Un estudio del Conicet y la Facultad de Agronomía de la UNCPBA, del que participó el INTA, confirmó que las noches cálidas aumentan el impacto negativo de Fusariosis de la espiga (FET), una de las enfermedades más destructivas de los cereales. Además, reduce los parámetros de calidad del grano y aumenta la concentración de micotoxinas de forma significativa
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