Fotos: Agostina Alonso

Sociales

Por Emanuel Fredes

Un homenaje al amor por los animales

26|03|23 08:29 hs.

Graciela Sollano tiene una vida estrechamente relacionada a los animales. Su cariño por ellos la ha llevado a tener, además de perros y caballos, chivos y ovejas y a crear una agrupación con la cual desfila en distintos eventos. Su cariño finalmente le valió un reconocimiento, ya que en la Fiesta Provincial del Trigo fue distinguida. “Era algo que no me esperaba” dijo


Es miércoles al mediodía. El sol ganó el cielo y la temperatura, agradable, invita a disfrutar del aire libre. Había quedado con Graciela Sollano en reunirnos “luego del mediodía”. Cerca de las 12.30 emprendo el camino hacia “La Candelaria”, la quinta donde vive y realiza distintos eventos relacionados al campo durante el año. 

 Me espera sentada afuera, en una mesa redonda. Está acompañada por Indio, un border collie que la acompaña a todos lados. Alrededor, algunos caballos comen el pasto que floreció tras las lluvias de la semana pasada. 

 “Vengo a charlar sobre todos los reconocimientos que tuviste este año” le digo cuando llego. “Fui tan homenajeada… la verdad que no lo esperaba para nada” responde, sonriente. 

 Es que Graciela se llevó todos los lauros en la pasada Fiesta Provincial del Trigo, aunque uno, en particular, le llegó completamente por sorpresa. “A mí me habían invitado, con mi agrupación, a recibir al cónsul de Italia. Para la ocasión hicimos tortafritas, pensaba en atenderlos lo mejor posible cuando llegaran” me cuenta. 

Esa invitación fue pergeñada por la organización, una especie de pequeña trampa para atraerla al acto. “Me dijeron que primero tenía que ir al acto inaugural. Fui y Sánchez me dijo ‘felicitaciones, por el Día de la Mujer vamos a homenajear a tres vecinas’”. El comentario no despertó sospechas en Graciela. 


Fotos: Agostina Alonso


 “Empezaron a contar una historia y yo iba parando la oreja… ¡no sabía nada de nada, ni sospechaba!” reconoce sonriente. “En un momento empecé a pensar ‘es medio parecida a mi historia: una mujer que iba en sulki a la escuela, que cuidaba a los animales en la calle, que hacía el tambo como mi mamá…”. 

 A medida que el relato transcurría, Graciela se iba adentrando en ella, como si el texto y la realidad se hicieran uno. “En un momento en el discurso dijeron: ‘Quiere tanto a los animalitos que tiene una agrupación’ y pensé ¡esa soy yo! Y así fue”. 

 La emoción se hace presente a medida que los recuerdos la invaden. “Me agasajaron tanto que no sabía ni donde estaba, encima empezaron todos a saludarme” me dice. 

 “Yo siempre digo que estas cosas, los homenajes y demás, tienen que hacerse en vida porque a uno le queda grabado… yo tuve dos o tres noches en las que me despertaba y me parecía que era un sueño” suelta, como avergonzada. 

 Pero sus logros no terminaron allí. “Después me eligieron para ir con la bandera bonaerense y además sacamos el primer premio con la carroza”. 

 “Fue una Fiesta del Trigo inolvidable para mí... ya cuando me dijeron que teníamos que ir a recibir al cónsul de Italia, fue un honor. Después la bandera… el año pasado fui escolta y este año me pusieron con la bandera bonaerense, es un orgullo. Me muero si me dan la bandera argentina... amo tanto a mi bandera…”. 

 Primer premio 
La Agrupación Jinetes de la Candelaria está comandada por Graciela. Este año, ellos obtuvieron el primer premio en el desfile de carrozas, algo que les dio mucha alegría. “Nos llevó bastante tiempo hacer la carroza, trabajamos más que nada los fines de semana porque casi todos trabajan. Medio que salimos de cartoneros porque era todo con cartones y maderas… el galpón, conseguir las bolsas para rellenarlo, la pulpería...”. 

 La idea de la carroza, como siempre, fue de Graciela. “La temática tiene que ser relacionada al trigo, por eso nosotros hicimos un galpón lleno de bolsas de trigo que decía 'El trigo está en el galpón, vamos a festejar'. Ahí estaba la pulpería e iban bailando”. 

 Graciela destaca la belleza del trabajo realizado. “La verdad es que estaba lindo el carro y nos llevó bastantes horas. Anduvimos juntando maderas y cartones para no gastar mucho y salió bien”. 

 - ¿Cuántas personas forman parte de la agrupación? 
- Los que desfilamos somos 8 o 9 y esa misma gente trabajó en el carro, aunque tuvimos colaboración de gente amiga, incluso puse a mi nieto… éramos varios. Tenemos varios chicos, siempre hubo muchos chicos... el año pasado hubo más todavía y ahora se quieren sumar, algunos que se ofrecieron a ir en la carroza se quieren sumar. 

 - ¿Cómo trabaja la agrupación día a día cuando no hay desfiles? 
- El domingo anterior a la Fiesta del Trigo íbamos a Juárez, tenían todo preparado pero se suspendió porque había fallecido Campo Amor. Ahora nos preparamos para Pringles porque vamos a todos los festivales criollos a presentar nuestra agrupación. 

 Nosotros además de desfilar hacemos distintos eventos; en febrero hicimos 'La tardecita de campo' porque lleva mucho costo viajar... calculá que son 8 o 9 caballos que hay que trasladar, entonces tenes que ir juntando. A veces hacemos venta de pollos a la parrilla… vamos juntando y cuando hay un desfile, ahí vamos, ocupamos un camión y llevamos todos los caballos. Ahora el 25 de mayo, si Dios quiere, haremos algo acá… estamos programando qué vamos a hacer, pero siempre acá en la quinta. En el último encuentro hubo concurso de rancheras y cosas así y la gente quedó entusiasmada.

 - ¿Qué significa tener una agrupación? Supongo que el objetivo es reflejar las raíces gauchas… 
- Yo estoy a cargo. Me gusta que los caballos vayan bien preparaditos, bien tusaditos, incluso los míos los tuso yo. Y la ropa, nosotros una vez sacamos un segundo premio y con esa plata compramos la tela para hacer todos los trajes, vamos todos vestidos iguales. Queremos que vayan bien representados el caballo y el gaucho. 


Junto a uno de sus caballos. “El animal si vos le brindas cariño, es el amigo más fiel” dijo (Fotos: Agostina Alonso)




 Amor animal 
La charla es entretenida, amena. El viento nos alivia el calor y los animales generan un paisaje de tranquilidad. Para Graciela, ese paisaje es totalmente habitual. “Yo nací y me crié en el campo, de chiquita iba a la Escuela Nº14, que en ese momento quedaba en avenida Güemes, en sulki”. 

 Mientras estaba en su casa, los animales se convertían en su principal entretenimiento. “Mis viejos tenían un tambo y mi mamá y yo lo ordeñábamos… antes se ordeñaba a mano, ahora cualquiera hace tambo pero antes había que trabajar con la mano. Después me iba a la escuela y a la tarde cuando venía me iba a caballo a cuidar a las vacas hasta que entraba el sol; así me crie yo”. 

Esa vida continuó a través de los años. “En el ’77 compramos la quinta y empecé con los animales. Me acuerdo que mi familia me decía que era loca, que había andado mucho cuando era chica… yo me crié arriba del caballo prácticamente”. 

 Mientras Graciela me cuenta su historia, un caballo nos acompaña a corta distancia, como sabiendo que se convertirá en el protagonista de esta historia. 

 - ¿Cuál es tu relación con los caballos? 
- Yo me crie arriba del caballo, ¡estudiaba arriba del caballo! Siempre teníamos miedo de sentarnos en el pasto porque decían que había víboras así que yo del caballo no me bajaba. 

 Hoy en día Graciela tiene dos caballos, aunque en La Candelaria, su quinta, hay tres. “Dos son míos y uno de la agrupación” me cuenta. “Hemos ido juntando pesos y tenemos un caballo con todas las pilchas” me confiesa. Los tres animales desfilan en cada evento. “Los dos míos desfilan junto con la agrupación, yo siempre le presto a quien no tenga”. 

 Pero con ellos no solo desfila, sino que tiene una relación más estrecha, de amor puro. “Los domingos en general comemos algo y a la tardecita salimos a dar una vuelta. Amo los caballos y los perros, andamos todos juntos. Yo al caballo lo quiero mucho y he tenido vacas, ovejas, chivos acá... me gustan los animales a pesar de que por ahí te hacen renegar” dice, riendo. 

Mientras hablamos no puedo evitar disfrutar el paisaje. A lo lejos se asoma un sulki. “Lo tengo para recordar, tenemos el caballito, lo amansé yo para el sulki”.

 - ¿Cómo se amansa un caballo?
 - Tenes que tener paciencia y brindarle cariño... vos lo acaricias al caballo, lo atendes bien y enseguida se genera confianza. Nunca hay que pegarles... si se sube alguien con un rebenque se transforma, ya no es el mismo... al animal si vos le brindas cariño, es el amigo más fiel. 

 La charla está llegando a su fin. Antes de irme, le consulto a Graciela si desea hacer algún agradecimiento y ella no duda. “Agradezco a todos porque he recibido tanto agasajo y cariño que me parece hasta mentira, me parece que estoy soñando a veces. Tengo que agradecer a todos, el que me dio una mano, el que me ayudó… la verdad que era algo que no me esperaba”.