31|10|22 10:05 hs.
En un partido que se jugó con la mente puesta en la próxima temporada, con el objetivo de ganar para engrosar el promedio, Olimpo derrotó como local al Deportivo Independencia por 3 a 2, con un desarrollo muy entretenido y un final electrizante.
Desde el inicio el encuentro fue atrapante, y con tan sólo cuatro minutos disputados llegó la apertura del marcador. Bálsamo ganó la pelota por la banda izquierda y le tiró un milimétrico centro a San Martín que en primera instancia no pudo con el arquero y el travesaño, pero en el rebote la punteó y concretó el 1 a 0.
Para Independencia el resultado adverso no afectó, porque se adelantó y empezó a presionar cuando no tenía la pelota, hasta que a los 12´ Sosa la robó en media cancha, habilitó la corrida de Alvarado que luego de una gambeta definió, Quintero tapó el tiro pero dio rebote y allí apareció Marcelo para poner el empate transitorio.
Nuevamente en pardas, el Ventarrón salió a dar vuelta el resultado, se mostró con más confianza para tratar la pelota, pero no tuvo la profundidad necesaria. Y eso lo pagó, porque una buena presión dejó a Domínguez sólo cerca del área, éste habilitó a Bálsamo y el “9” con un firme remate le devolvió la ventaja al Aurinegro.
El segundo tiempo empezó aplacado, trabado y ningún equipo pudo desarrollar su idea. Hasta que a los 18m. San Martín, que le aportó un toque de clase al juego. De una buena presión llegó la habilitación para el “10”, que enfrentó a su marcador, enganchó y desde 20 metros sacó el zurdazo que se clavó contra el palo de un indefenso Tarducci.
Independencia sacó su orgullo y fue por el descuento. Tuvo dos llegadas que Quintero detuvo. Hasta que a los 42, después de un centro desde la derecha, Aberastegui conectó de cabeza para poner el 3 a 2.
Después del gol se jugaron ocho minutos, el Ventarrón tuvo más ganas que fútbol para empatarlo y Olimpo se aprovechó de los espacios que dejaban sus rivales, por ello llegó el penal, que si bien fue atajado, le sirvió al Aurinegro para darle el cierre a un gran triunfo, en un partido que fue la antítesis del clima.