25|02|23 18:22 hs.
Gabriel Francia volvió a instalarse en Claromecó luego de 23 años, junto a su pareja y pequeño hijo de ambos, Martín. El biólogo marino dialogó con La Voz del Pueblo acerca del medio ambiente y la necesidad de un cambio de comportamiento por parte de la sociedad.
Oriundo de Claromecó, durante más de 20 años vivió en Costa Rica donde trabajó como investigador y se perfeccionó en la conservación de vida silvestre. Francia asegura que la última vez que visitó la localidad ya tenía la decisión de venirse de forma definitiva.
Pero la vuelta no fue tan fácil como creía, con su compañera embarazada y la recomendación de un amigo para que el bebé no naciera en Costa Rica, decidieron volver a Argentina cuando los sorprendió la pandemia. “Teníamos la reserva y justo ese domingo, un amigo nos avisa del decreto presidencial que había cerrado la frontera y solo podían ingresar nativos argentinos, y no pudimos venir porque mi mujer es europea”.
Gabriel recuerda que la pasaron mal. “Allá no había laburo, puede ser que estés en un paraíso cuando estás solo, investigando, es una cosa, pero cuando estás formando una familia y trayendo un bebe al mundo, te vienen todos los miedos. Si hubiese dependido de nosotros dos, nacía en Europa o en Argentina, más en este país”.
Si bien ahora lo cuenta como anécdota porque salió todo bien, el parto y los meses posteriores fueron complicados “la internaron dos días antes, no la podía ver, la comunicación era mala, dos amigos me acompañaron y me ayudaron. El nene recibió la mayoría de las vacunas en Costa Rica, después durante la pandemia no era conveniente viajar, fuimos saliendo a flote con la ayuda de amigos y familia, porque no teníamos un trabajo estable, se había cortado todo”, recordó.
Un problema social grave
Para el biólogo volver a Claromecó significó “arrancar de cero” y al respecto explicó que “es complicado, ambientalmente no estamos bien, pero hay una conexión totalmente cerrada y cercana con lo social. Yo no diría que tenemos un problema ambiental grave, lo que tenemos es un problema social grave”.
Francia señala que a veces la formación técnica y científica se separa un poco de lo social, pero manifiesta que “cuando te das cuenta que es fundamental lo social, lo humano, no digo que sea tarde, pero tenés que arrancar de cero y rever todo lo que estabas pensando antes, porque el problema viene desde ahí, lo humano, lo social, la educación, todo”.
No quiere mostrarse negativo ante la situación ambiental y social, sin embargo explica que “estamos en un punto de inflexión que no sé si hay una marcha atrás. Hace unos 30 años se planteaba la posibilidad de una marcha atrás, ahora hay que ver cómo nos adaptamos, viene un temporal y no lo podés cambiar, tenés que ver si tenés una buena casa, un buen abrigo y comida suficiente para sobrevivir al temporal porque no vas a poder salir de tu casa”.
En cuanto a la reacción de la población sobre estos temas expresó que “hay un montón de gente que niega todo porque le conviene o por ignorancia que no ven el problema grave que tenemos, que lo tenemos en las narices”.
Quiero ponerme en los zapatos de cada uno, el agricultor que nació acá y tuve tres generaciones sembrando lo que sea, esta región se va a hacer cada vez más seca y en otra región donde no sembraban nunca nada -porque era tremendamente seca- ahora empieza a llover más. Se vio un cambio que no se vio en miles de años, lo estamos viendo ahora.
El cambio climático
Consultado sobre el temporal invernal que sorprendió en pleno verano Francia comentó: “Nosotros solemos tener una memoria bastante mala con los episodios que tienen que ver con la naturaleza, y más todavía para integrarlo todo, es decir, ver el promedio de las cosas. Está pronosticado en todos los modelos predictivos que hay y que va a haber eventos extremos, sequías, lluvias, pero eso no implica que va a llover más porque en tres días llovió lo que siempre llueve en un año. Es producto de la inestabilidad climática, los modelos predictivos dicen que esta zona va a ser cada vez más seca, si tenés dos años seguidos bueno, esta sequía va a ser frecuente en el futuro”, aseguró.
Y alertó: “No pensemos que porque hace mucho frío hoy no está recalentándose la atmósfera -porque se está recalentando- hay datos recontra sobrados. El porcentaje de radiación ultravioleta que estamos recibiendo toda la biosfera es más alto que el que teníamos hace un tiempo, sería muy tonto no cuidarse del sol en verano y en primavera porque nos estamos comprando todos los números del cáncer de piel”, sostuvo.
Cambiar hábitos
Gabriel Francia explicó que hay que adaptarse a la situación que se está viviendo; “no podés reducir la radiación ultravioleta porque no podés aumentar la capa de ozono al nivel que deberíamos tener. Tampoco podés bajar la cantidad de dióxido de carbono de un día para el otro ni siquiera en diez años, ni todos los gases invernaderos, porque es consecuencia del manejo que hacemos agropecuario, industrial, transporte, cómo se mueve la sociedad actualmente”.
En cuanto a la pandemia señaló que se trató de un experimento que permitió ver qué pasaba ante cambios de comportamiento de las personas. “Hubo un montón de situaciones que vimos, cosas inusuales, animales silvestres que aparecían en lugares urbanos, no deja de ser un experimento muy corto en el plazo y después la gente volvió a ser lo que era antes, o peor incluso”.
Con respecto a la reacción de la gente Francia se refirió al uso que se hace de vehículos aun en un lugar como Claromecó con distancias cortas. “Uno mira alrededor y si contás la gente que pasa caminando, que pasó en bicicleta y en auto, en un lugar donde no hay distancias superiores a 10 cuadras, que estas de vacaciones, contá la gente que hay en cada vehículo. Son los cambios de comportamiento que no vemos y no lo vamos a ver en el corto plazo, excepto que el costo del combustible se vaya por las nubes y la gente deje de andar en vehículo”.
El investigador advirtió que estos cambios de comportamiento no se dan porque la gente no cree, o no quiere postergar la zona de comodidad. Pero explicó que “no cambiamos para mantener la calidad de vida pero no pensamos en nuestra descendencia, las famosas generaciones futuras. Hay muy poquito para ellos, se ve todo muy alineado en un modelo muy a corto plazo, donde el ambiente que parece ser ajeno, que no habla, que no denuncia cuando uno lo agrede, que lo hacemos todos los días, no te pasa esa factura le seguimos dando. Al final cuando nos demos cuenta va a ser tarde, pero nos avisaron. Las señales están, es culpa de la sociedad y del sistema que tenemos”, aseveró.
Dunamar y la falta de agua
Además Francia puso sobre aviso de una situación que está ocurriendo en Dunamar. “Cuando me fui el agua todavía la podía tomar, cinco años después es saladísima. Estoy rodeado de gente que tiene aspersores, están bombeando día y noche para regar en invierno -bajo la lluvia- cada seis horas, el césped. Podrían tener un montón de plantas nativas que no requieren riego. Hay una falta de respeto sobre el otro, esto es lo ambiental y lo social, si el agua que es lo más importante en una comunidad no la estamos cuidando, qué podemos esperar del ecosistema marino costero, la dinámica costera medanosa de la provincia de Buenos Aires”, observó.
Además, se refirió a la contaminación que se puede ver en la playa, al bajar la marea –por ejemplo- respecto a las plomadas utilizadas para la pesca. “La cantidad de plomo y tanzas que hay es desmedida, es re tóxico, es muy triste. Vas a pescar y la vez la tortuga que te saluda mientras estás pescando lisas en las piedras, y un día llegas y la encontrás ahorcada en la madeja de nylon y es como que tu amiga se ahorcó”, comentó con ironía.
El biólogo marino expresó que necesitamos un cambio profundo y ve de forma positiva a los más chicos que cada vez son más conscientes del cuidado del ambiente. Además agregó que es necesario que en Claromecó haya planificación: “Hacer las cosas bien es cuando pensás cómo querés que crezca y nos ponemos de acuerdo, pero siempre hay alguno que saca beneficios entonces no le conviene que la gente se ponga de acuerdo”, subrayó.
Por último no dejó pasar por alto que “falta el agua, pronto no vamos a tener agua potable. Están reduciendo la potabilidad, capas deprimidas, salinización, soy optimista pero realista y la realidad la estamos viendo todos”, remató.