02|01|23 19:56 hs.
Camila Capristo tiene 24 años de edad y a plena luz del día de este lunes fue abordada por un delincuente que le arrebató el teléfono celular (Moto g7 play), mientras la amenazó con un cuchillo. El hecho ocurrió a las 14 y en calle Pringles al 400, a tres cuadras de la Comisaría Primera.
“Venía caminando y escuché que alguien venía detrás pero no le presté atención, casi llegando a la esquina de Isabel la Católica el delincuente me dice que le dé el celular o me cortaba. Cuando vi que tenía un cuchillo no dudé y se lo di”, detalló la víctima a La Voz del Pueblo.
Describió al delincuente como de aproximadamente 20 años de edad, con una estura de 1.70 mt, de contextura mediana y de tez blanca. Además estaba vestido con una gorra azul y un chaleco canelón oscuro, de acuerdo a la precisa descripción del malviviente que pudo hacerle a este diario.
“Había salido del trabajo y tomé el mismo camino de siempre, por eso iba tan tranquila sin esperar encontrarme con esta situación”, contó.
Ni bien ocurrió el hecho del que resultó víctima indicó que caminó media cuadra y tuvo un bajón de presión.
“Una chica me dejó pasar, me ofreció agua y pudo llamar a mis papás para que me pasaran a buscar. Cuando llegaron lo primero que hicimos fue ir a hacer la denuncia y luego fuimos a consultar a los vecinos por las cámaras de seguridad que lamentablemente no funcionaban”, comentó.
Momentos después la subdelegación de Investigaciones había comenzado a intervenir también en el hecho.
Durante el asalto no hubo testigos presenciales. Camila describió que “una sola vecina escuchó algo pero no había nadie en la calle; justo en frente hay una obra pero los chicos estaban trabajando adentro así que tampoco pudieron ver nada”.
Al repasar el instante en que ocurrió, dijo que “fue todo muy rápido porque al ver el cuchillo y -como me amenazó- no me resistí. Lo único que me robó fue el celular, que lo tenía en la mano, la mochila no me la pidió porque se notaba que estaba pasando”.
Para concluir, la joven agradeció no haber sufrido ningún tipo de lesión y especialmente dio gracias por la “solidaridad” a los vecinos; finalmente lamentó el hecho al sostener que la “bronca, impotencia y angustia no me la saca nadie, trabajo todos los días, estudio y no me sobra nada. Lamentablemente no se puede estar tranquila ni a plena luz del día”, remató.