La Ciudad

Llegó a Tres Arroyos el miércoles

Enzo Gioventu: “Estuve 38 años encadenado por las drogas, quería salir y no podía”

27|11|22 10:25 hs.

Llegó a Tres Arroyos el miércoles en su casilla, fue recibido en el Polideportivo por integrantes de la Dirección de Deportes y en los días siguientes dio inicio a las charlas. Enzo Gioventu mencionó, a modo de ejemplo, la muy importante cantidad de estudiantes que lo escucharon en el Instituto Nuestra Señora de Luján. Y también está confirmada una actividad similar en el Colegio Holandés, entre otros encuentros. 


Tiene 56 años, es empresario de la salud y reside en Stroeder. Vivió una dura experiencia con las drogas y quiere compartirla, motivo por el cual inició una misión independiente. “Hice 1500 kilómetros en un mes y pienso seguir. Donde me convoquen, trato de ir”, afirmó en un diálogo con La Voz del Pueblo.

 “Fueron 38 años, mucho tiempo en los que consumí y todo lo que me conllevó al consumo de otras sustancias como el alcohol, el tabaco, los psicofármacos. Estuve atado tanto tiempo, encadenado queriendo salir y no podía. Notaba que mi vida se acortaba en un 50 por ciento, la muerte era inminente en poco tiempo si no dejaba de consumir y lo más triste es que estaba asumiendo la muerte, pero seguía consumiendo”, expresó. 

Le da a entender a los adolescentes que “de este lado es mucho más lindo que del otro. Pero siento que estoy condenado de por vida, porque siempre es algo que va a estar en mi cabeza. Dejé de consumir hace casi dos años”. Subrayó que “sin recaídas. No me permito recaídas, es que así tiene que ser. Corté de raíz el alcohol, los psicofármacos. Ambos van de la mano”. 

Al analizar la conducta del adicto, sostuvo que “uno dice, voy a consumir un fin de semana más porque te convences y decís que es la última vez. Compro esta vez y no compro más, así pasaron casi 40 años. Esto siempre te lleva a un escalón más y esos escalones tienen un fin. Vas perdiendo conciencia, familia, vida y todo”. 

En su caso personal, contó que “yo pude recuperar algo y con esto estoy mitigando. Es una misión que me hace muy bien a mí y noto que le hace bien a los chicos. Yo les cuento siempre que mi padre José Roberto murió a mi edad, pensando que yo era una persona honrada. Quiero retrotraer el tiempo y pedir disculpas, les digo a los chicos ‘para qué subirse a un avión del que no se van a poder bajar’”. 

Enzo relató que “mi padre me explicó lo que fue el alcohol, el tabaco, pero no lo que era la cocaína porque ignoraba el tema”. 

En las charlas, se establece “un pacto de verdad con los chicos. Detrás de mí siempre digo que hay un cartel imaginario que hace referencia a que no les puedo mentir porque estaría jugando con la salud de ellos. Les cuento toda la verdad”. 

Hábitos 
Estudió tres años odontología y se formó también en radiología, luego trabajó en supermercados, incursionó en emprendimientos grandes y le iba bien. No obstante, “la prioridad era el consumo. Viví preso, no podía parar ni siquiera los lunes y ahí dije basta”. 

Un aspecto clave es “saber pedir ayuda y a veces los chicos le tienen miedo a sus pares por la recriminación. Se puede pedir ayuda a quien mande su cabeza .reiteró-. Yo recurrí a un gran amigo cirujano de 89 años y a mi hermano que es odontólogo. Ahí empecé a respirar, cuando pedí ayuda”. 

Para generar una vida renovada se requiere “tomarse muy en serio el cambio de los hábitos. Me acuesto a las 19 o 20 horas y madrugo mucho. Trato de no ir a encuentros sociales, en cierta forma sigo encadenado pero esta vez respirando con alegría y sabiendo que voy por un nuevo camino”. 

No tuvo hijos y lo acompañaron “parejas muy buenas, de bondad, y las perdía por el consumo. Del lado que lo mires, no es bueno. Hay un millón de causas para no consumir y una sola causa que no la sabemos todavía de por qué consumimos”. 

Las charlas constituyen para él “una terapia. Lamentablemente tengo un master en Harvard en este tema, soy especialista porque sumé un amplio conocimiento, y me siento privilegiado de estar vivo. Creo mucho en Dios, en la oración de mi madre, en que me esforcé para seguir con vida”. 

Volvió a hacer referencia a situaciones que se registraron con las drogas y puntualizó que “para no sentir el dolor, consumía psicofármacos, luego estupefacientes y así fue mi vida. Debí poner una tremenda fuerza de voluntad para salir de todo eso, no tiene sentido. Generalmente, después de haber consumido uno no se acuerda lo que hizo. Las consecuencias son nefastas”.

 Lo curan los deportes y la práctica de la pesca, la naturaleza y el contacto con el mar. “Recorro la costa, me encanta pescar -señaló-. En vez de estar internado en un hospital, elegí hacerlo en una casa rodante”.

 Semillas 
Las primeras charlas las dio en Viedma y luego tuvo continuidad en otras ciudades. “Perdí la cuenta, no sé cuántas fueron”, afirmó. 

Posee una carpeta con documentación, que declara que su causa es de interés municipal. “El intendente de Patagones es José Luis Zara, tengo un total apoyo de él. Además de poseer un poli-consultorio en Stroeder donde brindan servicios diversos médicos, trabajo para el Estado y dispongo de una licencia por la recuperación. No soy médico -aclaró-, estudié rayos, parcialmente odontología y tengo el lugar donde trabajan profesionales de la medicina”.

 Asimismo, indicó que “cada colegio me da una carta de aceptación y de recomendación”. 

Las consecuencias de las presentaciones es imposible saberlas, si bien siembra semillas. “A algunos chicos seguramente les pueda cambiar el camino. Salvamosa uno, salvamos al mundo. Es así. A mí me avisaron los consumidores, por ejemplo, lo que era la heroína. Nunca la probé. El paco, nunca lo probé porque me dijeron las consecuencias que sufrieron ellos. Tampoco el éxtasis, el hachís, lo que se llama colar una pepa”. 

Posee una cuenta en Youtube y también en Instagram. “Si a alguien le gusta publicitar, tengo muchos seguidores. Eso me da a mí ganar kilómetros, jamás pido dinero, lo que sí solicito es un tanque de combustible. Me puedo sustentar, por eso tengo una casa rodante donde no genero gastos y estoy tranquilo”.


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El recorrido

La filosofía que guía a Enzo Gioventu es que “al lugar que voy a dar la charla, me aconsejen el pueblo siguiente. No fijo agenda. Ahora es muy probable que me esperen en San Cayetano, luego Necochea o Claromecó y así voy pasando de pueblo en pueblo”. 

Va a regresar en las fiestas de fin de año a su casa y luego tiene previsto visitar otras ciudades. “Tengo que llegar hasta Ushuaia siempre y cuando tenga cierta ayuda y el municipio me considere la licencia. Creo que sí, porque lo que hago es ayudar y exponer sobre lo que me tocó vivir. Gracias a Dios pude salir adelante, espero seguir así”.