19|03|23 09:33 hs.
De la casa ubicada en Esteban Echeverría 985, a metros de avenida Ameghino y frente a la playa de estacionamiento de camiones del Parque Industrial, solo quedó en pie la cocina-comedor. El domingo pasado por la noche, por el viento se voló el techo y cayeron las paredes de las tres habitaciones, un pasillo y el baño. La Voz del Pueblo dio a conocer lo sucedido y publicó una foto del lugar en la tapa, el martes pasado. El viernes se dirigió a la vivienda para conversar nuevamente con su propietaria, Karina Romero, con la finalidad de conocer la manera en que transcurrió la semana, la ayuda que recibió y lo que está necesitando.
Karina es docente de inglés y en la casa también viven una hija de 17 años, que este año comienza una carrera universitaria en CRESTA, y su hijo menor de 14 años. En el inicio del diálogo, explicó que “a la vuelta está mi hijo mayor, de 22”, quien le avisó lo que había ocurrido; “el domingo a la noche nos refugiamos en Madre Tierra por el temporal. Cuando estaba calmando el viento y el agua, me llamó y me dijo ‘venite urgente que se te voló el techo’. Desde la casa de él veía la luz del baño, la única que me quedó en la parte que se vino abajo”.
Construyó el inmueble hace aproximadamente dos años con fondos de un crédito bancario. “Todavía me quedan para devolver como cuatro años de cuotas”, puntualizó.
La cocina-comedor da a la avenida Echevarría. Detrás de este espacio se encontraban “tres habitaciones, el pasillo y el baño, es todo lo que desapareció prácticamente. Son 40 metros cuadrados de estructura que cayeron”.
Pese a la magnitud de los daños materiales y de los efectos que esto genera en la economía familiar, Karina valoró que “gracias a Dios no estábamos, porque podríamos haber perdido la vida. Los ladrillos quebraron las camas al medio, hubiera sido mucho peor”.
Describió a estos días como “complicadísimos” y señaló que “el clima nos viene corriendo, entre el viento y la lluvia. Estamos tratando de ver si podemos levantar aunque sea las paredes exteriores y techar, porque tengo un agujero literalmente en todo ese sector”.
Cuando se concretó la visita de este diario, una pared exterior que limita con un terreno lindero había sido reconstruida hasta una altura de unos dos metros. Una cuchara de albañil y un martillo, ubicados sobre un ladrillo, reflejaban que en cualquier momento su hijo iba a retomar la tarea.
Karina sostuvo que “los materiales que vengo pegando es por la ayuda de la gente, compañeros de trabajo, directivos. De la Municipalidad llegaron tres chapas que cubren una parte, pero me faltan igual tirantes, sigo necesitando material porque lleva mucha arena, cemento”.
Su hijo menor también colabora, en familia de a poco van rehaciendo paredes. Es que “pagar mano de obra sería otro gasto importante. Uso el dinero para comprar materiales y el trabajo lo realizamos nosotros. Mi hijo de 22 años tiene nociones básicas de albañilería, se da maña, si le surgen dudas pregunta”.
La emergencia que está afrontando afecta su actividad como docente. Al respecto, mencionó que “no hay un artículo que pueda garantizar una licencia a mi trabajo para volver a levantar mi casa, porque nos quedamos con lo puesto”. No es una expresión exagerada o una frase habitual que reiteró, está relacionado directamente con la realidad: “La ropa se mojó toda, se llenó de escombros, tierra, barro; no tenemos prácticamente ni ropa”.
Desde hace poco menos de 24 años, brinda clases de inglés a alumnos de primaria, secundaria y también a adultos.
Asimismo, avisó en la escuela que su hijo más chico está faltando por este inconveniente, mientras que “la otra nena más grande justo arranca este año la universidad en CRESTA. Está tratando de cumplir como puede, porque las primeras semanas son cruciales en una carrera universitaria”.
Cómo colaborar
Quienes quieran ayudar a Karina y su familia pueden acercarse a la dirección mencionada. “Los invito a pasar y les muestro. Que vean lo que se está haciendo, no gasto absolutamente en nada más que materiales, para tratar de recuperar lo que se derrumbó”, afirmó.
Su perfil en Facebook es público. También se encuentra incluido el número de teléfono y de cuenta “para aquel que no tiene un ladrillo, una bolsa de cemento y quiere contribuir con 500 pesos, 1000 pesos, el monto que sea, todo es muy útil para seguir incorporando materiales”.
Es una familia que se encuentra ante circunstancias muy duras. Cada mano que se extienda será totalmente valiosa para aliviar un poco a Karina y sus hijos, que desde el domingo por la noche buscan recuperar lo perdido, volver a tener un techo con las condiciones mínimas. Sólo entonces podrán retomar sus vidas con normalidad.