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San Mayol tiene características
particulares, construcciones
que lo distinguen
y le dan un perfil especial.
Con calles de tierras, grandes
árboles y mucho espacio verde
que se alinea con los grandes
campos que habitan la zona,
forma un horizonte más rural
que urbano, el cual impacta por
su tranquilidad y hace que se
sincronice la paz absoluta para
quien desee buscar un lugar
propio para el descanso.
La historia de una habitante
fiel de San Mayol se refleja en
la vida de Ana Carolina Goicoechea,
quien además integra
varias comisiones en pos de un
continuo trabajo por y para el
pueblo rural. Donde siempre
se piensa en qué más se puede
hacer, para seguir creciendo y
optimizando recursos con la finalidad
de seguir camino hacia
adelante.
Goicoechea pertenece a la
Iglesia. Es colaboradora externa
de la comisión, la cual se maneja
con el padre Roberto, con la familia
Mayol y con integrantes del
pueblo. Ellos mismos están para
la organización de los eventos.
No así para los temas eclesiásticos,
pero sí colaborando con la
comisión para todo lo que tiene
que ver con mantenimiento de
edificio, recaudación de fondos
y demás tareas solidarias.
En este sentido, Ana Carolina
Goicoechea resaltó que “el
domingo 20 tuvimos lo que fue
nuestra segunda misa del año,
oportunidad en la cual asistieron
20 personas. Fue la última porque
nosotros tenemos misa una
vez al mes. Se hizo con el mismo
protocolo que se da para todas
las Iglesias con la asistencia de
la gente con el uso de barbijo,
el distanciamiento social entre
personas que no comparten el
grupo familiar. En general en
San Mayol la asistencia no es
tan masiva, aunque sí para este
tipo de misas que son las misas
navideñas y de fin de año. Con
todos los protocolos y cuidados
que ya estamos acostumbrados,
pudimos llevarla a cabo”.
Destino turístico Lo que primero están retomando
es la actividad turística,
a pesar de que no parezca y que
les cueste todavía en algunas instancias
que los asuman desde el
Estado como un destino a visitar.
Cuando uno piensa en destino
turístico piensa en Claromecó,
Reta u Orense, indefectiblemente.
En relación a este aspecto,
Goicoechea dijo que “por ahí
cuesta pensar a un pueblo rural
como destino turístico. Lo cierto
es que, desde antes que se abriera
la temporada de verano el 1º
de diciembre, consultas tuvimos
muchas. Visitas un montón, pero
no las hemos guiado. Desde
la apertura de la temporada
estival, San Mayol inauguró un
protocolo propio para recibir
visitas, también con el uso de
barbijos, máscaras, desinfectando
y demás”.
La infraestructura es reducida
en cuanto al protocolo. Pero por
ejemplo en el museo, que es un
espacio reducido, el ingreso es
posible de a dos personas y con
el guía porque más no entran,
en cambio la Iglesia cuenta con
un espacio más amplio. Han recibido
consultas y no solamente
de personas del partido de Tres
Arroyos, sino que han preguntado
para programar visitas
desde Tandil y otros puntos de
la provincia.
En este sentido, Goicoechea
hizo hincapié en que “la actividad
turística evidentemente es
algo que está, si bien no masivo
como en las playas, pero está
vigente. Un visitante que quiere
ir a la misa es un excursionista.
Es alguien que va en calidad de
turismo, aunque no es técnicamente
un turista. Si es una persona
que va motivada para visitar
el pueblo a raíz de un evento
religioso. Todo los vemos bajo
el cristal de la actividad turística
y por supuesto que estamos
muy contentos de poder volver
a recibir a la gente con todos los
cuidados. Somos precavidos al
mismo tiempo”.
El club
Otra de las instituciones importantes
en San Mayol es el Club
1º de Octubre. Expresó que “el
club es una de las instituciones
de la cual soy secretaria, una de
los organismos más fuertes en el
pueblo que abarca más temas,
que funciona como una sociedad
de fomento. Desde el Club siempre
hacemos muchas actividades.
De hecho cuenta en principio
con asistencias técnicas, folclore
y taekwondo. Nada de eso tuvimos
este año por la pandemia”.
Otro hecho histórico y que
brindó un salto de calidad es la
llegada a San Mayol de Internet.
Cambió la vida de un momento
a otro para los habitantes del
pueblo. Mucho tiene que ver
el club con eso. Si bien todo el
pueblo lo reclamaba, los reclamos
se canalizaron a través de
una institución como el club y a
partir de ahí fue que pudieron
empezar a estar más y mejor
comunicados. Fue un antes y un
después literalmente.
Goicoechea explicó que “eso
influye en lo que es seguridad
y en lo que es salud”. Sobre
estas áreas, observó: “Nosotros
seguimos con las mismas problemáticas
de antaño como salud
y seguridad. No tenemos nada
para objetar acerca de la enfermera
que va en este momento
al pueblo. Lo que tenemos para
objetar es que como pueblo no
podemos estar dependiendo
de dos horas a la semana de
atención”.
Una elección
Trabaja para San Mayol porque,
según ella, “es mi lugar
en el mundo”. Actualmente se
desempeña en el Museo Mulazzi.
Ahí si aplica todo lo que le
apasiona desde su formación.
Allí, Goicoechea rescató que
“hay mucho por hacer. Se puede
trascender mucho más siendo
creativo y estando en un lugar
así como Tres Arroyos que es
una ciudad pero no deja de ser
un pueblo”.
Finamente, sostuvo que “todo
tiene que ver con los gustos personales
de cada uno. Mucha gente
me decía te tenés que volver
a vivir a Mayol como si fuera el
castigo de mi vida, sin entender
que yo estaba haciendo todo lo
posible por comprarme una casa
y poder irme a vivir a San Mayol”.