Opinión

Editorial

Ante una oportunidad

18|05|22 09:06 hs.

El 27 de octubre de 2010, el Censo Nacional quedó en un plano secundario. No porque de un momento a otro se le haya dado menos valor del que tiene, sino porque hubo un acontecimiento que concentró la atención pública: el fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner. 


El eje se desplazó, ante la repentina desaparición física de un protagonista central de la vida política del país. De todas maneras, el censo se llevó a cabo de acuerdo a lo previsto. Y surgieron actualizaciones en datos sensibles vinculados a cantidad de habitantes, conformación de cada familia, nivel de estudios, características de las viviendas, situación laboral, acceso a servicios básicos, entre otros. 

El principal inconveniente es que el relevamiento tuvo falencias operativas, que no se pueden atribuir a la excepcionalidad y el impacto que generó el adiós a Kirchner.

Los hogares fueron censados igualmente para “continuar con la institucionalidad”, como dijo el mencionado día Ana María Edwin en su rol de directora del INDEC.

El crecimiento demográfico mínimo de Tres Arroyos, con respecto a 2001, pareció no guardar relación con una expansión urbana que ya por entonces era visible. Es solo un ejemplo de resultados que dejaron dudas, sobre lo cual se hicieron públicas muchas observaciones.

En este contexto, el nuevo censo es especialmente importante. Permitirá tener en el ámbito local una dimensión -esperemos que sea precisa- acerca de la población tresarroyense, su distribución, trabajo, cobertura médica, junto a una interesante diversidad de indicadores. 

Es un elemento central para la definición de políticas públicas. Por ende, clave también en la asignación de recursos de una forma lo más equitativa posible.

No se trata de ir en busca de una ventaja para el distrito, con una mirada que se desentienda de las necesidades de otros territorios y comunidades del país. 

Simplemente, se aspira a que el censo refleje con claridad la situación de cada lugar, con sus particularidades. Esto no sucedió en 2010. Todos los municipios, para hacer una planificación y mejor aún si cuentan con un plan estratégico, deben tener como punto de partida la información lo más ajustada que pueda otorgar el censo. 

Por esta razón, hoy la Argentina se encuentra ante una oportunidad. Conocernos mejor no implica resolver nada, no cambiará los múltiples problemas que afectan a buena parte de la sociedad. Pero sí ayudará a saber dónde estamos parados. No es poco.