“Nos convocaron a brigadistas de incendios forestales y dentro de los 92 que somos en la provincia de Buenos Aires, podían ser 38 personas. De esa cantidad seleccionaron a 11 y yo fui una de las elegidas, que me puso muy feliz”, contaba en una charla con La Voz del Pueblo Rosana Fernández. 

 Una vez que llegaron al lugar, “trabajamos mucho con elementos como palas, rastrillos, motosierras, machetes, etcétera, en una brecha donde se saca todo lo que es material vegetal para que el fuego no avance”, contó. 

Esta experiencia para Rosana fue “realmente nueva” ya que “había hecho el curso el año pasado donde anduve muy bien, pero una cosa es hacerlo y otra es aplicar lo aprendido en la realidad”. 

 Sobre cómo trabajaron en Aluminé, recordó que “se hizo todo muy bien, en equipo. Fueron días muy intensos porque el suelo es muy arenoso, hay muchas montañas y cerros y se caminó mucho. Sin duda que fue una experiencia muy importante, nos costaba mucho cambiar el aire a todos porque no estamos acostumbrados a ese clima, pero se hizo un buen trabajo gracias a Dios y por la brecha que hicimos el fuego no avanzo más. Después vinieron las lluvias que nos ayudaron mucho. Debo decir también que la Federación de la provincia de Buenos Aires se portó muy bien con nosotros porque siempre nos tuvo bien atendidos con un grupo muy humano, al igual que los compañeros de los distintos cuarteles que tuve en esta acción”.

Por otro lado, resaltó: “El compañerismo que hubo fue muy importante ya que nos tocó pasar Año Nuevo en dicho lugar y eso hizo que hiciéramos una amistad muy linda. Incluso para el brindis se nos acercó gente del pueblo a saludarnos, por lo tanto estábamos contenidos” 

Además, contó que “fueron seis días, si bien teníamos un día de viaje porque era lejos, y trabajamos desde las 7 de horas y volvíamos a las 19 o 20, obviamente con el descanso correspondiente porque la actividad lleva mucho desgaste físico”. 

 “Debo decir –agregó- que lamentablemente se quemaron montes milenarios, la planta que más cuidábamos era la Araucaria que es del lugar y para los pobladores les significaba mucha tristeza ver todo quemado. Fueron muchas hectáreas y no era fácil la llegada al lugar, por ello se complicaba mucho, dado que si no se llegaba por aire, había que caminar mucho y eso era lo que realizamos nosotros”. 

 También pasaron momentos mucho más duros. “Lamentablemente tuvimos la noticia del fallecimiento de las dos personas que estaban trabajando con un helicóptero. La gente se conmovió mucho y yo sentí mucha tristeza más allá que no los conocía”. 

Luego, pasando a su vida como servidora pública, mencionó que “hace más de 27 años que estoy, con 25 años de servicios cumplidos, pero sigo con las mismas ganas del primer día poniéndole todo a esto. Incluso el hecho de hacer perfeccionamientos y cursos y que luego lo puedas poner en práctica como en este caso a uno lo gratifica, fundamentalmente porque de 38 personas me tocó concurrir a este incendio. Realmente para mí fue una sorpresa y lo agradezco a mis jefes Carlos Caprile y Horacio Rubino que confiaron en mí”. 

Sostuvo que “esto uno lo hace por vocación que trae, incluso ya cuando se ingresa aquí es mucho mayor las ganas de servir a otro, sabemos que dejamos muchas cosas por esto, pero repito, se tienen estas gratificaciones de concurrir a ayudar en incendios de esta magnitud”. 

Finalmente remarcó: “Quiero agradecerle a la comunidad de Gonzales Chaves que realmente estuvieron todo el tiempo enviando mensajes de apoyo. A mi familia también el agradecimiento porque no pude pasar las fiestas con ellos que siempre lo hacemos juntos, como también a mis compañeros que me alentaron todo el tiempo en esta experiencia que fue muy buena para mi”.