Con el baile en la piel

Con lo de la pandemia todo esto se debió suspender y luego la posterior relajación propia de la circulación –a partir del mes de octubre- fue que trasladaron ese espacio al Bosque platense. “A un lugar situado casi frente a la entrada al Museo al que llamamos El Oasis, en ese lugar hay una palmera gigante y cemento en el piso ideal para bailar. Esto surgió para llamar a la gente para que se atreviese a hacer algo al aire libre y ahora estamos haciendo eso, juntamente con el tango y la propuesta de Lola Sandoval. Hicimos ya dos eventos de salsa cubana y tango donde tratamos que la gente pase por las diferentes energías de los dos ritmos que son muy distintas. Aparte de eso están los eventos en conjunto que les llamamos La Fusión Tribal, los sábados hay salsa cubana y los domingos tango así que tratamos de formar eso haciendo tanto la difusión como los eventos en conjunto. Un espacio público para atraer a otros ritmos y así que el espacio crezca y se nutra de ellos también”. 

Joaquín confiesa que las diferencias entre la timba y la salsa tradicional es que en el caso de esta última el ritmo de baile es “más arriba, zapato de taco en el caso de la mujer y el hombre de postura más lineal. En cambio la salsa cubana es más caminada, mezcla afro entonces tiene más sabor, en vez de estar más erguido en la posición del baile es más suelto. Y la música es también más multifacética, mezcla mucho tambor, la timba es eso una mezcla que en algunos aspectos hasta parece reggaetón. Nosotros además de que la timba tiene un paso básico de baile nosotros tratamos de incentivar que cuando lo baile se sienta más libre la gente”. 

La experiencia en nuestra ciudad y Claromecó para Joaquín Sanabria es nueva; “el año pasado salimos de gira con la productora de El Club de la Timba a Mar del Plata. La idea era abrir un espacio allá pero la cuarentena paró todo y ahora el domingo hicimos en la Plaza de Claromecó con Lola. Pusimos un parlante y no había nadie, pero cuando se empezó a juntar gente hicimos una clase, la idea es que la gente no se pare porque la clase recomienza cuando se integra uno nuevo. Así que terminamos bailando, lo que vimos fue la buena predisposición de la gente, algo que en Mar del Plata era mucho más difícil”. 

La idea es de moverse en tribu porque “a Lola la conocí con su proyecto en ese espacio en La Plata y bailando tratamos de unir los ritmos. Aparte de los eventos la idea es hacer esto de la fusión entre tango y timba, de hecho hay un proyecto a realizar en conjunto para que la gente tanguera pase por la energía de la salsa cubana y la que baila salsa cubana pase también por la que genera el tango”. 

La salsa cubana está más relacionada con una música más alegre y el tango por ahí maneja una energía más centrada, de pausa. A Joaquín le pasó que “este año pasado cuando empecé a bailar tango -yo que estoy acostumbrado a todo lo otro- la pausa que tiene el tango es algo muy lindo de experimentar. Esto allá en La Plata permitió que quien bailaba timba hiciese tango y viceversa porque hasta en la música no tratamos de hacerlo con los temas tradicionales en cada uno de los ritmos. Hay bandas que experimentan mucho que tiene la posibilidad que por los tiempos que se marcan pueden bailarla como tango o timba. Ha pasado que en un mismo tema se baila de las dos formas en una pareja pero eso es un camino que recién empezamos esto de la mezcla. La ideas que traemos con Lola es tirar estos proyectos en la costa para poder hacerlo más seguido y que en algún momento se pueda liberar” agrega.