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Tres Arroyos, JUEVES 28.03.2024
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Bochazo de campeón

Por Valentina Pereyra 

Fotos Marianela Hut 

Aprendí a jugar a las bochas en mi infancia. Mi abuelo Lamas y su amigo Eber Taraborelli disfrutaban del entretenimiento playero. 
Antes del atardecer una bolsa de arpillera marrón con ocho bolas de madera surcaba la arena hasta la cancha que delineaban en la arena mojada. 
Hace poco encontré dos bochas en el parque de la casa de la familia Hernández y las fotografié. El aroma a mar y atardecer me atravesaron y tuve ganas de tirarle al bochín.
Cuando conocí a Martín Aristain le pregunté qué estudiaba y por su actividad deportiva. Me dijo que tiene 22 años, cursa materias de tercero y cuarto año del profesorado de Educación Física y es bochófilo. 
Está acostumbrado a la sorpresa. No soy la primera que se extraña, por ninguna razón lógica, al saber que juega a las bochas. 
Las preguntas se apelotonaron y el tiempo para responderlas fue escaso. Así que pautamos un día y una hora para sentarnos a charlar. 
Me cuenta que jugó al fútbol y al básquet hasta que un verano, en el descanso de estos deportes, conoció a las bochas. “Si a un chico le das una pelota de cualquier deporte, juega”, dice Martín. 
La pareja de su mamá, Pedro Rodríguez, lo entusiasmó y lo llevó a practicar con la bola de 920 gramos al Club de Pelota. El deporte lo sedujo y el entusiasmo se hizo viral.
Ese verano, con apenas 13 años, recorrió la cancha de bochas junto a otros chicos, que como él, disfrutaban del deporte. “Fui a practicar un mediodía, me invitaron y enseguida estaba metido en un partido. Me quedé mirando y empecé, nunca había visto una bocha, no tenía ni idea del deporte. Enseguida hicieron torneos y me encantó”. 
Martín mostró aptitudes para este deporte ni bien empezó con la práctica y enseguida fue parte de los torneos infantiles. La preparación técnica la hizo con el profesor de Escuelita de Bochas, Claudio Saccone. “Fuimos a un provincial sub 14 en San Nicolás. Esa fue mi primera experiencia. Nos fue bien, así que seguimos participando. Jugamos en Olavarría un sub 18, muchos de nosotros teníamos 13 o 14 años y regalábamos mucha edad, pero anduvimos mejor”.
La experiencia ganó confianza y Martín ímpetu, espíritu y ganas. Después de las competencias como principiante lo convocaron para un torneo en Bahía Blanca y zonales que se llevaron a cabo en Tres Arroyos. “En el 2015 nos fue mejor como grupo, salí campeón provincial individual en sub 18 y mis compañeros en parejas subcampeones provinciales en un torneo que se jugó en Bahía Blanca”. 

Martín Aristain

Se conocen experiencias deportivas con las bochas en el pueblo egipcio desde hace unos 5000 A.C. Los inmigrantes italianos fueron quienes introdujeron este deporte en nuestro país, y luego fue lentamente adoptado por toda la sociedad. La carrera vertiginosa y exitosa de Martín lo llevó directo a la cuna de este deporte, pero eso lo contaré más adelante. 
Luego de los zonales y de obtener el título en el sub 18 representó a Provincia de Buenos Aires en el argentino en Río Cuarto. “Jugué el individual y en parejas, en el primero quedé afuera enseguida y como el refuerzo en parejas, perdimos la semifinal. Eso era todo nuevo, al año siguiente volví al argentino y perdimos en semifinales en San Francisco, Córdoba, torneo al que me llevaron como refuerzo del equipo de Bahía Blanca”. 
En algunas competencias, como dice Martín, regaló un montón de edad como en un provincial sub 23. Sin embargo, a los 12 años, en un torneo argentino de esta categoría organizado por Tres Arroyos, obtuvo el título de campeón argentino. “Fue en mi ciudad, era un torneo muy difícil porque competí con los campeones y equipos de todas las provincias”. 
Las bochas lisas y rayadas, verdes o rojas, y el bochín se arrimaron a Martín sin pedir permiso. “La cancha tiene 24 metros por 3 de ancho y en el juego arrimás al bochín y las bochas más cercanas suman puntos y se puede bochar. La modalidad zerbin tiene partido y otras modalidades, cinco minutos de tiro rápido doble, de tiro progresivo tirando bochazos, todos los bochazos que pegues suman en velocidad, precisión y resistencia, se puede jugar de a dos o individual”. 

En acción. El bochófilo local en pleno lanzamiento

Martín me mostró videos de su experiencia internacional con bochas de zerbín y eso me ayudó a comprender mejor sus explicaciones.
Cruzó el Atlántico luego de que se fuera a probar a La Pampa en un evento abierto de la selección argentina. “La primera vez no quedé, me preseleccionaron en Entre Ríos, pasé esa instancia y en San Guillermo, Santa Fe tampoco quedé, había cuatro elegidos y solo iban dos. Era otra modalidad: canchas más largas, exige cualidades más atléticas, otra bocha de 90 mm a 110 mm de diámetro y entre 900 y 1200. Esa vez dejé de entrenar en esa modalidad de zerbín que es más exigente”. 

El equipo argentino de bochas en Mónaco. “Es tremendo, estábamos en un hotel cinco estrellas”, recordó

Siguió practicando con la bocha con la que juegan los argentinos y latinoamericanos y superó un nuevo objetivo: Se presentó en otro torneo nacional, esta vez en Surrit cerca de San Guillermo y fue número puesto por su performance, pronto lo llamaron para el Panamericano de mayores en Perú. “Me tocó jugar de compañero con un chico joven que ya había participado de diez mundiales y salimos campeones panamericanos, ganamos medalla de oro y la Argentina ganó la general medalla de oro”. 
Al año siguiente por decisión del técnico de la selección argentina, José Gaspari, integró el equipo y participó del mundial de Italia y de un torneo internacional en Mónaco.
“Nos preparamos tres meses, antes de ir a Europa viajamos a La Pampa y a otras provincias donde hay canchas de zerbín, modalidad que juegan en esos países. En el torneo de Mónaco perdimos en cuartos de final y en el mundial de Italia pasó lo mismo, perdimos entre los ocho. Damos mucha ventaja por la falta de práctica porque en Europa es un deporte muy profesional que tienen muy buen nivel y todos juegan zerbín, las bochas clásicas nuestras, solo en Latinoamérica”. 
Para Martín “es una cosa de locos” pasar de no saber ni qué es una bocha a jugar internacionalmente. “¡Cómo llegué hasta acá con las bochas!”, dice. 

 “La gente se sorprende, ahora que me conocen, no tanto, pero cuando recién arranqué mis compañeros me decían: ¿A las bochas jugás? Hasta que me vieron competir en todos lados y se empezaron a interesar”

 
La exigencia de ambos torneos no le permitió disfrutar demasiado del paisaje italiano o monegasco. “Conocí algo del lugar un día antes del mundial, pero estábamos todo el tiempo de cancha en cancha y jugando. El técnico nos pidió también que acompañemos a todos los jugadores, así que siempre nos quedábamos juntos”. 
El lujo y paisajes de Mónaco no pasaron desapercibidos. “Mónaco es tremendo, estábamos en un hotel cinco estrellas, tremendos autos; desde el balcón vimos los cruceros, los yates. Hay estadios que tienen otras disciplinas, como el Club Mónaco, nosotros estábamos enfrente al de fútbol y a una cuadra estaba el estadio de bochas de zerbín”. 
Otra vez, Martín detiene el relato para profundizar en algunos datos técnicos: “La modalidad de zerbín se juega individual y en parejas, también se puede jugar partido o solo contra otro o contra otra pareja, tiro de precisión, son once bochazos, un tapete y se ponen los objetivos y siempre hay que pegarle a la bocha o bochín blanca. Cada vez te ponen más obstáculos y cada uno tiene un puntaje diferente”.

La escuelita
 
Martín Aristain conduce la Escuelita de Bochas desde este año luego de que por cuestiones personales y por el paso de la pandemia, Claudio Saccone tuviera que dejar ese lugar. Ni bien le ofrecieron la oportunidad aceptó con gusto. Su primer torneo con los alumnos de Escuelita fue un encuentro regional sub 9, 12 y 15 en Bahía Blanca. “La armamos en cuatro equipos y uno clasificó a Mar del Plata, torneo que se disputó en diciembre. Fuimos con el Sub 12 al provincial y los chicos salieron cuartos representando a Tres Arroyos”. 
Martín varía los entrenamientos que se llevan a cabo en diferentes canchas, de arena o sintética “para que no se acostumbres a una”, en Club de Pelota o Huracán.
En la Escuelita hay doce deportistas que comenzaron a jugar cuando los llamó y armó el equipo con primos, amiguitos, alumnos de la colonia de Huracán. 
En el grupo hay chicos y chicas entre 8 a 14 años. “Las nenas compitieron en le regional de Bahía Blanca, en provinciales en Azul, una de ellas que ya tiene más experiencia quedó quinta en la tabla de posiciones”. 

Martín Aristain, junto a Pedro Rodríguez y dos jóvenes que siguen su camino

Martín me cuenta que a los más chiquitos les cuesta levantar la bocha. “Practicamos mucho, con todos porque es cuestión de que agarren técnica, sepan cómo dar los pasos para el bochazo, la coordinación del movimiento con los pies, es práctica, no solo precisión y puntería, sino automatizar los movimientos”.
Infunde valores esenciales como comprender que es un deporte en el que no hay empate: Uno gana y otro pierde. “Hay que manejarlo para que entiendan que hay que ir a pasar buenos momentos a disfrutar y después está la competencia. De a poco van entendiendo porque es un deporte que tiene muchas reglas, no es como se jugaba antes que era más simple”. 
Martín quiere incorporar nuevos alumnos a la Escuelita de Bochas y la Asociación Tresarroyense proyecta solicitarle a los clubes que tengan por lo menos dos bochófilos: Un menor y una dama, de cualquier categoría, para que haya competencia.
“Me gustaría terminar la carrera de educación física y seguir la práctica para competir en forma internacional. Ahora es difícil y ojalá pueda representar de nuevo a la Argentina. En mi deporte me encantaría seguir creciendo”. 
A la sombra de una mañana que pintaba muy calurosa incorporamos a la charla a su familia y amigos. “La gente se sorprende, ahora que me conocen, no tanto, pero cuando recién arranqué mis compañeros me decían: ¿A las bochas jugás? Hasta que me vieron competir en todos lados y se empezaron a interesar. Hoy hay provincias que tienen muchas escuelitas y profesores que están profesionalizando cada vez más el deporte”. 
Menciona el acompañamiento que recibe y agradece a su mamá, Adriana Rey, a su mentor Pedro Rodríguez, a su hermana Carolina Aristain, a su papá, Néstor Aristain y a la Dirección de Deportes por colaborar con su desempeño. 
Martín arrima la bola, gana títulos y apuesta al deporte coordinando la Escuelita. Lanza con efecto.
 
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Título de campeón
A nivel internacional Martín Aristain tiene importantes galardones: Es campeón panamericano de primera en Lima Perú; obtuvo el 6° puesto en el mundial sub 23; el 5to puesto en torneo internacional «Denis Ravera» en Mónaco. 

Felicidad de campeón para Martín Aristain

A nivel nacional: Campeón argentino individual sub 23; 3° puesto argentino sub 23 parejas 2017; 3° puesto argentino sub 18 parejas 2015; 3° puesto argentino sub 18 parejas 2016. 
A Nivel provincial: Campeón provincial individual sub 18 en 2015; Subcampeón provincial individual sub 21 en 2018; 3° puesto individual sub 18 de 2016; 3° puesto individual sub 23 en 2017.
A nivel zonal: Campeón zonal de primera; campeón zonal de segunda; campeón zonal de tercera.
A nivel local: Campeón local de primera.
Martín compite a nivel internacional representando a la selección argentina, en los nacionales a la provincia de Buenos Aires, en lo provincial a la Asociación de Bochas de nuestra ciudad y a nivel local al Club Huracán. 
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