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Micaela Cascallares celebra hoy su 134 aniversario y en una charla con La Voz del Pueblo, Raúl Oscar Valladares, que vivió sus 64 años en el pueblo, recorre sus recuerdos para pintar cómo fue evolucionando la localidad. Y deja dos sentencias: “pese a todos los cambios, nunca perdió lo rural, nunca dejó de ser una familia” y “si no tuviera a la cooperativa, hoy no existiría”
Con la alegría de un chico y la mirada encendida, Ruli despliega el plano sobre la gran mesa de la biblioteca de La Voz del Pueblo y cuenta que se trata de una copia del plano original del partido de Tres Arroyos hecho cuando se dictó la ley de Colonias Agrícolas, que impulsó Máximo Paz cuando era gobernador de la provincia de Buenos Aires. Para él es una reliquia, que llegó a sus manos gracias a su tío Edgar de la Fuente, el ex vecino del pueblo que logró averiguar quién había sido Micaela Cascallares.
Raúl Oscar Valladares, Ruli para todos, tiene 64 años, y cuenta con orgullo que fue testigo de casi la mitad de vida que tiene su querido pueblo. El 134 aniversario de Cascallares, que se celebra hoy, fue el disparador de la charla. El testimonio de Ruli va a ir construyendo la evolución que tuvo la localidad y cómo es su presente.
Y en el inicio hay que volver al plano. “La particularidad que tiene es que se ve que a raíz de que la traza original del ferrocarril se corrió hacia el norte, la ubicación del pueblo también varió y terminó emplazándose hacia el norte de lo que originalmente había sido determinado. Porque, claro, el pueblo se hizo alrededor de la estación del tren”, revela.
- ¿Cómo fue criarte en Cascallares?
- Maravilloso. El contacto con la naturaleza fue permanente. La vida de un pueblo es muy distinta a la de la ciudad, y tenés que estar preparado para vivir acá. Seguramente para una persona que está acostumbrada a la ciudad le va a ser muy difícil acostumbrarse a un pueblo.
- Vos te criaste en la década del 60, ¿Qué te acordás de aquellos días que marquen las diferencias con la actualidad?
- Todo era muy distinto. En ese entonces hablábamos por teléfono a través de un aparato que le tenías que dar vuelta una manija para llamar a la central, y ahí el operador te preguntaba con qué número querías hablar. Y era tanta la familiaridad que había en el pueblo, que no le decías un número, sino el nombre. El operador sabía el nombre de cada uno de los habitantes.
Yo conocí un Cascallares muy rural, en todo dependía el campo. Me acuerdo haber visto 14 bares, y cada uno tenía su parroquiano. Había muchos comercios, había -que yo me acuerde-, tres estaciones de servicio. Y había otra sobre la ruta, en la segunda curva yendo hacia Bahía Blanca.
También me acuerdo que al ingreso principal le decíamos “la calle de la entrada”. Que fue una calle que se hizo cuando estaba de concejal Torkild Rybner, se partió un campo al medio porque era la única manera de tener salida directa a la ruta N°3. Y cuando se hizo la ampliación de la ruta, a mediados de los 60, Edgar de la Fuente, que integraba varias comisiones del pueblo, logró que le hicieran un baño de asfalto arriba del entoscado. Y para nosotros fue un adelanto impresionante. Por ahí salía el único colectivo que iba a Tres Arroyos.
- Pero eran tiempos de muy pocas comodidades, ¿Qué pasaba con el gas, el agua?
- Sí, la vida en Cascallares era mucho más difícil que ahora. En cuanto a las comodidades que hoy uno tiene. Uno de los cambios fundamentales que hubo fue la llegada del gas distribuido en redes. De hecho, es uno de los pedidos que todavía hay porque a algunos no les llegó la red domiciliaria. Es un servicio que tendría que tener el 100% de la población, porque cumple una función social. Es complejo no tener acceso. Lo mismo ocurre con el agua.

Una copia de 1973 del plano original del partido de Tres Arroyos hecho cuando se dictó la ley de Colonias Agrícolas, que impulsó Máximo Paz cuando era gobernador de la provincia de Buenos Aires
- ¿Cómo accedían al agua cuando eras chico?
- Siempre fue algo oneroso. Normalmente en las casas en ese entonces había un pozo, tenían un torno y el agua se sacaba en balde. Después vino el molino, que fue un gran avance. Y una figura importante en el pueblo era el molinero. El último que yo conocí fue Arias, el sobrenombre era Nicotina, era el padre de Alan, el artista de Cascallares. Después llegó el bombeador a varilla, que también era una cosa onerosa.
- ¿Y cómo está hoy la provisión de agua en el pueblo?
- Por un lado tenés la red domiciliaria, que en el último año logramos hacer una obra, en la que yo estuve muy involucrado, que fue lograr darle a todo el pueblo el mismo servicio. Pudimos unir el circuito de un lado y del otro de la vía, porque la red estaba partida por la vía, y hoy todos tienen las mismas características, la misma potabilidad de agua.
Esa agua es para el uso domiciliario, para lo que es consumo tenemos la planta de ósmosis inversa, que en su momento se pudo comprar gracias a la intervención de la cooperativa y el municipio, cuando mi padre fue delegado. Con el paso del tiempo se fue deteriorando y quedó fuera de servicio. Hasta que en los últimos años yo he tomado la posta y la municipalidad la mandó a reparar, la volvimos a instalar y hoy la cuidamos como si fuera de oro. Tenemos una canilla comunitaria y cada uno va con sus bidones y los carga de forma gratuita.
En cuanto a la red, todavía sigue habiendo casas a las que todavía no les llega el agua. Y nuestro objetivo es que a todas las viviendas les llegue el agua y el gas. Lo otro que tenemos pendiente son las cloacas.
- ¿Hubo algo que no cambió desde que vos eras chico?
- Desde su nacimiento en 1889, Cascallares nunca dejó de cambiar. Pero nunca se perdió lo rural, lo de ser una familia grande. Eso es Cascallares: es una familia muy grande. Incluso tenemos eso de que nosotros sí nos podemos criticar entre nosotros, pero no permitimos que nadie venga de afuera a criticarnos. Nos ofende.
Y tenemos una vida de pueblo, pero con los cambios que está teniendo la humanidad. La tecnología, por ejemplo, hay una cosa que llama la atención a lo que hemos visto tantos años en Cacallares: el chusmerío que se hacía en las veredas, las reuniones de mujeres que cuando yo era chico se usaban mucho, no existen más. Ahora es por Internet, por las redes sociales.

Así luce el ingreso actual a la localidad. La entrada principal fue construida en la década del 60, cuando a partir de una propuesta del concejal Torkild Rybner se dividió al medio el campo que lindaba con la ruta N°3
- ¿Qué papel ha cumplido la cooperativa en todo este tiempo? - La Cooperativa de Cascallares -esto es una apreciación personal-, es Cascallares. No podría disociar a la cooperativa del pueblo. Estando en otros lugares me di cuenta que conocen el nombre de la Cooperativa de Cascallares antes que el del pueblo. La Cooperativa para Cascallares, como dicen los chicos ahora, es lo más.
- Hablas con sentido de pertenencia pese a no trabajar en la cooperativa.
- Porque nosotros tenemos un sentido de pertenencia, aunque no seas empleado de la cooperativa. A cada habitante del pueblo, la cooperativa le pertenece. Porque cualquier evento que haya en Cascallares, cualquier comisión que se forme -de cualquier cosa y de cualquier actividad- lo primero que hacemos al reunirnos es decir “bueno, vamos a ir a pedirle ayuda a la cooperativa”. Y sabés que del otro lado vas a encontrar quién te dé esa mano. Eso te da un sentido de pertenencia.
Pero además, el 99% de la gente de Cascallares directa o indirectamente trabaja para la cooperativa. Yo soy constructor, ¿pero a quién le construyo? A un empleado de la cooperativa, por ejemplo. No tengo dudas de que Cascallares no existiría si no tuviera la cooperativa. Es así de fuerte. Vos llegás a Cascallares y la cooperativa te enorgullece.
La cooperativa, sin tener la obligación, hace tanto o más cosas que la municipalidad. De hecho durante muchísimos años han hecho cosas en conjunto, como el asfalto: el material lo pone la cooperativa y la municipalidad, la mano de obra. El complejo deportivo que tiene, donde le brinda contención a todos los chicos en el verano, porque las puertas se las abre a todos por igual; apoya a la biblioteca, a las escuelas, a la parroquia, y pero especialmente hace un trabajo fantástico con los chicos. Y además brinda atención en salud.
- ¿Le jugó a favor en su evolución a Cascallares estar tan cerca de Tres Arroyos?
- Si, estar a 15 minutos de Tres Arroyos fue todo a favor. Lo que alguna vez se pensó que iba a ser la muerte de Cascallares, estar tan cerca de una ciudad, es lo que lo mantiene vivo con respecto a otros pueblos. Nosotros somos un barrio de Tres Arroyos. Alguien una vez dijo que Cascallares era el country de Tres Arroyos.
- ¿Y qué es Cascallares para vos?
- Cascallares es mi casa. Su gente es mi familia. Yo no conozco otra vida, no me imagino una vida lejos de Cascallares. Cuando me voy a algún lado de paseo, anhelo llegar acá. Y me enorgullece ser cascallarense.
- ¿Nunca pensaste en irte?
- Jamás. Tuve ofrecimientos de trabajo y siempre dije que no. Nunca quise cambiar mi vida de pueblo. Toda mi vida, a excepción de cuatro años que trabajé en ENTel, estuve dedicado a la construcción. Desde que yo me acuerdo soy albañil - constructor. En un tiempo tenía las llaves de casi todas las casas de Cascallares, y las conozco a la mayoría por dentro, porque las hice o porque las refaccioné.
- Hablando de lo que viene, vos sos el impulsor del proyecto turístico zonal “Comarca del Río Quequén Salado”.
- Es un proyecto muy importante. Hace 20 años que uno viene viendo el abandono del Río Quequén Salado y se me ocurrió buscar distintos pueblos de la región que tengan relación con el río, y hemos formado una comisión que se llama “Comarca del Río Quequén Salado”. Intervienen cinco partidos: Tres Arroyos, Dorrego, Pringles, Chaves y Benito Juárez. Y nos hemos reunido con los Concejos Deliberantes de Tres Arroyos, Dorrego y Pringles, para empezar a trabajar.
El objetivo es proponer un turismo de senderos, de aventura, de actividades atléticas, aeróbicas, fotográficas. Lo que buscamos es construir un espacio turístico protegido. Una de nuestras principales metas es conservar el área y basura cero.
- ¿En qué etapa están?
- Estamos en el inicio. Todavía no se concretó, pero ya hemos hablado con las autoridades de cada uno de los partidos, con los concejos de tres, y estamos trabajando en el desarrollo del proyecto que sería muy importante no sólo para Cascallares sino para todas las localidades y los partidos intervinientes. Estoy muy entusiasmado con este proyecto porque le va a dar un nuevo impulso al pueblo.
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La mamá del gobernador
Edgar de la Fuente vivió 40 de sus 85 años en Cascallares y si bien no reside ahí desde 1986, vuelve periódicamente de visita “porque sigue siendo el pueblo de mi vida”. Se recibió de abogado a los 46 años, hoy es juez de Faltas, docente en la universidad y escritor de cuentos y poemas. Pero si hay algo que le dio satisfacción en la vida fue la investigación que realizó en la década del 70 para descifrar quién fue Micaela Cascallares y porqué la localidad lleva su nombre.
Edgar nació en Bahía Blanca y por cuestiones laborales de su madre a los ocho años se mudó a Cascallares. Desde que llegó tuvo curiosidad por saber quién había sido la señora que le daba el nombre a su pueblo. “Nadie me sabía decir quién había sido Micaela Cascallares. Me dieron tres versiones: una que era la esposa de Benjamín del Castillo, el fundador del pueblo; otra que era su amante; y una tercera, que indicaba que era la dueña de los campos donde se fundó la localidad”, explica.
“Y ninguna de las tres fue cierta. Más bien una hubo una mezcla de ellas” cuenta con la autoridad de haber averiguado la verdad.

Edgar de la Fuente en su visita a Cascallares de noviembre de 2022, cuando presentó su nuevo libro
Cuatro años le demandó a De la Fuente saber quién había sido Micaela, con el enorme mérito de haberlo hecho en la década del 70, sin Internet ni las facilidades que ofrecen hoy las comunicaciones y la tecnología. Y también con una alta dosis de suerte y casualidad.
“En el arranque de los 70 yo me desempeñaba en la oficina local de ENTel y me tocaba hacer el turno de las 20 a las 3, y una noche llama alguien, a eso de las 11 de la noche, para pedir que lo comunique con Buenos Aires -en esa época desde la central se conseguía la comunicación-, con un apellido que empezaba con la letra c. Agarré la guía y cuando estoy buscando el número veo el apellido Cascallares. Había ocho, y se me ocurrió andarles una carta a cada uno”, recuerda sobre cómo comenzó la búsqueda.
“Uno solo me contestó, Antonio Cascallares, que era sobrino bisnieto de Micaela. Seguimos con la correspondencia, pero no pudo darme demasiados datos”, cuenta.
El desencanto a Edgar le duró casi dos años, en los que si bien continuó con la búsqueda de documentación y bibliografía poco pudo avanzar. Hasta que en una de las tantas largas madrugadas en la oficina de ENTel se le ocurrió buscar en la guía cuántos Marcos Paz había. “Porque Micaela Cascallares fue la esposa de quien fuera vicepresidente de Bartolomé Mitre. Eso me lo comentó Antonio”, explica.
Había cuatro Marcos Paz en la guía, y a los cuatro les escribió. Otra vez fue uno solo el que contestó. “Era el nieto de Marcos Paz, es decir, de Micaela, hijo de Máximo Paz. Tenía más de 70 años y me mandó muchísimos datos familiares a partir de los cuales pude ir armando la historia”.
De todos modos, el rompecabezas todavía no estaba completo, porque Edgar no podía descifrar porqué se había decidido nombrar al pueblo Micaela Cascallares.
Entonces, decidió buscar otra vía y empezó a bucear en la vida del fundador del pueblo, Benjamín del Castillo. Otra vez la suerte fue determinante: “Por casualidad me encontré con la mujer de Víctor Pennini y le conté la investigación que estaba llevando adelante y me dijo que ella iba a un médico en Buenos Aires que se llamaba Benjamín del Castillo y que era nieto del fundador del pueblo. Así que lo llamé por teléfono y conseguí una entrevista”.
Centros Agrícolas
El encuentro fue muy curioso porque el nieto se la pasó despotricando contra el abuelo, al parecer porque el hombre ya viudo se había enamorado de una cantante italiana y se fue a Europa tras ella. Con él se llevó buena parte de la fortuna familiar. De ahí el enojo...
Y de ahí también la versión que hablaba de una amante en relación al nombre del pueblo. “Es como que se había confundido todo”, dice Edgar.
Quejas al margen, De la Fuente logró sacarse la duda. “Cuando Máximo Paz gobernó la provincia de Buenos Aires impulsó la creación de los centros agrícolas, como lo fuera Coronel Dorrego y el propio Cascallares. Y entiendo que, como para tener una atención con el gobernador, Benjamín del Castillo le puso el nombre de la madre al pueblo”, indica.
Años más tarde, en una oportunidad que fue a la Facultad de Derecho, porque a los 36 años decidió retomar los estudios, fue al Cementerio de la Recoleta donde le habían dicho que estaba enterrada Micaela Cascallares. A partir de los datos de uno de los trabajadores de lugar dio con el panteón de la familia Sánchez Sorondo, y a través de la puerta vidriada logró ver la urna de madera con una plaqueta que indicaba que tenía los restos de Micaela Cascallares de Paz.
Las cenizas de Micaela están allí porque una de sus nietas se casó con Matías Sánchez Sorondo, ministro del Interior de José Félix Uriburu, quien derrocó a Hipólito Yrigoyen en 1930.
“Así, después de cuatro años, logré descifrar la cuestión, y tiempo después hasta pude ver dónde están sus restos. Fue una satisfacción muy grande para mí y fue como devolverle algo al pueblo que tanto me ha dado”, asegura con emoción.
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Un festejo con cicloturismo,
acto oficial y espectáculos
La localidad de Micaela Cascallares llega hoy a su 134 aniversario y está preparada una jornada de fiesta para celebrar el nuevo cumpleaños. En rigor, la celebración comenzó anoche con las presentaciones de Leo Echemendi y Rodrigo Gastón “El Angel”, de Las Flores, que animaron el baile con que se dieron por inaugurados los festejos.
Ya en el día de hoy, la actividad comenzará a las 10:30 horas cuando se ponga en marcha la jornada de Cicloturismo que unirá el pueblo con el río. Está previsto que el regreso sea alrededor de las 13.30 horas.
En tanto, para las 14 horas está previsto que se concrete el acto oficial, que incluirá discursos y recuerdos de la localidad. Luego se estarán presentando varios artistas, como Lis Bellusci, Karen Christy, Iñaki Segura y Santiago González. Hay que destacar que habrá servicio de cantina.