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Un firme respaldo para Huellas al Futuro

La Central del Diezmo Pro Vida otorgó alimentos a la Asociación que lleva adelante una tarea para la nutrición y la educación de los chicos. En tanto, la Sociedad Española de Socorros Mutuos accedió a equipamientos y elementos muy importantes para la Clínica. Detalles y testimonios



La Central del Diezmo Pro Vida realizó una donación a diversas instituciones. Se vieron favorecidas de nuestra ciudad la Asociación Huellas al Futuro y la Sociedad Española de Socorros Mutuos, en este caso con destino a la Clínica Hispano. Huellas al Futuro obtendrá así una importante entrega de alimentos. 
La presidenta de la entidad, Graciela Elisio, y la vicepresidenta María Marta Naveyra, describieron en una entrevista realizada en La Voz del Pueblo los alcances de esta iniciativa que comenzó en 2014. “La primera nota dirigida a Pro Vida la hicimos el año pasado, no nos tocó. En marzo de este año empezamos a contactarlos nuevamente, tuvimos entrevistas y se terminó confirmando. Fue muy emocionante”, dijo María Marta Naveyra y agregó que “para nosotros significa un salto cuantitativo muy importante”. 
El encuentro por este motivo se concretó el domingo en Coronel Dorrego. La mayoría de las organizaciones incluidas en este aporte de Pro Vida participaron de manera virtual y una de las pocas que asistió fue Huellas al Futuro. “Pudimos estar presentes y agradecerles personalmente”, valoró. 
Graciela Elisio subrayó que un aspecto clave es “sacar a estos chiquitos de la peor de todas las pobrezas que es la pobreza mental, no pueden desarrollar su cerebro ni sus capacidades cognitivas por falta de una adecuada alimentación desde el vientre de la mamá”.

Huellas al Futuro entrega a familias alimentos variados, para fortalecer la nutrición

Una red 
La asociación asiste habitualmente a jardines de infantes, refuerza la merienda. “En 2014, cuando comenzamos, los chicos recibían en el jardín un vaso de leche y rodajas de pan. Empezamos a sumar alimentos proteicos como milanesas, huevos, duros, yogur, dulce de leche, ricota”. 
Desde un primer momento se fue generando una red para “socializar la solidaridad”. La Escuela Agropecuaria elaboraba para Huellas al Futuro dulce de leche, queso y ricota. “Teníamos que llevar los ingredientes. Un jardín de infantes privado de Tres Arroyos hizo una colecta de azúcar y nos dio paquetes como para dos años, por ejemplo”, destacó.
Una premisa, que subrayó María Marta Naveyra, es que “siempre pensamos que todos tenemos algo para dar. Unos dan dinero, otros tiempo, hay quienes donan alimentos o con su auto ayudan a repartir porque esto tiene todo un movimiento”. 

Parte de los integrantes realizaron en la EATA el curso de manipulación y conservación de alimentos. Graciela Elisio contó que “tenemos un freezer grande que compramos tras ganar La Chocleada. Cuando la actividad escolar es presencial, una vez por mes se hacen milanesas para 300 chicos y se distribuyen”. 
Sin embargo, hicieron una observación. “Este año nos está impedido llevar alimentos proteicos. Los chicos pueden recibir un jugo cualquiera, un alfajor de paquete y no leche por el Covid. ¡Nos parece una contradicción tan grande, una injusticia!. Tenemos no uno, muchos chicos que van a la escuela a la mañana sin cenar, hermanitos de los nuestros del jardín, tomaron un mate cocida. A la pasada les damos una banana, un alfajorcito para poder reforzar eso. Pero ¡cuánto mejor sería que pudieran tener otros alimentos!”. 
Es una situación que obedece al protocolo. María Marta Naveyra se mostró esperanzada en que “ahora, con este nuevo comienzo de clases presenciales, se pueda resolver. Que reciban un vaso de leche, cada uno con su taza”. 
En pandemia 
Huellas al Futuro trabaja con Claudia Córdoba, de Un Mundo Divertido con Vos, quien tiene un comedor en el Barrio Los Ranchos de la Virgen de Luján.
Al iniciarse el 20 de marzo de 2020 el aislamiento estricto en el país, “nos llamó porque había 22 familias en una situación realmente crítica. Padres que hacían changas, madres que eran trabajadoras domésticas, se quedaron sin ingresos. Papás de chiquitos que asistíamos en el Jardín, pero a su vez tenían hermanos en Primaria”, explicó. 
Días después comenzaron a llevar alimentos. Esta situación imprevista las llevó a “reorganizar todo. Salir a comprar y armar bolsas. Fue un cambio muy grande”. 
Cada familia es visitada en la proceso para brindarle ayuda. “Los conocemos por nombre y apellido, sabemos la problemática que tienen, cuántos chicos”, señalaron. 
Hasta fin de año tuvo continuidad esta colaboración con 22 familias, pero si bien el número se mantuvo, no fueron siempre los mismos hogares.
“Hay que destacar que alguna familia que consiguió mejorar su situación se dio de baja. No es cierto que todos quieren vivir de planes, piden empleo”, afirmó Graciela Elisio.
Igualmente, cuando detectan que “alguien tiene determinados bienes, como un muy buen vehículo, y no se ajusta a los requerimientos, el beneficio se saca. En eso somos implacables”. 
Los fondos para cubrir esta tarea provienen de socios y donaciones. Se definieron como “privilegiadas” porque “la gente confía en nosotros. Tenemos aportantes en Buenos Aires, Montevideo, Australia, por todos lados. Hay una actitud muy generosa”. 
Con la ayuda de una muy buena colaboradora, generaron atractivos espacios en Facebook e Instagram. Los interesados en asociarse o contribuir pueden presentarse y dar una referencia, para ser contactados.
Los alimentos que entregan además de arroz y fideos, entre otras mercaderías, consisten en carne, frutas, verduras, “masitas hechas por las señoras de Huellas”. Una diversidad y calidad que ayuda a mejorar la nutrición. 
“La escuelita” 
Una idea fundacional es apostar plenamente a la educación. Para este año, se plantearon “armar algo” porque en clases virtuales “los que tuvieron continuidad son chicos con Internet, y que cuentan en casa con gente preparada que puede ayudarlos a hacer los deberes. Más allá de la muy buena voluntad de los docentes. Los nuestros están en una cierta marginalidad en ese sentido”, reflexionaron. 
Al respecto, mencionaron un caso emblemático: “Tenemos un papá analfabeto, nos pide por favor que ayudemos a sus hijos porque no quiere que repitan su historia”. 
Por este motivo, pusieron en funcionamiento “una pequeña escuelita de particular, con una directora de colegio ya jubilada y una maestra. Nos han donado computadoras. Los chicos venían a hacer los deberes, antes recibían una buena merienda”. 
María Marta Naveyra comentó que “se suspendió cuando el distrito pasó a fase 2. Si Dios quiere, esta semana vamos a recomenzar, por el regreso a fase 3”. 
Más allá de las dificultades para tener continuidad, Graciela Elisio reiteró que “esos chicos tienen que salir. La única manera es educar, educar y educar. Ellos tienen la voluntad de asistir, quieren hacerlo”. 
Una inyección 
La donación de alimentos de la Central del Diez Pro Vida “ha sido una inyección. Estamos más que contentas”, indicaron con gratitud.
Consideraron que “este respaldo nos va a permitir abrirnos a otros jardines, sumarlos a los que ya estamos trabajando. Llegar a otras familias”.
Finalmente, dejaron en claro que “haber recibido esta contribución no significa que un vecino nos va a llamar y le vamos a llevar alimentos. No es así porque está todo organizado y determinado. Hay todo un procedimiento y un proyecto que guía el trabajo”.
  
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Gran gesto
Mediante una campaña solidaria, en mayo recibió una computadora el joven estudiante Dante Guaytifil, del Barrio Ruta 3 Sur. Huellas al Futuro le cubre el servicio de Internet. 
Graciela Elisio y María Marta Naveyra afirmaron que “la empresa Eternet, cuando supo que era para una asociación, nos cobraron la mitad de la conexión y el abono por un año lo redujeron también a la mitad”. Asimismo, la entidad abona el costo de Internet para un alumno del barrio Los Ranchos de la Virgen de Luján.
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“Todo les
es difícil”
Integrantes de Huellas al Futuro han asistido a la sede de Anses junto a familias que están ayudando, y en 2020 hicieron trámites de inscripción en eI IFE (Ingreso Familiar de Emergencia).
“Todo les es difícil. Y se suman necesidades no resueltas que dependen del Estado, que debieran estar solucionadas porque hay gente asignada para eso”, manifestó María Marta Naveyra. 
“No les allanan el camino”, indicó Graciela Elisio.
Recordaron que “el IFE lo tenían que hacer por Internet, abrir una cuenta en el banco, desconocían que era gratis. Muchos no saben hacerlo. Fuimos nosotros al banco, eran 10.000 pesos”. 
En el caso de Anses, luego de sacar turnos, con las ventanillas abiertas y todos los cuidados por el Covid-19, llevaron a vecinos a realizar un trámite. “Gente que no sabía que podía cobrar una asignación, que tenía mal el documento del chiquito, dos que no recibían la pensión por discapacidad”, enumeraron.

Recorrida 
Por otra parte, en días de temporal salieron a visitar viviendas para entregar un colchón, una frazada, medias.
En ciertas ocasiones, en casas donde ingresaba agua, vieron a chicos con una sola muda de ropa. 
Por esa razón, hicieron un pedido en principio de zapatillas y personas que los acompañan con colaboraciones, llenaron un garaje de ropa. “No tenemos sede. Pero en ese lugar está todo clasificado, precisamos algo y lo vamos a buscar”, explicaron.
Apoyo
Dentro de la red que se ha formado, mencionaron que “la Cooperativa Agraria nos dona un monto todos los meses, de ahí sacamos alimentos. La Cooperativa Agrícola de Cascallares colaboró en varias oportunidades”.
  
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