10|09|23 11:06 hs.
En una guerra de trincheras les conviene andar agachaditos. Levantás la cabeza y el francotirador del otro lado te pone. Otra cosa: no fumar en la noche, ta? Las últimas palabras del magnífico escritor Saki fueron “¡Apaguen ese maldito cigarrillo!”.
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Otra: de la trinchera salen todos juntos, cuando el sargento toca el pito ese que tiene, y guarda con quedarse, porque ya habrán visto el revólver que lleva atado con un piolín, que es para los remolones.
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Aquí, amigos, voy al punto: si un soldado pierde los nervios, se sale de la trinchera y corre hacia el enemigo vociferando y disparando… ¿Qué sucede? Que todo el fuego enemigo se concentra en él. Mal momento para hacerle cintura a esos disparos que le llegan de todas partes.
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Hoy y aquí, un señor que ayer era La Cenicienta de las elecciones presidenciales hoy es primero en las PASO, como cuando la princesa besa al sapo. Y eso, amigos, hace que en ese mismo instante reciba el fuego de todo el abanico partidario. Y el periodismo, que vive de las noticias, ve allí un filón. Le pasaron por la nariz todo el archivo reciente -filmaciones- y allí está el candidato tratando de defenderse. Por caso, exhiben diez pequeños archivos, en cinco está listo, “ya”, para dolarizar, y en los otros cinco afirma que nunca habló de dolarización. Claro, lo agarró el teorema de Baglini (obviedad mil años anterior a Baglini), lo agarró, decía, y sus cuatro asesores económicos, a la hora de la verdad, dicen, todos a una, lo contrario de lo que dice el jefe, suponiendo que pueda determinarse qué es lo que el jefe dice, lo cual depende del día, la hora y el canal de TV. Esta contradicción la señaló el periodismo en un momento en que decía que sí, que iba a dolarizar. Como eso todo. Y siguiendo la línea de El Dr. Jekill y Mr. Hyde, creo que este candidato resalta las cosillas dudosas que tienen otros -muchos- políticos. Las resalta en demasía, porque quemar el Banco Central, o enfrentar problemas usando una motosierra, o autorizar la venta de órganos es un tanto subido. Pero ojo a la psique del votante: hablemos de Trump; hablemos de Bolsonaro, en un mundo donde Herminio Iglesias sería un bebé de pecho.
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Pero hay otros ataques “ad hominem”. En lugar de hablarle a sus hijos (no los tiene) le habla a un perro, dicen. Conan –un mastín inglés- era la familia del candidato, pasaban -parece ser- navidad y año nuevo solos, y ambos bebían de la misma copa. Envejeció Conan y su amo, tras vicisitudes varias, contrató a Celia Liliana Melamed, especialista en “comunicación interespecies”, que se diferencia de la telepatía porque es de corazón a corazón, y abarca todo el abanico animal: perro, gato, caballo, pájaros, lo que venga. Conan clavó las guampas pero el amo ya había encargado cinco clones en USA. Uno de ellos reencarna a Conan, de modo que nada se perdió. Sólo hay que estar organizado.
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En radio MDZ entrevistaron a la licenciada y fueron indagando, hasta preguntarle si podía conectar con mosquitos: “-Sí, se puede comunicar con mosquitos. Se les puede pedir, o hacer un trato. Yo no te mato vos no me piques. Se puede hacer. Ojo, hay algunos que respetan el trato y otros que no. Mirá que no te estoy inventando nada. Yo no uso repelentes ni nada y en mi casa no hay mosquitos” (El Loco, ed. Planeta, pág. 80). En otra ocasión reveló haberse conectado con el Covid (“tanto en Capital, Rosario, Córdoba, Paraná, recibimos lo mismo”). El Covid, les adelanto, “nos va a ayudar a tomar conciencia de lo que nos está pasando y a enfrentarnos con nuestros miedos” (pág. 81).
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Calígula nombró cónsul a un caballo. No les extrañe que un ejemplar del Bacilo de Koch sea el futuro secretario de Salud. No ministro, porque con la motosierra, ya saben. Secretario. Bastante para él.