de nuestra Nación, contribuyó al crecimiento urbano horizontal; fue a partir de la década del ’60 (para Tres Arroyos) en que se inicia el proceso de “verticalización edilicia” y entonces, esta nueva “ola” arquitectónica comienza a reemplazar a aquellas hermosas residencias por edificios en torre.
La construcción realizada donde se encontraba Vivero del Centro
En avenida Rivadavia, la sede de Colegiales dio paso a Aquática
En Betolaza, los talleres de La Previsión, y los departamentos ubicados en el lugar
El Colegio Holandés funcionó en el actual templo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días
En Sarmiento e Istilart, se incorporó un edificio, pero la fachada fue conservada
La emblemática Escuela 1, protagonista de la historia de Tres Arroyos