Para José Silva y Magalí Eccher el plan del viaje es ir sin rumbo y sin tiempo

La Ciudad

“Familia Caracol”

La elección de vivir viajando

08|05|22 13:58 hs.

José Silva tiene 32 años y nació en San Rafael, Mendoza. Su compañera de vida Magalí Eccher tiene 27 y es marplatense, al igual que la perra Lola. Kaué, en tanto, tiene un año y es el hijo de esta pareja de viajeros que visitó Tres Arroyos con el objetivo de arreglar el tren delantero de su casa rodante, la cual no estaba en óptimas condiciones para seguir camino. 


Para ello, dieron con el mecánico local Roberto Galván quien es un experto en el tema. El 31 de noviembre de 2018 marcó un antes y un después para ellos, ya que ese día dejaron de alquilar para pasar a vivir en una combi Volkswagen modelo ´86. 

Desde que formalizaron, siempre les atrapó la ilusión de poder viajar. Al momento de unirse, optaron por trabajar para comprarse una casa móvil, hasta que llegó la combi para dar un giro de 360 grados en sus vidas. Desde ese entonces, armaron su interior y emprendieron viaje por distintos lugares del país y de Sudamérica. El plan, claro desde el minuto cero, siempre fue viajar sin rumbo y sin tiempo. Así es que se definen como dos “traviajeros”. 

Para tener una identidad, se autodefinieron como la “Familia Caracol” (así se los puede encontrar en las redes sociales) porque son muy unidos. Y "Caracol", en referencia a que es un animal persistente que lleva su casita a cuesta, va despacio y llega lejos, tal cual lo hacen ellos. 

En diálogo con La Voz del Pueblo, uno de los protagonistas de esta historia, José Silva manifestó que “vinimos a Tres Arroyos para hacer un arreglo importante en nuestra casa sobre el tren delantero, debido a que nunca se lo habíamos podido arreglar y la dirección estaba muy difícil para manejar. Acudimos a lo de Roberto Galván para arreglarla que es un especialista en el tema. Estuvimos en el sur, por San Martín de los Andes, donde hicimos la temporada de verano. Ahorramos lo que más pudimos para poder hacer esta inversión en nuestro vehículo”. 

En 2021 y por intermedio de otro conocido de Mar del Plata a quien le comentaron del problema que tenían con su combi, fue que dieron con Galván que también había solucionado algún desperfecto con la unidad de su amigo en otro momento. “La trajo solamente una vez y nunca más tuvo un inconveniente. Eso es un buen indicio de una persona que sabe realmente lo que hace y que es un experto en el tema. Estuvimos también en Tandil y pasamos por aquí para solucionar una falla. Luego de eso, la combi anduvo mucho mejor desde que la asistió el maestro Roberto. Es una realidad. Por eso nos llevó a volver nuevamente acá con él, valió la pena hacer tanto kilómetros para volverlo a ver, que nos pueda arreglar el tren delantero y visitarlo porque es buena gente, de los que no abundan”, agregó.

La casa 
La combi en la cual se movilizan por distintos puntos es una Volkswagen modelo 1986. “Era una ambulancia de Mina Clavero, Córdoba. Ahora está jubilada y sólo se dedica a viajar (risas). Tiene el techo elevado que responde a una reforma sobre armado de ambulancias y a nosotros nos beneficia para poder estar parados y tener como un ambiente más. Es nuestro lugar y somos felices”, añadió con énfasis.

Según su parecer, la solución del tren delantero le llevó mucho menos tiempo del que pensaron, porque en breve estaría finalizada esa parte. “Después, nos gustaría que vea varias cosas más, aunque veremos cómo quedamos con la parte económica también. A ese arreglo más grande, se le sumaron un par de cosas más, pero estoy seguro que lo podremos solucionar. Todo va encaminado y la idea es que se le pueda hacer una revisión general”, detalló. 

Como “traviajeros”, van viendo el día a día en el circuito que les toca recorrer. En relación a esto, Silva explicó que “siempre tenemos algún destino fijo. Ahora tenemos ganar de ir para San Luis. Para llegar allí, tenemos muchos lugares antes y trataremos de recorrer cada pueblo porque uno por allí los pasa por alto y la verdad es que hay mucha belleza escondida dentro de cada lugar. Nos encantan las casas antiguas, la historias de los pueblos y las raíces propias de cada sitio”. 

Tres Arroyos y la vida 
Nuestra ciudad les encantó, desde todo aspecto. “Todo el mundo es muy amable y pudimos estar también en el Parque Cabañas. Nos queda conocer las playas de Claromecó, Reta y Orense que son lugares que nos han recomendado para visitar. Nos atrae mucho la naturaleza y siempre nos vamos movilizando en base a ella. Somos felices viviendo de esta manera”, sostuvo con una gran sonrisa de por medio.

Han optado por otro estilo de crecer y entienden que la vida, es lo que se les va con el paso de los años y lo que no se recupera, es el tiempo. “Cuando llegas a un lugar, se te acercan varias personas que te dicen que su sueño frustrado es hacer esto. Por eso mismo, uno se sigue empujando más y más para seguir representando a ellos, mostrándoles de que se puede solo o en familia y a la edad que sea. Viajar es vivir y es lo único que nos vamos llevar”, afirmó Silva. 

Para poder viajar, trabajan. Esa es la única forma que les permite movilizarse hacia sus destinos o tener dinero para los arreglos. En este sentido, puntualizó que “también hay que ser feliz porque con lo corta que es la vida…A nosotros nos gusta viajar y son decisiones. El paso que tengamos por este mundo, trataremos de que sea lo más lindo posible”. 

Estacionados, mostrando y vendiendo artesanías propias y de otros artesanos es que ofrecen al público sahumerios artesanales, imanes, cuadros y varias cosas más. “Hemos pintado casas y rastrillado parques. Mi fuerte es el turismo aventura porque soy guía de rafting y de montaña. Mi compañera se ha ido vinculando también con esa parte y además hizo el profesorado en educación física. Vamos haciendo de todo un poco en nuestro camino. Cuando estamos en cada pueblo, nos ofrecemos para hacer changas en cada lugar y vamos para adelante, en movimiento”, valoró José Silva. 

Alegría
A su turno, Magalí Eccher, también protagonista de esta historia dijo que estaban muy ansiosos por venir a Tres Arroyos. “Es un hermosa lugar y el trato de la gente, es muy bueno. Vinimos a ver a Roberto con muchas ansias porque nuestra combi estaba con algunas fallas, por eso era muy ansiado el llegar a aquí y que la combi quede bien para poder circular más cómodos. El viento del sur y las curvas hicieron que nos tomemos un tiempo para arreglar nuestra casa de cuatro ruedas”. 

Por último, hizo referencia a que son felices disfrutando el día a día y cada amanecer. “Hay que saber agradecer también cuando uno se despierta, porque no todo es color de rosas. Gracias a Roberto y a su familia que nos han recibido con mucho amor y nos está haciendo un tremendo aguante. Gracias a la gente de Tres Arroyos también y de todos los lugares que vamos atravesando, son muy cálidos con nosotros y eso es algo muy lindo. Ojalá podamos regresar en verano a conocer las playas”, concluyó Magalí Eccher.