El miércoles 31 de mayo, temprano a la mañana, Mauricio Gutiérrez salió de su casa ubicada en calle Hipólito Yrigoyen, a menos de una cuadra del Camino de Cintura. Tomó esta vía de tránsito en su motocicleta Zanella 110, en dirección hacia los silos de la Cooperativa Agraria, entidad para la que presta un servicio con su camión. Era el día de su cumpleaños número 52 y según cuentan sus familiares, se lo veía entusiasmado porque estaba pronto a terminar un departamento para alquilar, lo que iba a significar otro ingreso para su hogar.

Mauricio formó una familia con Viviana y tienen dos hijos: Albertina, la mayor, y Nicanor, que se encuentra en la etapa final de los estudios secundarios en la Escuela Técnica. A la altura de calle Maipú, se cruzó en su camino una yegua, que andaba suelta, y el impacto fue muy duro. Era alrededor de las 8 de la mañana, una ambulancia lo trasladó al Hospital Pirovano y por la gravedad de las lesiones (el parte oficial fue “hematoma subdural, estable con ingreso en Unidad de Cuidados Intensivos”), el mismo día se produjo la derivación al Hospital Penna de Bahía Blanca.

Tiene dos hermanos, Alejandra y Mariano, de 41 años, quien dialogó con La Voz del Pueblo. En primer término, expresó que el propietario de la yegua está identificado y en la familia sienten malestar porque “nunca se acercó” a preguntar si hacía falta algo, básicamente asumir la responsabilidad por lo ocurrido.

Viviana se encuentra en Bahía Blanca acompañando a Mauricio. El parte médico de ayer refleja -según indicaron fuentes familiares- que no hubo una evolución desde su internación, se mantiene estable; es evaluado por los neurólogos, debe ser operado nuevamente pero su estado de salud era delicado.

Cuando sucedió el siniestro, alguien sustrajo una mochila que llevaba Mauricio Gutiérrez, en circunstancias tan dramáticas habría ocurrido el robo de este bien. “Faltó, no estaba”, confirmó su hermano.

La yegua apareció atada a un poste a unos 2000 metros del hecho, “con un potro al lado”. Manifiesta bronca por la actitud de su dueño, que hasta anoche no había tenido contacto alguno con ellos para mostrar interés sobre el estado de salud del conductor de la moto, ponerse a disposición; “cero arrepentimiento”, expresó.

“No atinó a frenar”, sostuvo Mariano sobre Mauricio y planteó que la yegua se lo llevó literalmente por delante. Reflexionó sobre las consecuencias de dejar caballos o animales de gran porte sueltos, con el riesgo enorme que implica para personas que circulan por la vía pública. En este sentido, subrayó que se podría haber evitado, porque a él y su señora le aseguraron que con anterioridad la misma persona había tenido animales en similar condición, sin un control.

La esposa de Mauricio -que es portera de una escuela- puede visitarlo en el área de terapia intensiva una hora por la mañana y una hora en la tarde. “Es mucho el gasto, está alquilando cerca del Hospital Penna. Pero más allá del tema económico, sentimos muchísima tristeza, no sabemos cómo puede seguir su situación de salud”, dijo.

Hay una familia muy golpeada, que une fuerzas y espera finalmente una señal de mejora, cuando se cumple hoy una semana de un hecho que cambió sus vidas.

Se iniciaron actuaciones con intervención de la UFIJ Nº16, a cargo del fiscal Gabriel Lopazzo, por “lesiones graves culposas”.