14|01|23 09:37 hs.
Señora directora:
El autor del artículo “Los árbitros indiscutibles”, publicado en la edición de La Voz del Pueblo el 8 de enero, ha puesto en duda el prestigio de los miembros de la Corte Suprema.
Pero ¿cuál es el prestigio de los gobernadores que acompañan al Presidente de la Nación en el pedido del juicio político a los miembros de la Corte?
Comenzando por el propio Presidente que en una entrevista realizada en la TV Pública en abril del 2016 decía: “La Corte debe tener cinco miembros, debe funcionar con cinco miembros y deben ser miembros tan probos como los que están y tan probos como los que está proponiendo Macri”.
Juicio que trastocó el 11 de enero de este año en el sitial de Presidente de la Nación, cuando acusa a esos mismos juristas, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, de haber sido el origen de una “degradación” de la credibilidad del máximo tribunal. Amén de proponer un aumento del número de sus integrantes.
A tal fin cuenta con el concurso de un grupo de gobernadores para su embestida contra la Corte, de cuyo prestigio hablan sus acciones.
El gobernador de Catamarca suprimió el Consejo de la Magistratura y amplio el número de miembros de la corte provincial. Los de Formosa y Santa Cruz tienen sometida a la justicia y controlan la legislatura para asegurarse la no alternancia gubernamental y la restricción a los derechos de sus ciudadanos.
El de La Rioja cuenta con el control de la legislatura y la justicia, somete presupuestariamente a los municipios y protege un sistema electoral amañado que impide la alternancia.
El de Chaco acaba de intentar modificar el régimen electoral para reintroducir la ley de lemas, en una maniobra impedida por la Unión Cívica Radical. Sus acciones contra la libertad de expresión y sus dos cuestionadas gestiones cómo jefe de Gabinete son conocidas nacionalmente. Amén de cuestionar en estos días a miembros de su propio espacio al decir que fueron “cómplices” en las designaciones del presidente del máximo tribunal, Horacio Rosatti, y del ex titular, Carlos Rosenkrantz, cuando votaron a favor de sus pliegos en el Senado.
Mención especial merece el gobernador de Santiago del Estero cuyo control absoluto sobre la justicia se aprecia en la rapidez que ha actuado el juez pariente de su esposa, respecto de un empleado del presidente de la Corte Suprema de Justicia. Hemos conocido su actuación represiva durante la pandemia, que acompaña el hecho de haber sostenido el aparato represivo de Juárez e instalado un sultanato en esa provincia donde él y su esposa se vienen sucediendo en el gobierno, qué transformaron en un bien ganancial.
Es público que el gobernador de la provincia de Buenos Aires hace galas de su complicidad anticonstitucional con la vicepresidenta.
Por último, el Presidente ha distinguido al gobernador formoseño como "uno de los mejores políticos y seres humanos". Su juicio no coincide con el de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que en 2021 intimó al Estado Nacional a informar sobre las violaciones a los derechos humanos cometidos durante la pandemia en esa provincia.
La democracia de nuestros días no se pierde por golpes militares sino por el vaciamiento institucional y la adopción de las reglas de juego autocráticas. Es de esperar que se ponga un freno ante tamaño desatino, que por la conformación de las cámaras del Congreso, seguro que no prosperará, pero en lo previo a su paso por las comisiones respectivas, la Corte Suprema y la Justicia se verán denigradas, sumando un puntido más a la degradación que este gobierno incentiva, que afectan la credibilidad de la seguridad jurídica y los derechos constitucionales de todos los ciudadanos.
Americo Lohin