06|01|22 09:27 hs.
La cuenta de Instagram de Mary Mesarra
invita a compartir un viaje sorprendente
por el mundo del café. Hay
que ingresar simplemente en “maryeeu”
y se encuentran recomendaciones, información,
fotos, una verdadera comunidad
cafetera.
Recuerda que “tenía una cuenta en Instagram
que recuperé, por eso el nombre tan
raro, no sé cómo surgió. Fue algo medio
de prueba y quedó, ya forma parte de mi
identidad”.
Es docente, profesora de Informática y
desde hace 16 años reside en la ciudad de
Buenos Aires. Nació en Tres Arroyos y viene
de visita cuando puede para encontrarse
con familiares, amigos.
Como ella misma dice, se ha hecho “un
lugarcito” en el ámbito del café y dio los
primeros pasos con la idea de conocer más.
“Arranqué con un curso de introducción al
café, para entender como consumidora un
poquito mejor de que se trata”, cuenta.
Sus inicios tuvieron lugar en 2017, con
recomendaciones sobre desayunos, en un
contexto diferente porque “Instagram
todavía no había terminado de registrar la
explosión que tiene hoy como red social,
para difundir un montón de cosas”.
Le gusta sacar fotos y poco a poco fue
ampliando esta tarea. “Iba a distintas cafeterías,
probaba, tomaba fotografías. Hasta
que entré en una cafetería de especialidad,
fue una bisagra de lo que estaba probando, Negro Cueva de Café, una de las pioneras”, señala.
Desde entonces, realizó “un montón de cursos
de cata, de desarrollo sensorial. Además
me gusta investigar mucho”.
Comenzó a hacer reseñas, que en principio
“era contar sobre los lugares y acerca del
café”. No obstante, le otorgó a su cuenta
“un perfil muy marcado en lo humano”.
Considera que “está buenísimo contar
las historias, después hablamos del café.
Poder encontrar tantas historias es como
un disfrute aparte, más allá del café rico”.
En sus recorridos “no trabaja con canje ni
nada de eso. No digo que esté mal, pero no
me gusta a mí porque necesito la libertad
de poder decir lo que quiero”. De todos
modos, comenta que “si no me gusta como
sacaron un café de especialidad o veo que
hay una cuestión que no me parece bien
de cómo lo cuidan, directamente no subo
el post. No voy a criticar algo que no me
gustó. Siempre hay que dar tiempo para
que consoliden el servicio”.
Una pasión
Vivió un verdadero descubrimiento. Mary
Mesarra afirma que “se te abre un mundo
en todos los sentidos. A mí me sucedió en lo
sensorial, que es lo que pruebo, y también
al apreciar cómo es la gente. Incluso hay un
tema social detrás que tiene que ver con los
recolectores de café, con los caficultores.
Me apasiona”. Dejó en claro que un punto
central es “el respeto por toda la gente que
está detrás de esto”.
Habla de la trazabilidad, la posibilidad
de “identificar todo el camino” hasta que
el café de especialidad llega a manos del
consumidor. “Cuál es la finca, la región,
donde se cultivó, quien lo tostó, hubo muchas
personas que intervinieron. No es como
el café comercial, en este caso la cosecha
es manual con un montón de selecciones,
se va descartando, así hasta el tueste y el
tostador va viendo en detalle ese grano, si
alguno está defectuoso lo saca”, diferencia.
En el cierre del ciclo está el barista, persona
especializada a en café, capacitada para
extraer lo mejor de cada grano, que define
como “otro rol fundamental”.
Tiempos
Mary Mesarra dedica muchas horas a la
docencia, es su trabajo. Por esta razón, sostiene
que “me gustaría vincularme mucho
más con el café, pero no puedo. Con mayor
razón aún a partir de todo lo que ocurrió en
pandemia y las necesidades que surgieron
en la educación”.
Reitera que “no puedo descuidar la
tarea docente. He ido a eventos y catas
como invitada, no todo lo que me hubiera
gustado, pero sí en la medida de lo posible”.
Y agrega sonriendo “tal vez cuando
me jubile pueda dedicarle más horas. No
podría ninguna una cafetería, porque es
agregarle obligación a un disfrute, pero si
me gusta mucho todo lo que tiene que ver
con la difusión”.
En Internet hay numerosos materiales
para capacitarse, tales como “videos, libros,
muchos sitios para buscar información. Lo
que pasa es que lo sensorial es presencial.
Hoy puedo llegar a detectar distintos sabores
porque hace cuatro años y medio que
estoy probando cosas”.
Avances
En la ciudad de Buenos Aires, el café de
especialidad está “muy concentrado en algunos
barrios. Palermo sobre todo y ahora
empezó a abrirse a otros lugares. Ha ido
avanzando, falta un montón para cambiar
el paradigma de lo que es el café rico”.
Expresa que “estoy feliz con la movida
que está haciendo Fernando Sabatini. No
hay demasiado café de especialidad en la
provincia, y que ahora llegue a Tres Arroyos
es muy positivo. Me parece un golazo
de Rüya”.
Hay una búsqueda personal de Fernando
Sabatini, porque “incluso cuando abrió
Rüya, él sabía que el café podía mejorar.
Hasta que decidieron migrar de lo tradicional
al café de especialidad”.
Es todo un trabajo de explicación a los
consumidores, “de a poquito. Para que
no le pongan azúcar, que es lo primero
que hace el promedio de las personas en
una confitería tradicional porque saben
que el café que le sirven es muy amargo,
en sí mismo no lo es pero así es recibido
en la mesa por un montón de detalles. El
café de especialidad se cuida de un modo
distinto”.
Menciona otro ejemplo. “Estamos acostumbrados
a que nos traigan el café hirviendo.
El café de especialidad no se sirve
de esa manera porque necesitamos que lo
sienta y si está recaliente no sentís nada”.
Constituye un proceso para “dar a entender
a todos que el café de especialidad
tiene otro sabor, se puede sentir de otro
modo. Requiere una decisión del negocio.
La forma en que saca el café habla mucho
de Fernando”.
En el cierre de la entrevista, observa
que “hay muchos aspectos que se deben
desandar. No es una moda, sino un mundo
que se viene imponiendo, está asociado
también a lo saludable y lo orgánico”.
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En una comunidad cafetera
En su cuenta de Instagram, Mary Mesarra tiene más de 1100 publicaciones en
aproximadamente cuatro años y medio.
Comparte su pasión por el café y explica también que ama enseñar: “en cada inicio
de ciclo siento en la panza la misma maravillosa adrenalina de cuando entré a un
aula la primera vez”, afirma.
También ama la música, porque “sincroniza con mis emociones, en las alegrías más
inmensas o en las tristezas más profundas”. Especialmente, le gustan las canciones
de Gustavo Cerati.
Incorporó el café a su rutina cuando se mudó a la ciudad de Buenos Aires. Indica
que ama viajar, si bien recién en 2018 se animó a hacerlo sola.
En los mensajes a la comunidad cafetera, expresa con convicción que -pese a todo-
“creo en la bondad de la gente, aún confío, aún mantengo mi capacidad de asombro,
aún conservo intacta mi capacidad de Amar y Ser Feliz” (lo escribe así, con mayúsculas).
Sumó nuevas experiencias. Valora que “amplié mi mundo, antes centrado, sobre
todo, en Ser Profe; porque sí, no importa la edad, siempre hay tiempo para dar lugar
a una nueva pasión”.