30|05|22 12:17 hs.
Texto basado en los relatos de una de las fundadoras,
Marta Susana Garay de Brun
Parece que fue ayer cuando un grupo de mujeres de San Francisco de Bellocq se sentó a crear uno de sus mejores sueños. Hasta se pusieron nombre y se identificaron como Liga de Madres de Familia.
Parece ayer, pero hace 50 años ya, que esos pensamientos alocados se convirtieron en realidad. Deseos transformados en trabajo, sueños y amor plasmados entre los habitantes. Buscar espacios, organizarlos, conocer maestras, ver horarios, convocar al pueblo, pintar, amueblar, comprar materiales. Un sueño que tomaba forma.
Ese grupo de mujeres movilizó al pueblo entero para contar con esa nueva esperanza que, poco a poco, sonaría a Cascabelitos.
El dinero hacía falta, mucha. Fue este grupo que dedicó horas y horas a preparar festivales, ferias del plato, rifas y toda actividad que aportara al crecimiento de las nenas y nenes. Esos que se juntaban, cada día, a jugar, reír, cantar, pensar en un mundo mejor.
Así como crecieron esos cascabelitos que pasaban por el Jardín, también crecían los espacios. Cuando la sala de la Avenida Arnaldo A. Girado quedó chica, ya los esperaba la casita frente a la cooperativa eléctrica. Y ya no fue suficiente, así que a seguir creciendo para ir a la vieja estación de trenes.
El sueño de hace 50 años sigue sonando a cascabeles, sigue oliendo a comida y masitas de las ferias, sigue pareciendo a tortas con forma de conejito blanco y chicharrones con azúcar quemada.
Esos sueños de la década del ‘70 siguen iluminando como miles y miles de lentejuelas cosidas a mano, en los vestidos que flotaban en los festivales, que cada año, unían al pueblo y al campo, en los clubes.
Desde hace cinco décadas, la infancia de nuestro Bellocq cuenta con un espacio creado y mantenido a fuerza de trabajo, sueños y amor. Esfuerzo parido por un grupo de madres que dejaron noches de descanso para construir, con sus manos, a Cascabelito. Un Jardín para toda persona que deseara soñar en una infancia feliz y una comunidad unida en valores.
Amor, Solidaridad, Empatía, Cooperativismo, Educación, Unión, que envuelven a nuestro Jardín Cascabelito, bañado en el esfuerzo de esas luchadoras para quienes la palabra Jardín va más allá de un espacio.
Jardín Cascabelito es familia de amigos. Es vida. Es la unión que hoy mismo tenemos para homenajear a esas mujeres unidas en la Liga de Madres de Familia que soñaron, crearon y fortalecieron la infancia de nuestro pueblo, alrededor de un objetivo en común.
Es el homenaje a las mujeres de San Francisco que cobijaron a nuestros chicos y chicas bajo el calor de la ilusión en el frío invierno del 1972.
Cascabelito sigue sonando dulce en el recuerdo de los niños y niñas que hoy peinan canas y escuchan el nombre de un espacio en el que creció la amistad con sus amigos de toda la vida.
Cascabelito suena a melodía en el recuerdo de quienes pasaron por sus aulas y ya no están.
Suena a esa brisa que nos acompañará, desde este año, cuando acaricien las ramas de nuestros nuevos árboles e inviten a bailar a los cascabelitos que se oirán desde todas las calles, recordando el orgullo de ser parte de esta comunidad.
Cascabelito es y será el nombre que suene y resuene en Bellocq como sinónimo de logro conseguido, de ilusión transformada en realidad gracias a Trabajo, Sueño y Amor.
-El escrito fue leído por María Angélica Chamús en el acto realizado el viernes. Su autora es Sandra Brun, periodista que reside en Barcelona. Ambas fueron alumnas de Cascabelito
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Plantación
En la primavera próxima, se van a plantar en el predio del Jardín dos arbolitos, con la participación de nenes y nenas. Ahora están en macetas.
Van a quedar con cascabelitos colgados, en homenaje a los 50 años de vida.