Carta de Lectores

Escribe Leonardo Hugo Aizpurúa

La Chevrolet Apache

21|08|22 10:23 hs.

Señora directora


Nos conocemos de chicos, yo acompañaba a mi padre de pantalón corto cuando iba al comercio que tenía su padre de venta de repuestos usados de maquinarias agrícolas, cosechadoras y tractores en Avenida Moreno pasando la vía del ferrocarril una cuadra, enfrente al almacén de Carrera Hermanos. 

Me estoy refiriendo a Héctor Uzcudún dueño de la concesionaria Toyota, siempre voy al negocio porque soy cliente y amigo desde hace muchos años. Hace unos días me estaba acordando que hará cuatro o cinco años atrás, un día entré a la Agencia, me saludó Héctor y me dijo: “Vení al taller, a vos que te gustan los autos antiguos te voy a enseñar una joyita”

Entramos al taller como siempre limpio, ordenado y prolijo. Fuimos al sector de los autos usados y entonces me dice: “Mirá esta camioneta es una Chevrolet Apache 1960”

Abrí la puerta del conductor y me senté, empiezo a mirar el asiento estaba impecable, miro el tablero, la guantera ni una raya, miro la caja de carga modelo Texas con los guardabarros afuera, como a mí me gusta. 

Le digo a Héctor que levante el capot del motor. “Ni una mancha de aceite!”, “Pónelo en marcha y dejála regulando”, el seis cilindros arrancó inmediatamente, sereno, no golpeaba ni hacía ningún ruido raro. Entonces le digo a Héctor asombrado, “Pero es increíble cómo está ésta camioneta!!!!¿Dónde la encontraste?” Me contesta “En una chacra en Tandil”

Seguí mirando la camioneta, me detuve un momento a pensar y le dije: “Mirá, te voy a hacer una pregunta, ¿El dueño de la camioneta era un hombre soltero?”, Él largó la risa y dijo “Si, ¿cómo te diste cuenta?” 

“Muy sencillo si hubiera estado casado y con hijos, hubiera sido imposible que estuviera en este estado tan impecable.” 

Leonardo Hugo Aizpurúa