24|04|22 13:37 hs.
En cada aniversario
la ciudad recrea su pasado.
Ciudad testigo de anhelos transparentes
ecos de fortines, aborígenes, pulperías
sufrientes pobladores perdidos en la pampa
habitantes dibujando horizontes
hombres y mujeres uniendo esfuerzos
evolución sin pausa.
El viento polvareda de hectáreas
la tierra dócil viendo las manos
fertilizando surcos
limaduras de oro
anunciando el trigo
espigas vestidas de pan
arboledas lejanas
montes quebrando el horizonte.
Ciudad impregnada de magia,
de aventuras infantiles,
de sueños adolescentes,
de pioneros esforzados.
Los picaportes abren sus puertas al progreso
y las ventanas observan
como el sol
calienta y pinta los inviernos.
Una tiza invisible trazó calles,
veredas, plazas, parques,
iglesias, fábricas, escuelas
y puso luces y contraluces
entre amaneceres y crepúsculos.
Mirar hacia atrás es sumar
recuerdos,
dolores, alegría, nostalgia
y es agradecer al alba
por el goce que nos regala cada día.