11|02|23 10:08 hs.
Durante estos días la Justicia hizo su trabajo. Dictó sentencia. Sentó jurisprudencia. Hasta se aprobó "La ley Lucio".
La vida de muchas personas cambió. El dolor de otras comienza a apaciguarse aunque no desaparezca. Y hay ausencias que van a seguir siendo ausencias.
Pero ¿Y ahora? ¿Y ahora qué?
Ahora desde, nuestro lugar, comenzamos a construir una nueva humanidad. Porque está muy claro que a ésta no queremos pertenecer más.
Nos despojamos por un rato de ideologías partidarias, grietas y nos arremangamos para volver a empezar. En tu casa, en el club, en la escuela, en cualquier lugar.
Vamos a enseñarles y demostrarles a nuestras infancias que su voz cuenta, su voz vale, que su voz tiene más peso que la de un juez, que acompañamos cada proceso de su crecimiento vaya en consonancia con los supuestos patrones sociales o no.
Vamos a enseñarles a nuestras infancias que "no seas maricón", "llora como una nena", "no seas botón ", "al final sos un cagón", "negro de mierda ", "vos no te metas", han sido eliminados del lenguaje. No referencian ni un significado ni un significante.
Una vez pensé que la mejor aplicación de impuestos era el que se impusiera contra el uso del lenguaje peyorativo, destructivo. Ese sí daría muchas ganancias.
Vamos a enseñarles a nuestras infancias que es necesario llorar y llorar mucho cuando se necesita. Que ser sensible es una fortaleza, no una debilidad. Que el más valiente es el que llora, el que se emociona, el que abraza y se deja abrazar, el que pide ayuda y el que ayuda, el que se involucra, el que alza su voz para denunciar una injusticia, el que siempre es parte, no espectador .
Vamos a pedirles disculpas a las infancias pasadas producto de una ecuación que respondía a patrones viriles. Vamos a decirles que ya no necesitamos eso. Que es repugnante y monstruoso responder a eso.
Cintia Guerrero.